Namjoon's p.o.v.
—Me gusta pasar tiempo contigo hyung, y sé que te lo digo seguido pero tu presencia me hace feliz —dijo para después abrazarme, permitiéndome sentir su calidez mezclarse con la mía— te quiero.
Mi sistema tembló al escuchar a Jungkook decir eso, y una corriente eléctrica se deslizó por mi columna hasta dispersase por todo mi cuerpo, terminando en mi estómago.
Náuseas.
—Lo siento —fue lo único que pude decir antes de correr directo al baño, sintiendo como el nudo en mi estómago y garganta se hacían cada vez más grandes, sabiendo que sería un infierno deshacerme de ellos.
Empujé la puerta con fuerza y sin poder controlarme caí de rodillas frente al inodoro, dejando que mi estómago se vaciara, sintiendo de nuevo esa horrible electricidad recorrer todo mi cuerpo.
Era incómodo, era asfixiante.
Obligué a mi estómago a detenerse y como pude me reincorporé, sintiendo un dolor punzante en la garganta. Tal vez era por las arcadas, o tal vez era el enorme nudo que aún no me podía tragar.
Lentamente me levanté y sacudí mi pantalón para borrar cualquier evidencia del miserable suceso. Salí del cubículo y me paré frente al espejo, estático, y observé cuidadosamente mi cara.
Me veía asqueroso y me sentía de la misma forma. La luz amarillenta parpadeaba al ritmo de mis acelerados latidos y por un momento sentí que iba a desvanecerme, pero me sostuve del lavabo forzándome a no caer.
Mi reflejo lucía asustado, al igual que un niño a punto de recibir una inyección, o tal vez cuando pierde a su madre en el supermercado. Me recargué sobre la elegante barra de mármol, apoyándome sobre mis débiles brazos que apenas podían con el trabajo, para poder mirar mi rostro más de cerca.
Cerré los ojos por un instante y la primera imagen que vi fue a Jungkook frente a mí, con sus grandes ojos resplandecientes. Su bonita cara brillando gracias a la luz de la luna y los reflectores del lugar. Su preciosa sonrisa que podría iluminar hasta el más oscuro lugar. Sus manos, que a pesar de su baja temperatura ofrecen siempre el más cálido de los tactos. Ese lunar debajo de su rosado labio inferior que te incita a querer hacer más que sólo verlo.
Abrí los ojos de golpe y así me di cuenta que estaba llorando. Las lágrimas salían a borbotones de mis ojos y no entendía la razón, ni cuándo habían comenzado a salir.
—¿Cómo mierda puede decir eso? —murmuré, y dejando que mis sentimientos controlaran mis movimientos, golpeé la barra, lamentándolo de inmediato. Un agudo dolor se hizo presente en mis nudillos, los cuales se tornaron carmesí en segundos.
Más lágrimas seguían saliendo de mis ojos al recordar la escena. Me daba miedo cerrarlos de nuevo porque sabía que lo vería y no quería. Tampoco quería salir del baño, aunque mucho peor, temía que él entrara y me encontrara así.
Dejé escapar una risa amarga que hizo eco en el enorme baño, dándome escalofríos.
"Te quiero".
Una frase que me ha dicho tantas veces antes, pero no entiendo por qué hoy me sabe diferente. No entiendo por qué hoy me eriza la piel y hace que mi estómago se retuerza, al igual que no entiendo por qué mi corazón se acelera de esa manera.
O tal vez sí lo entiendo y no tengo dudas en absoluto...
Pero no puedo aceptarlo.
Me miré una vez más al espejo y suspiré hondo, esperando que al exhalar todo ese peso que sentía sobre el pecho disminuyera, pero no fue así.
Lo único que me quedó fue mojar mi cara con la esperanza de, nuevamente, intentar eliminar cualquier rastro de esta escena.
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𝐅𝐚𝐤𝐞 𝐛𝐨𝐲𝐟𝐫𝐢𝐞𝐧𝐝.
FanfictionLo que comienza como un juego, podría terminar en una inesperada realidad.