VII

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Princesita •

Todos los países estaban en sus respectivas casas, armando maletas. Sus gobiernos estaban al tanto de su llegada así que para los presidentes y gobernantes era todo un caos. En una pequeña casa con dos habitaciones se encontraba un joven, bajo de estatura, frustrado, pensado en si sus hijos quieren verlo. Debería estar haciendo su maleta pues tiene sólo dos horas antes de que su vuelo salga, pero sus inseguridades volvieron a atacarlo.

- Honey, crees que ¿Para la reunión debería ponerme la camisa azul o la negra? - USA iba entrando a la habitación de Perú con dos camisas perfectamente planchadas y en ganchos.

- Disculpa no se en donde está mi cabeza, creo que la azul se te vería mejor - el pequeño Perú estaba tan concentrado en sus pensamientos que no se había percatado que USA llevaba ya tres intentos de llamar su atención completa.

USA se acercó a Perú, quien estaba sentado en su cama y le dió un tierno beso en la cabeza, como si tratara de protegerlo de algo, lo envolvió en sus brazos.

- I know, estás asustado por ver a tus hijos, la última vez que viste a Lima no salió bien, pero ya verás que ahora si, estarán todos tus hijos, no solo Lima - USA realmente esperaba que sus palabras reconfortaran a su novio, tenían que salir en 20 minutos al aeropuerto o Perú perdería su vuelo.

- Lo sé, pero ¿Y si no quieren verme? - Se sentía agobiado, desde que les dieron la noticia de tener que viajar a su país junto con todos sus hijos, se aterró demasiado. Tenía tiempo sin hablar con sus hijos. Con Lima, habló dos meses atrás de manera obligada, pues, Lima por instrucciones de ONU tuvo que ir a la torre y por error vió a Perú y a USA besándose, se enojó mucho, tanto que prometió que él y sus hermano no le volverían a dirigir la palabra.

- Estoy seguro de que todo estará bien palomita -

[ ... ]

CDMX y México se encontraban camino al aeropuerto, tenían que ir a China, Pekín por órdenes de su presidente.

- Entonces, ¿Tendremos que hacer escala en la capital de la princesita - A él no le importaba si tenía que hacer escala o no, pero la vida fue tan injusta que tendría que hacer escala junto Rusia y sus hijos en la capital de la princesita, como México decidió llamarle a Austria.

- Sí, no entiendo porqué la odias tanto, ella jamás te ha hecho nada. De hecho siempre fue muy buena con nosotros - Ciu estaba muy feliz, en el aeropuerto volvería a ver a Moscú. Había pensado presentárselo a su padre en Viena o pedirle cuando terminaran los convenios ir a Rusia, para presentarlo a México como su novio.

- Tú no entiendes nada chamaca -

Llegaron al aeropuerto e hicieron su Check in y fueron a sentarse unas sillas un poco alejados, las persona no sabían quienes eran pues trataban de mantener sus manos cubierta, pero preferían prevenir. Por indicaciones de ONU debían ser discretos.

CDMX y México comenzaron a jugar "lucha de pulgares" tratando de hacer su espera más corta. En el medio de su juego vieron a un hombre alto caminando con unos 72 jóvenes si no es que más, venían bastante dispersos, pero eran muchos. Rusia y sus hijos.

Pasaron a hacer su Check in y luego se fueron sentar la mayoría, otros fueron al baño y otros a comprar algo para comer. Se sentaron en las sillas que estaban frente a CDMX y a México.

Kaliningrado se acercó a los mexicanos y los saludó muy amablemente, los invitó a acercar sus sillas pues estaban un poco lejos. Los dos se pusieron nerviosos. CDMX pues nunca había tenido que fingir frente a su padre que no tenía nada con Moscú, México porque no quería verle la cara a Rusia.

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