Candy Candy- my everything. (Fanfic)

Capitulo 11

Annie
Archie me llevó a media noche fuera del dormitorio. Me dijo que me tenía una sopresa.
Todo era tan distinto... antes él era muy frío e indiferente conmigo, pero ahora era muy amable.
Sé que Candy tuvo que haber influido y no me imaginaba qué pudo haber hecho para que él accediera a verme como algo más.
Pero no me sentía molesta, estaba más feliz que nunca.
Me tomó de la mano y corrimos por todos los jardines.
El olor a Tierra mojada a causa de la lluvia aun persistía en el ambiente, pero el cielo se habla despejado lo suficiente como para dejar ver una hermosa luna que nos iluminaba a ambos.
Nos metimos entre un montón de árboles Y después de mucho caminar, nos encontramos en una gran colina llena de árboles, lo suficientemente alta como para poder ver el paisaje.
Archie me tendió la mano sin decir palabra. Y me ayudó a subir al árbol más pequeño que había.
Subí y me acomodé en una gruesa rama con espacio y soporte suficiente para ambos.
Y al mirar más allá, pude ver un hermoso lago que atravesaba todo el bosque. La luna estaba justo en medio de esto.
Archie sabia lo mucho que me gustaban los Lagos.
— es muy hermoso— comenté con hilo de voz.
— sabía que te gustaría— respondió él intentando ser amable.
Lo vi a los ojos, y él a mi, pero desearía nunca haberlo hecho.
Pues en ellos vi reflejada la verdad de las cosas; Archie no sentía nada por mi.
Tenía cierta tristeza en sus ojos. Se estaba esforzando por ser amable y por hacerme feliz, pero él no lo era.
No sabía que pensar, pero no iba a dejarlo ir. Decidí quedarme con él. Tal vez en el futuro pueda pasar algo más, pueda dejar de verme como alguien inferior a Candy, como la segunda opción, como la niña tímida de mama.
Sonreí. Y él también lo hizo. No iba a rendirme.
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Candy.
Susana Marlow:
Parecía simpática, una buena persona y pensé que podríamos ser amigas.
— háblame de ti— le pregunté al día siguiente, a la hora del almuerzo— ¿porqué te transfirieron?
Tardó unos momentos en responder
— por alguien que está aquí, mis papás querían que estuviera más cerca, además de hacer más amigos.
—¿por quién estas aquí?
Ella tomó un sorbo de su té, e indiferentemente dijo;
— Por Terry Grandchester.
Eso ciertamente me sorprendió y abrí los ojos como platos.
— ¿Terry?
— sí, ¿lo conoces? Soy...— hizo una pausa y disminuyendo el tono de su voz concluyó— su...prometida.
Sentí algo inexplicable. ¿Celos? No podía ser.
—¿su prometida? ¿Pero no son muy jóvenes?
Ella asintió con la cabeza.
— es algo que nuestros padres arreglaron hace dos años, él nunca estuvo de acuerdo, se opuso intensamente hasta que logró que lo transfirieran aquí. Pero el matrimonio sigue en pie.
Ahora lo entendía; Terry no estaba enamorado de ella.
—¿lo quieres?— jamás pensé que podría hacer esa pregunta, tan imprudente, ¿quién era yo para preguntar eso? Me arrepentí rápidamente.
Ella suspiro.
— sé que puedo llegar a quererlo—  miró hacia la ventana— ahora lo quiero, pero se que podría quererlo mas, no lo sé, es algo inexplicable, es un cariño que sé que con cualquier cosa puede desaparecer. Estoy aquí para enamorarme de él, ya que el compromiso no se puede evitar.

Después del descanso fui a la colina de poni para estar un tiempo a solas.
Me senté en una rama del árbol y miré la posición del sol. Aún era temprano. Pero ya estaba iluminado.
Hacía frío, así que metí mis manos a los bolsillos de mi suéter amarillo, cuando del lado derecho, sentí un trozo de papel que yacía en ese bolsillo.
Lo saqué y vi que era la carta de Anthony del día anterior. «ayer con todo lo de Terry olvidé leerla»
La desdoblé y comencé a leer.
Candy:
Sé que no hemos hablado últimamente. Pero te echo de menos. Acabo de recibir noticias de Chicago, la tía abuela Elroy tiene un asunto pendiente y me necesita alli, partiré mañana en la mañana. A las 8:30 am
Intentaré regresar lo más pronto posible, quisiera no irme, pero es una obligación.
Te echare de menos.
Anthony

Alterada miré el reloj que estaba en una gran pared del edificio.
Eran las ocho treinta y cinco. Anthony debia estar yéndose ya. Tendía que despedirme de él.
Bajé corriendo del árbol y sin pensarlo comencé a correr como loca sin saber exactamente a donde dirigirme.

Atravesé todos los pasillos sin importar que las hermanas me llamaban la atención de pasada. Debí haberme visto como una niña pequeña, pero en ese momento no pensaba en eso.
En el camino me cruce con Susana. Pero no podía distraerme.
—¿A dónde vas?— preguntó.
— es algo muy importante—respondí sin detenerme— te explico luego.
Corrí hasta la entrada del instituto; ya estaban cerrando la acera.
-¡Anthony!- grité para que volteara antes de subirse al auto-¡Anthony!- grité aun mas fuerte.
Sentí que ya no iba a alcanzarlo; con que a ese viaje se refería el día anterior.
Oí que Susana llego corriendo detrás de mi, pero no me voltee para decirle nada solo grite una vez mas, perdiendo las esperanzas; ¡Anthony!
Y entonces, con un pie sobre el auto, Anthony volteó a ver hacia donde yo estaba. Parecía triste, pero al voltear sonrío y se despidió de mi con la mano libre.
Sonreí y le devolví la despedida sin dejar de sonreír. Lo había logrado. Lo extrañaría demasiado.
Después de sonreír un momento mas. Puso el otro pie dentro del auto y cerró la puerta por completo. Pero había podido despedirme de él.
Entonces, agitadamente, voltee a ver a Susana que seguía detrás de mi.
Su expresión era de asombro absoluto. Y tenía una mirada completamente diferente. Un brillo que no había visto.
—¿quién era él?— preguntó suavemente.
—Anthony— respondí sonriendo.
— así que el güero presumido ya se ha ido— escuché esa voz detrás de mi y me giré para verlo.
—¿ya lo sabías? ¿Leíste mi carta?— exclamé.
—¿Terry?— escuché a Susana decir.
Él pareció confundido pero después de unos segundo miró detrás de mi para encontrarse con Susana.
— Susana— dijo él como si hubiera visto un fantasma; estaba pálido con los ojos como platos.
— cuanto tiempo— dijo ella sin una pizca de entusiasmo.
Esta vez terry no dijo nada.