Capitulo 10

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Candy
La mañana estaba algo extraña.
Comenzó a llover en pleno invierno. Annie y Paty parecían estar normales, pero yo notaba que algo estaba mal.
Por cierto, las cosas habían vuelto a la normalidad con Annie, y ella había estado pasando mucho tiempo más con Archie.
Me alegraba mucho por ella, pues era obvio que sentía algo por él y nada me gustaría más que verlos juntos.
Ya había olvidado como era estar con ella en el hogar de poni, aunque las cosas no eran iguales; ahora era una persona refinada y calmada. Pero seguía siendo mi mejor amiga.
Vi el reloj del comedor. Eran las diez en punto de la mañana. Hora en la que Clin llegaba con un nuevo mensaje de Anthony.
No lo había visto en dos o tres días. Ni a él, ni a Stear y Archie, ni a Terry.
Él no había pasado por la colina, y eso me agradaba. De cierta forma claro.
Me levanté de mi lugar y corrí escaleras arriba hasta llegar a mi habitación y ansiosa abrí la puerta pero valla sorpresa.
— ¡oh Candy! Te echo de menos— dijo Terry leyendo un fragmento de la carta haciendo una voz de niño.
Corrí y le arrebaté el papel de las manos.
— hey, ¿quién te crees que eres para leer mis cosas? ¡O para entrar a mi habitación!
—hola Tarzan pecosa— dijo Terry sin dar importancia a lo que decía.
— largo de mi habitación— dije señalando la puerta que estaba semiabierta.
— pero acabo de llegar— él se levantó de la cama.
— engreído, ¡lárgate de aquí!
— ¿o vas a llamar a tu querido Anthony?
—¿qué tienes tú contra Anthony? ¿Porqué siempre tienes que estar burlándote de él?
— Por que es un princeso.
— es mejor persona que tú— dije molesta— es mil veces mejor persona que tú. Vete de aquí, o llamaré a la hermana Grey.
— esa señora no puede hacerme nada.
— vete.
Estaba cansada de él. Estaba cansada de lo irritante que era, de lo irrespetuoso.
— mejor llama a Archie y a sus amigos, así las cosas se pondrían interesantes por aquí.

No dije nada. Sabía que si lo ignoraba tarde o temprano se iría. Lo miré, intentando que se diera cuenta de lo molesta que estaba.
Opté por guardar la carta en mi bolsillo, tome mi suéter del uniforme que estaba en la mesa de noche y salí de la habitación.
Me dirigí hacia la otra Colina de poni. Allí estaría tranquila.
Terry no me había seguido, pero Anthony estaba allí de pie. Tenía una expresión que jamás había visto. Y no supe descifrar que era.
Me acerque lentamente hasta él y sonreí. Olvidé por completo lo que iba a hacer alli.
— hola— dije ladeando la cabeza con entusiamo, tal vez solo estuviera teniendo un mal día.
Volteo a verme, sus ojos se iluminaron y sonrío.
La antigua expresión de su rostro había desaparecido.
— hola— respondió igual de entusiasmado.
Me senté abajo del gran árbol, y él se sentó a un lado de mi. Nos quedamos en silencio por unos minutos.
— es un lindo día ¿no es cierto?— pregunté, para romper el hielo, aunque me gustaban los momentos de silencio a lado de Anthony. Me hacían calmarme y sentirme cómoda.
Asintió con la cabeza sin dejar de mirar el horizonte.
— no me imagino estar en otro lugar— respondió serenamente.
— ¿no extrañas Chicago?— pregunté.
Anthony tardó unos momentos antes de negar con la cabeza.
— me gusta estar allí, me gustan todos los lugares en donde he estado, y valla que han sido muchos. Pero no siento  especial cariño por él

Asentí con la cabeza mientras miraba hacia donde él lo hacia.
— tengo un mal presentimiento— solté. Pude notar como Anthony se sorprendió y me miró, al mismo tiempo que yo lo miraba a él.
— ¿qué clase de presentimiento?— preguntó. Pude notar que no parecía del todo sorprendido, como si él supiera de lo que estaba hablando.
— no lo sé— decidí no seguir más con el tema. Dejé pasar unos segundos y dije;
— en unas semanas será la fiesta de invierno.
Anthony asintió, con la misma dulce expresión suya volviendo a su rostro.
Intenté animarme mas, no me gustaban los ambientes deprimentes.
— será divertido— respondió— ¿qué opinas del viaje?
—¿viaje?— ¿de que viaje hablaba? Supuse que hablaba del viaje que tuvimos hace unas semanas a Londres ¿de qué más podía ser?— ah eso, pues bien, a decir verdad, no pude haberlo tomado más bien.
— me alegra mucho que lo tomes así, en serio esto significa mucho para mi.
Anthony se estaba comportando extraño, era eso, o eran mis nervios que estaban a flor de piel.
— si...
— ¡hey! ¡Chicoooos!— escuché a Stear quien corría colina arriba agitando la mano.
— ¡hola!— lo saludé.
— hay una chica nueva— dijo respirando pesadamente con las manos apoyadas en sus rodillas.
— ¿En serio?— preguntó Anthony.
— no deja de llegar gente nueva— dije riendo— ¿cuál es su nombre?
— no lo sé— respondió Stear encogiéndose de hombros— tal vez Archie sepa, ya que fue él quien me dio la noticia.
— hay que ir a buscarlo— sugerí, pues la gente nueva me daba curiosidad. Mientras más amigos, mejor.
Anthony se levantó y me ayudo a mi a hacerlo y fuimos a buscarlo. Pero no lo encontramos por ningún lado, por lo que me despedí de los chicos y me encaminé al edificio de las chicas, ya que estaba oscureciendo y lo ultimo que quería era que alguien me llamara la atención.
Estaba comenzando a chispear de nuevo, por lo que me eché a correr hasta entrar al edificio.
Muchas chicas estaban reunidas en la sala de té, así que decidí unirme yo también. La cálida luz de la habitación hacia que se me olvidara el clima que hacia allí afuera.
—¡Candy!— me llamaron Paty y Annie quienes estaban sentadas en un sillón alargado junto con otras chicas.
— escuché que hay una chica nueva— dije mientras me sentaba a un lado de Annie, quien asintió con la cabeza masticando una galleta de chocolate.
—¿cuál es su nombre?— pregunté.
Annie tragó su galleta.
— no lo sé, no he hablado con ella.
Iba a decir otra cosa cuando divise a una chica que jamás había visto charlando con dos chicas más.
Tenía el cabello largo, rubio y lacio y unos ojos grises-azulados.
— allí esta— le dije a Annie— voy a presentarme ¿vienes?
Annie negó con la cabeza, sonreí y me levanté del sofá rojo, caminé hacia donde ella estaba.
—¡hola!— saludé. Ella me miró y las otras dos chicas también.
— hola— respondió tímidamente.
— hola Candy— me saludó un de las chicas.
Le sonreí y regresé con la chica nueva.
—¿Cuál es tu nombre?— pregunté con una sonrisa. Intentando que se sintiera cómoda.
Entonces las comisuras de sus labios comenzaron a abrirse formulando dos palabras con una voz aterciopelada y tímida.
— Susana— respondió con una muy pequeña sonrisa— Susana Marlow.

Candy Candy- my everything. (Fanfic)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora