—Me parece bien —dijo Jungkook estirándose para apagar la luz, dejando que la tenue iluminación del exterior fuera lo único que ambientara la habitación.
Con una sonrisa ladina el peliazul se acercó lentamente hasta él y, apoyándose sobre sus brazos para no lastimarlo, trepó sobre su regazo para besarlo con fuerza nuevamente, provocándole escalofríos.
Namjoon movía sus labios eufórico contra los de Jungkook pero también lo hacía con cautela, tomando en cuenta que era territorio desconocido, aunque no del todo. Después de unos cuantos segundos y sin previo aviso, gentilmente deslizó su lengua en busca de la del menor.
Jungkook sonrió al sentirla y, recibiéndola con la suya, comenzaron una guerra entre ellas. Torpemente, el peliazul bajó su fría mano hasta el abdomen del menor y sin dejar de besarlo, lentamente la introdujo por debajo de su camiseta para acariciar su costado, sintiendo sus marcadas costillas.
La piel del menor se erizó ante el tacto y jadeó levemente en medio del beso, haciendo que Namjoon reaccionara de la misma forma. El peliazul se separó unos centímetros para tomar aire y Jungkook pudo sentir su aliento a centímetros de sus labios.
Estaba más que familiarizado con el olor a menta, sin embargo ahora que los probaba, se daba cuenta que tenían un sabor distinto. Tal vez a miel, o café.
O tal vez no sabían a nada realmente, pero para él sabían delicioso.Al volver a su posición, el peliazul se acercó hasta estar a centímetros de Jungkook y se tomó unos segundos para mirarlo.
—Tus ojos brillan mucho —musitó— y tus labios están rojos y bonitos.
—Probablemente porque estaba llorando —contestó divertido, y enredando sus dedos entre su brillante cabello azul, lo atrajo para conectar sus labios otra vez.
Permitiéndose probar a Jungkook completamente y éste dejándolo tomar el control, abandonó su costado y subió la mano hasta llegar a su pecho. Lentamente comenzó a dibujar círculos con la yema de sus dedos y poco a poco se acercó hasta sus pezones, haciendo que el menor levantara inconscientemente las caderas.
Al sentir la dureza de Jungkook contra la suya, le fue imposible no soltar un grave jadeo, agregando el hecho de que la delgada tela de su pijama exponía el bulto de su entrepierna aún más. Lentamente Namjoon abandonó su pecho y llevó su mano hasta el abdomen bajo del menor, comenzando a juguetear con el elástico de sus pantalones.
—¿Puedo? —preguntó con la respiración entrecortada y Jungkook no tardó en asentir.
Namjoon comenzó a frotar la zona mientras se acercaba al cuello de Jungkook para depositar pequeños besos. Sin poder evitarlo succionó con fuerza, dejando una marca al instante.
—Joonie, auch —el menor se quejó con dificultad.
La mano de Namjoon se sentía jodidamente bien.
—Lo siento —se disculpó sin mucha sinceridad y antes de que pudiera reaccionar, Jungkook atacó su labio inferior, para después dirigirse a su mandíbula y trazar un camino con su lengua hasta llegar a su lóbulo.
Antes de que pudiera introducirlo en su boca, Namjoon se apartó de él, y aumentando la velocidad de su fricción lo miró con una sonrisa ladina.
—¿Así es como quieres jugar?
Jungkook se limitó a relamer sus labios y asintió, siendo eso lo único que bastó para que Namjoon comenzara trazar un camino de besos húmedos desde su cuello hasta su abdomen, y cuidadosamente bajó su pantalón, dejándolo hasta la mitad de sus muslos.
Un cosquilleo le recorrió la columna al ver el gran bulto bajo la tela de los bóxers. Lucía igual de ansioso por ser tocado como él de tocar, hasta que la realidad cayó sobre sus hombros como un balde de agua helada.
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𝐅𝐚𝐤𝐞 𝐛𝐨𝐲𝐟𝐫𝐢𝐞𝐧𝐝.
FanfictionLo que comienza como un juego, podría terminar en una inesperada realidad.