Viernes.
Respiraciones profundas, torsos desnudos, piernas entrelazadas y el más reconfortante calor. Así eran las mañanas para Yoongi y Taehyung sin excepción.
No había nada que el pelinegro disfrutara más que entrelazar sus piernas y que Taehyung siempre se recostara sobre su pecho, logrando arrullarse con el subir y bajar de este. También le fascinaba que la mayoría de las veces el castaño se negaba a dormir con camiseta, ya que aunque la temperatura fuera baja, él siempre estaba tibio y perfecto para ser abrazado.
Por otro lado, la parte favorita de Taehyung era que Yoongi siempre jugaba con su cabello y depositaba pequeños besos en su frente, nariz y labios, haciéndolo sentir seguro y protegido.
Amado. Querido.
Le fascinaba también como, aunque usualmente era al revés, Yoongi era la cuchara grande y lo tomaba entre sus brazos sin ninguna intención de dejarlo ir.
En todo caso, siempre lo acercaba más a él y rodeaba su delgado torso con facilidad, descansando sus manos sobre su abdomen, cosa que no le era nada incómodo, como sí lo había sido en otras ocasiones, con personas distintas.Nada sobre el peliengro lo hacía sentir incómodo ni mucho menos inseguro, era todo lo contrario.
Nunca antes se había sentido de esta forma y esperaba no tener que despedirse de esto nunca. O al menos pronto.Aún había mucho que descubrir y experimentar y Taehyung sabía mejor que nunca a quién quería de compañero para hacerlo. Comenzando a moverse un poco, Yoongi fue despertado de inmediato al sentir al castaño batallar con la almohada.
Siempre era Yoongi quien despertaba primero, aunque esta vez no lo había hecho en absoluto.
Abrió los ojos por un momento y volvió a caer profundamente dormido, a diferencia del castaño que ni pasados cinco minutos había vuelto a moverse.Esta vez el pelinegro no se inmutó, pero Taehyung terminó por despertarse. Una sonrisa tonta y somnolienta no tardó en dibujarse en su rostro al girar y encontrarse con Yoongi.
No había momento en el que el castaño no se preguntara cómo el mayor siempre podía verse tan lindo en las mañanas. Su piel era siempre brillante y perfecta, su desordenado cabello cubriendo parte de sus ojos le daba un aspecto aniñado pero su cuerpo perfectamente estilizado, al igual que sus grandes manos, rompían el concepto.
Probablemente lo que más disfrutaba ver eran sus labios rosas y perfectos, al igual que sus nudillos, rodillas, codos y nariz, gracias a lo pálida que era su piel. El castaño suspiró, pensando en si algo podría ser mejor que esto.
Sabiendo la respuesta, trepó sobre Yoongi y comenzó a dejar pequeños besos por toda su cara, logrando despertarlo al instante. Taehyung sonrió ante el gesto de desagrado que hizo el peliengro, el cual se transformó en una gran sonrisa al verlo sobre él.
—Buenos días —esbozó Taehyung con una cuadrada sonrisa— perdón por despertarte.
Yoongi sonrió con los ojos y negó, acercando al castaño a él, haciendo que se recostara sobre su pecho.
—¿Tienes hambre?
Taehyung rió ante la repentina pregunta de Yoongi pero aún así negó.
—No realmente —dijo— ¿Tú?
—Yo muero de hambre —contestó el peliengro con voz ronca— ¿Qué hora es?

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𝐅𝐚𝐤𝐞 𝐛𝐨𝐲𝐟𝐫𝐢𝐞𝐧𝐝.
أدب الهواةLo que comienza como un juego, podría terminar en una inesperada realidad.