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Estaba perdido, eso lo sabía.

Desde que escuchó esa voz de nuevo en su cabeza, lo supo. Supo que él no se había ido, que, como todo zorro, lo había engañado, porque así eran ellos, el solo había fingido morir. No era aquella luciérnaga que ellos encerraron en aquel cofre hecho de madera de serbal, ese que pertenecía a Talía Hale, eso había sido solo una simple distracción para no ver la verdad.

Que idiotas fueron la verdad, ¿realmente creyeron que derrotar a una criatura de mil años de edad iba a ser tan fácil? ¡Pues no!, era mucho más complejo que eso, no era solo morderlo para hacerlo cambiar, era destruirlo como tal. Stiles había pensado eso miles de veces, ¿Qué si lo había dicho? ¡claro que si!, ¿lo habían escuchado?, joder, que no. Porque ellos siempre tienen la razón, pero Stiles no. 

¿Podrían destruir un espíritu?, no lo sabía, pero con intentar no perdía nada ¿no?

Aunque ahora estaba solo; Scott lo había dejado de lado por la muerte de Allison, aunque el juró y perjuró que en realidad no había sido él, sino aquel ente maligno que había utilizado su cuerpo a su antojo. La manada, por orden de su grandísimo y genial alfa (noten el sarcasmo, por favor) también se habían alejado, aunque Kira y Isaac se habían opuesto, aunque Stiles le pidió por favor que se quedaran con Scott.

No podía quitarle también a su manada. O a parte de ella, aunque fueran solo dos miembros, sabía la importancia que tenían estos dos para con Scott. Su nueva novia y algo así como un protegido, alguien con quien sentía que se identificaba luego de la muerte de su primer amor, pues aquel joven de rizos rubios  también había amado (o aún amaba) a la Argent menor. Aunque, bueno, Stiles también solía importarle a Scott.

¿Y si en realidad si era lo que Scott decía?, un... asesino.

Esa voz en su cabeza lo repetía siempre, y Stiles estaba empezando a creer que en realidad Scott y el nogitsune tenían razón. Él era un asesino, porque él había matado a toda esa gente del hospital... Había matado a Allison y también a Aiden. Estaba seguro de que Ethan se había ido porque no soportaba estar en un lugar donde tenía muchos recuerdos de su hermano... tampoco iba a soportar el hecho de estar en el mismo lugar que el asesino de su hermano.

Y Stiles se odiaba por eso.

Porque había hecho tantas cosas malas, que sabía que no tenía perdón. A pesar de que su padre, Noah y los demás (las pocas personas que podían quedarle) le dijeran y repitieran que no era así, porque él no era consciente.

Quizás tuvo que esforzarse un poco más y no sucumbir tan rápido ante el poder del zorro oscuro. Si tan solo él hubiera... hubiera sido más fuerte y no tan débil.

No le había dicho a nadie que sospechaba de que el nogitsune había vuelto, de que escuchaba su odiosa voz en su cabeza, incitándole a hacer cosas que ni de lejos querría hacer

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No le había dicho a nadie que sospechaba de que el nogitsune había vuelto, de que escuchaba su odiosa voz en su cabeza, incitándole a hacer cosas que ni de lejos querría hacer. No quería preocuparlos, o hacerlos odiarlo más de lo que ya lo hacían.

—Eh, Stiles, despierta. Se te hace tarde para la escuela. — Dijo su padre tocando con suavidad la puerta; Stiles solo se levantó con pesar de su cama y fue a ducharse y cambiarse. Llevaba un buen rato despierto, como, toda la noche.

No había logrado dormir, pues las pesadillas en las que asesinaba a sangre fría a todos y cada uno de sus seres queridos, eran más frecuentes. O esas donde todos le gritaban que era un monstruo y lo señalaban; o donde sus padres decían odiarlo, donde resaltaban lo muy decepcionados que estaban con el...

Y oh, la escuela. Era la peor parte del día.

Recibiendo insultos y malas miradas por parte de la manada y, por supuesto, los ocasionales y ''accidentales'' golpes no podían faltar. Odiaba ir a la escuela, mucho más que antes. Lo odiaba con todo su ser.

—He hecho panqueques. — Noah le sonrió a su hijo y este le devolvió un intento de sonrisa que se asemejaba más a una mueca. El mayor estaba realmente muy preocupado por su estado; grandes y oscuras ojeras violáceas adornaban sus hinchados ojos (supuso que había estado llorando, era lo que había estado haciendo todo ese tiempo), su piel estaba más pálida de lo normal y el usual brillo que tenían sus ojos ya no estaba. Estaba apagado.

Estaba preocupado, ¿y cómo no estarlo?, era su hijo y la única persona que le quedaba, y si a Stiles alguna vez le pasaba algo, el juraba que nunca volvería a levantarse. Jamás.

Le afectaba ver a su hijo así, y odiaba  a la manada por provocarlo. Le hervía la sangre con tan solo pensar por lo que estaba pasando su pequeño hijo, por eso es que siempre procuraba mantenerlo animado. Y se odiaba a sí mismo por no tener la capacidad de hacer algo al respecto. Si tan solo el pudiera... si tan solo Claudia estuviera allí; ella sabría que hacer, quizás eso ni siquiera estuviese sucediendo.

—Panqueques, ¿eh? ¿Es acaso algún tipo de celebración? — Esta vez sí sonrió con un poco más de animo, aunque luego frunció el ceño. —Oh no, señor. Usted comerá la ensalada de frutas que le hice ayer. — Le dijo cuándo lo vio sentarse con cuatro panqueques y servirse una generosa cantidad de sirope de chocolate.

—Pero...— Intentó decir su padre.

—Pero nada. — Le cortó el castaño.

El sheriff sonrió, porque aun cuando Stiles pasaba por momentos terribles, seguía preocupándose por él y su salud.

***

Al llegar a la institución, como siempre, la manada empezó a molestarlo.

Trató de ignorarlo, de verdad trató. Puede hasta jurarlo por lo que más quiere en este mundo.

Pero hubo algo que lo quebró, específicamente fueron unas palabras. Dichas por alguien que creyó que lo quería.

—No entiendo como pude ser amigo de un asesino como tú. ¿Por qué no moriste, Stiles?, no vales nada. No nos hubiera afectado si hubieses sido tú.

Quizás estaba equivocado. Y, puede admitirlo, puede admitir que salió de la secundaria Beacon corriendo, dejando atrás a la que solía ser su familia, con el rostro inundado de lágrimas y con el corazón más roto de lo que ya estaba antes.






©Ade

Void, void, void |Sterek| EDITANDODonde viven las historias. Descúbrelo ahora