Domingo.
Parado frente a la puerta de su habitación, Namjoon se cuestionaba si debía salir o no. Inhaló profundo y, dispuesto a enmendar las cosas, por fin tomó el valor para salir.
Sin pensarlo demasiado, se recargó en el marco de la puerta del menor y tocó tres veces. A los pocos segundos, una opaca voz indicó que podía pasar.
Cuidadosamente giró la perilla de la puerta y al entrar, apenas pudo distinguir a Jungkook entre la oscuridad de la habitación.
—Jungkookie... —dijo cauteloso mientras caminaba despacio hacia él. Por otro lado, al escuchar la voz de Namjoon, el menor sintió un nudo comenzar a formarse en su garganta.
—Ah, hyung —contestó sin mucho interés— ¿Necesitas algo?
—¿Podemos hablar? —musitó tímido mientras se sentaba cauteloso al pie de la cama.
—Namjoon... —Jungkook inhaló con fuerza y exhaló de la misma forma— yo realmente no tengo la energía para esto.
El mayor bajó la cabeza apenado sin saber qué más decir. Entendía perfectamente a Jungkook, él tampoco querría hablar si estuviera en su lugar, pero no se iba a rendir tan fácil.
—Jungkookie, entiendo —se acercó un poco más a él y puso una mano sobre sus piernas cubiertas por las sábanas y el acolchonado cobertor— sé que no me merezco otra oportunidad, pero tú mereces una explicación y una disculpa.
Jungkook no dijo ni una palabra, pero Namjoon pudo ver cómo levemente alzó los hombros.
—Sé qué probablemente ya no te importa lo que te diga y, de nuevo, lo entiendo. Sé que me he portado como un idiota, pero... —y antes de que pudiera terminar, Jungkook se levantó despacio y se sentó en su lugar.
—Hyung, realmente no tienes que hacer esto de nuevo —dijo sin ánimos y sonando irritado— no es necesario que te disculpes para que después hagas lo mismo. Entiendo lo mucho que te incomoda la situación pero te prometo que no es tan serio como lo pintas, por eso simplemente dejémoslo atrás y ambos nos ahorramos una escena.
Namjoon se sorprendió por el tono de Jungkook. Realmente sonaba molesto pero, sobre todo, podía notar el matiz de tristeza en sus palabras.
—Pero yo... —dijo, siendo interrumpido nuevamente.
—De verdad no tengo ánimos de hablar —regresó a su posición de antes— sólo hagamos como que nada pasó y estaremos bien.
—Yo no estaré bien sabiendo que te estoy lastimando —dijo Namjoon— y no hay excusa, sé que he demostrado lo contrario pero por eso estoy aquí.
El peliazul fijó su vista en Jungkook quien yacía bajo las sábanas inerte, y sin decir una sola palabra.
—Jungkook, por favor háblame —pidió Namjoon con voz frágil que pronto se quebraría— al menos grítame o lo que sea, dime lo que piensas.
El menor suspiró con pesadez y de nuevo se sentó frente a él, no sin antes encender la luz, exponiendo así sus ojos cristalizados y lo demacrado que se veía.
—Pienso que eres un idiota y que tienes que dejar de jugar conmigo de esa forma —dijo, tomando a Namjoon por sorpresa una vez más— no entiendo qué es lo que pasa contigo y por qué un día me tratas de una forma y después eres indiferente y me alejas. Me confundes y me haces sentir como un juguete, y en verdad... —sorbió por la nariz y dejó escapar una risa amarga— en verdad me duele.
El mayor tragó saliva y con manos temblorosas frotó su cara, tratando de reprimir las lágrimas que amenazaban con salir. Al destapar su cara, un nudo se formo en su estómago al ver a Jungkook frente a él.
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𝐅𝐚𝐤𝐞 𝐛𝐨𝐲𝐟𝐫𝐢𝐞𝐧𝐝.
FanfictionLo que comienza como un juego, podría terminar en una inesperada realidad.