I'm sorry.

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Jueves.

Jungkook abrió los ojos de golpe y lo primero que hizo fue tomar su móvil. Al ver que éste marcaba las 12:30 p.m. soltó un suspiro pesado y volvió a recostarse con enojo. No era la primera vez que le pasaba pero no terminaba de acostumbrarse a despertar tan tarde.

De hecho le molestaba pues sentía que desperdiciaba su día, pero parecía no tener la energía ni los ánimos para despertar a las ocho de la mañana como lo hacía normalmente, incluso hasta hace un par de días.

El menor estaba plenamente consciente del porqué había dormido de más. Invadido por una ola de sentimientos al recordar la causa, sus ojos se cristalizaron de inmediato y su garganta se cerró en segundos. Inhaló hondo, miró al techo por unos segundos y trató de bloquear cualquier pensamiento que se relacionara con ello.

Suspirando con pesadez nuevamente, quitó las sábanas que comenzaban a sentirse muy calientes sobre su cuerpo y se sentó, dejando que éste se desacostumbrara a la comodidad de la cama. Después de estirarse por unos segundos, por fin pudo levantarse y se dispuso a buscar algo para comer.

Mientras bajaba las escaleras se dio cuenta de que no había ruido, notando que tampoco había nadie en cuanto llegó a la estancia. La cocina también estaba vacía, aunque no la sala. El peliazul se encontraba en el sillón mirando su móvil, quién para mala suerte del menor, apartó la vista y la dirigió hacia él en cuanto lo escuchó.

Sin saber qué hacer, pero definitivamente sin ninguna intención de dirigirle la palabra, Jungkook caminó directo a la cocina e ignoró su presencia por completo. Aunque pareciera que no, realmente le afectaba tener que ignorar a Namjoon, pues en todos los años que llevaban juntos jamás se había visto en la necesidad de hacerlo, y menos por esa razón.

Dejando sus sentimientos del lado, se acercó a la alacena y tomó un paquete de fideos instantáneos. Sacó un poco de carne del refrigerador y se dispuso a preparar su almuerzo, hasta que escuchó pasos acercarse hacia él.

—Los demás no están —habló Namjoon y Jungkook pudo escuchar con claridad el matiz de incertidumbre y cautela en su voz— salieron a comprar comida y dijeron que probablemente llegarían tarde.

Realmente no quería entablar una conversación con el mayor, pero le era imposible portarse indiferente.

—¿Por qué no fuiste con ellos? —preguntó intentando sonar desinteresado, pero como siempre, no pudo.

—Porque no tenía ánimos —contestó el mayor, recargado en la barra de la cocina viendo como Jungkook preparaba su comida.

—Oh —fue lo único que el menor se permitió responder, devolviendo la atención a lo que preparaba.

—¿Qué haces? —preguntó Namjoon parándose a su lado.

—Ramen —contestó simple, pero su gran corazón le jugó mal de nuevo— ¿Ya comiste algo?

En cuanto la pregunta salió se su boca, cerró los ojos con fuerza y ladeó la cabeza, cuestionando internamente su habilidad para mantenerse callado.

—Aún no —afirmó el más alto con una sonrisa tímida.

Sin saber qué más decir, sirvió su plato y caminó al lado de Namjoon para ir al comedor.

—Puedes servirte, hice de más.

A los pocos minutos de haberse sentado a comer, su paz se vio interrumpida cuando el peliazul se sentó frente a él y lo llamó.

—No sólo decidí quedarme porque no estoy de ánimo—dijo, y su mirada se suavizó en cuanto los grandes y brillantes ojos del menor se posaron sobre los suyos— lo hice porque quiero hablar contigo.

𝐅𝐚𝐤𝐞 𝐛𝐨𝐲𝐟𝐫𝐢𝐞𝐧𝐝.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora