Nove-

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¿Cuáles son tus intenciones?, no me importa si son buenas, pero quizás sea mejor que sean malas, porque, cariño, aquí todos vinimos a pecar

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¿Cuáles son tus intenciones?, no me importa si son buenas, pero quizás sea mejor que sean malas, porque, cariño, aquí todos vinimos a pecar. Bienvenido al infierno.




En México estaba tranquilo, lejos de toda esa cosa sobrenatural (irónico al ser un hombre lobo, sobrenatural también); había ido a la playa, se había ido de campamento con Braeden, habían tenido varias citas. Cosas de personas normales que el nunca había podido hacer. Quizás por su amargura, o quizás por otra cosa.

Aunque, desde luego, no todo era perfecto, absolutamente no, había sido casi cazado por Las Calaveras, ya que Araya estaba enojada por la entrada de un hombre lobo a su territorio, y que  fuera Derek Hale el que irrumpía, bueno, como que tampoco la alegraba mucho. Al final, Braeden había tenido que interceder por el y lo había terminado salvando.

Pero, todo iba relativamente bien después de eso. No obstante, todo se había ido al drenaje cuando recibió la llamada de Deaton, alertándolo. Avisándole que el nogitsune había regresado, que en realidad nunca se había ido. 

Solo había estado jugando con ellos, como siempre.

Fingir haberse ido, hacer que ellos bajaran la guardia y luego aparecer de nuevo, para hacer de las suyas otra vez, que molestia. Aunque también debía admitir que estaba un poco preocupado por el castaño, ¿Cómo habría estado llevando eso de la reaparición del nogitsune él solo?, por lo que Alan le había dado a entender, la manada ya ni siquiera le hablaba, solo Kira y Isaac, los demás eran indiferentes con él por todo lo que había pasado.

Bufó.

¿Para qué carajos lo habían salvado si luego lo iban a dejar de lado?, no tenían lógica.

Aunque el no era nadie para decir algo como eso, después de todo, cuando tuvo la mínima oportunidad, se fue del país para rehacer su vida. Pero, en su defensa, estar en Beacon Hills le traía malos recuerdos, y no era bueno para su salud mental permanecer ahí. Solo que, ahora debía arriesgar todo lo poco que había progresado y... volver.

—¿Estás bien, Derek?— Preguntó la mercenaria, quién iba en el asiento del copiloto. Aún faltaban un par de horas para llegar a Beacon Hills.

—Sí.— Fue lo único que respondió. No tenía ganas de hablar, estaba sumamente frustrado, enojado, irritado, pensativo, triste, decepcionado y muuuchas cosas más. Todo el era un revoltijo de emociones en esos momentos.

El estaba bien.

Realmente bien.

¿Y vienen a pedirle ayuda ahora?, ahora, que había conseguido una pareja medianamente estable, buena salud mental (bueno, más o menos) y se sentía bien consigo mismo. Ahora que estaba siendo él de nuevo.

Y tenía que involucrarse de nuevo con un bicho raro. 

Simplemente genial.

Raramente, escuchó la voz de Stiles en su cabeza, como si él estuviera sentado a su lado y no Braeden.

<<Pues nadie te ha puesto una pistola en la sien para obligarte a venir a ayudar, maldito perro pulgoso>>

Eso le sacó una sonrisa.

Quizás dejaba atrás la tranquilidad, porque le preocupada Stiles y quería ayudarlo. Pero solamente era un quizás, y, que fuera a ayudarle, no significaba que el volvería a Beacon Hills a quedarse. Claro que no.

Volvería a su estabilidad en México y se sentiría genial de nuevo. Estaría con Cora y Braeden; estaría bien de nuevo.

¿Verdad?







©Ade

Void, void, void |Sterek| EDITANDODonde viven las historias. Descúbrelo ahora