Quizás el nogitsune nunca se fue. Quizás tan solo estaba esperando el momento perfecto para volver a atacar.
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Los personajes no me pertenecen, todos los derechos de estos son de MTV y Jeff Davis.
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Ambas katanas estaban en sus manos, y ambas estaban cubiertas de sangre, oscura, espesa y rojiza, al igual que el cuerpo de quien las portaba. Su rostro poseía una calma que se antojaba imperturbable, rompiéndose un poco esa calma con la sonrisa divertida y maliciosa que distorsionaba su rostro de manera espeluznante con ayuda de las gotas de aquel líquido rojizo que lo cubría.
—¿Quieren jugar?, pues vamos a jugar.
Nota de la autora:
La historia está siendo editada, lamento si estabas en medio o casi terminándola de leer, pero es algo que quería y debía hacer. Tengo que mejorar algunas escenas, ponerles coherencia y arreglar uno que otro error ortográfico, también las líneas de tiempo y los sucesos. Recomiendo volverla a leer, porque puede que agregue más escenas a los capítulos, o si quiera un par de párrafos.
Post data: Recomiendo leer esta historia en modo oscuro, pues la estética de los separadores y demás es de colores como el vinotinto y el negro.
