Capitulo 29

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Terry
Tres semanas después.

No me he aparecido por el hospital en todo este tiempo. Necesito que ella olvide todo lo que sabe de mi.
El día de hoy la dan de alta en el hospital y regresará a casa.
Mientras tanto yo la espero entre los arbustos a un lado de la puerta.
Un carro negro bien pulido se acerca lentamente por el camino de piedra. Las llantas rechinan debido a las piedras y daba pequeños brincos de vez en cuando.
Ese debía ser su auto.
Ella debía estar allí adentro.
Y no me equivocaba, el automóvil aparco justo en frente de la puerta de la cabaña. Rápidamente el conductor bajo del auto y abrió la puerta trasera.
Vi desesperado como Annie bajaba del auto con entusiasmo. Eso significaba que Candy estaba bien.
Seguida de ella, el chico con el uniforme del ejército bajo.
Y después un pie salió del auto dejando al descubierto un zapato café reluciente.
Y luego bajo Candy por completo.
Ella miraba todo su entorno con mucha atención.
Sus ojos se desviaban a todos lados en busca de más detalles que captar.
Se me encogió el estómago al ver como su rostro lucia sereno y en paz.
Como si la pérdida de memoria hubiera acabado con todo su estrés y preocupaciones.
-¡candy!- exclamó Annie con un pie dentro de la cabaña.- ven, entra.
- un segundo.- dijo Candy haciendo un gesto con la mano. El viento soplaba con tal intensidad, que balanceaba su cabello de un lado a otro, tapando su rostro de vez en cuando. - quiero quedarme a explorar por aquí.
Annie asintió con la cabeza.
- esta bien, la puerta estará abierta.
Dicho esto desapareció tras el marco de madera.
Candy camino lentamente hasta recargarse en un enorme árbol verde y frondoso.
Cerró sus ojos sintiendo el aire golpear su rostro.
Ella se veía tan...
Me sacudi todos los pensamientos.
Era el momento perfecto.
Sigilosamente salí de entre los arbustos y me sacudi los restos de hojas que se habían quedado en mi cabello y ropa.
- hola.- dije sonriendo. Su cabeza se volvió alarmada a verme.
- tu eres...
- Terry Grandchester- dije interrumpiendola antes de que pudiera decir algo. Tendí mi mano hacia ella, y Candy, algo desconfiada la tomo.
El tacto de su suave mano no había cambiado en lo absoluto.
- es un honor conocerla- dije con todos los modales posibles.
Una sonrisa se formó en el rostro de la chica.
Y sentí que mi corazón se aceleraba al verla.
Ella retiro suavemente su mano de mi agarre.

- yo soy, Candy Blan...- corto su frase a media palabra.- Candy White Andley- corrigió sonrojándose.
- se quien es usted- dije, hablando como si fuera un desconocido pero con esa confianza que siempre existió entre nosotros.
- ¿en serio? ¿Cómo lo sabe?
Me encogí de hombros.
- seguro ya te han contado muchas cosas acerca de tu vida antes de que perdieras la memoria. Yo dejare que me conozcas por ti misma.

-¿ya te he conocido antes?- preguntó Candy ladeando tiernamente su cabeza.
Asentí con la cabeza.
-¿en donde?- preguntó curiosa.- dime aunque sea eso.
- no- respondí riendo levemente.
- fue en el instituto San Pablo- aseguró ella.
Me encongi de hombros de nuevo.
La atención que recibí de su parte jamás había sido igual.
No supe que sentir.
Ella reaccionaba mejor con desconocidos, a lo que reaccionaba con migo mismo.

Pasamos el día dando vueltas en los alrededores de la cabaña.
Ella intentaba recordar, a toda costa quien yo era.
Hasta que llegamos al lugar donde anteriormente Candy había resbalado.
No creí que lo recordaría, pero yo, apenas puse un pie en ese lugar recordé la terrible sensación en mi pecho al verla caer.
La imagen de la cara horrorizada de anthony. Y los gritos de ella al caer con los brazos levantados en busca de algo que la sostuviera desde arriba.
Sacudi mi cabeza y luego desvíe mi mirada a Candy. Quien miraba fijamente al suelo con una expresión preocupada.
Así se quedo largos minutos, hasta que decidí intervenir.
- ¿te encuentras bien?- dije haciendo que ella volviera en si.
- si...- comenzó a decir con un hilo de voz- es solo que... Bueno no importa, desde que tuve ese, accidente imágenes así han aparecido en mi mente.
Decidí dejar de preguntar acerca de eso.
Debía ser difícil para ella el no recordar nada.
-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:-:
Susana.
¡Han pasado más de cuatro semanas!
No puede ser no puede ser.
¡Estábamos tan cerca!
¿Cómo es posible que nadie se haya comunicado con nosotros?
No sabemos donde están.
No sabemos nada ¿cómo se supone que proseguiremos con nuestro plan si ni si quiera la tía Elroy sabe donde están?
Ella ha enviado muchas cartas al tío Abuelo William, solicitado retirar la adopción de Candy.
Pero no ha obtenido respuesta alguna.
Además ¿cómo íbamos a hacerlo si no sabemos donde están?
Anthony...
Su presencia comienza a hacerme falta.
No quiero dejar de verlo, no quiero pensar que esa fue la ultima vez que lo vi.
Elisa entro molesta a la habitación.
Yo había estado quedándome en la mansión Leagan.
- ¿no hay respuesta aun?- pregunte de brazos cruzados.
-¡no!- exclamó.- ¿cómo es posible que ahora que tenemos todo el apoyo de la tía Elroy ella haya desaparecido?
- si ella no puede encontrarla nosotros tendremos que hacerlo.- dije tirándome a la cama.
Pensé que el apoyo de Eliza me iba servir aunque fuera a encontrarla.
- ¡no sabemos en que parte del mundo están! Puede que ya hayan regresado a Londres.

Fue cuando menciono Londres que una idea fugaz cruzo por mi mente.
-Harold...- susurre mientras me llevaba el dedo índice al labio inferior.
- ¿que? ¿Tienes un plan?- preguntó moviendo el pie izquierdo rápidamente.
- si ¿cuando no?- respondí.
- ya, déjate de rodeos y mejor explícame.
- solo te diré que tenemos al mejor espía de todo el mundo en nuestro lado.
- ¿un espía? ¿Vas a involucrar a un espía en todo esto?
- si, claro ¿porque no? Solo necesito un lápiz y una hoja para escribirle una carta y en menos de un segundo el estará aquí. Y más rápido de lo que te imaginas el habrá encontrado a candy.
Eliza frunció el ceño y torció la boca.
- ¿estas segura? No podemos involucrar autoridades mayores en esto.
- ¿autoridades mayores? Nada de eso, se trata de mi primo.

-ah, hubieras comenzado por allí desde antes.
- señorita Eliza- escuchamos una débil y tímida voz que provenía de la puerta.- su tía abuela quiere verla a usted y a la señorita Susana en la sala.
- esta bien- dijo Eliza alisando su vestido rojo y enrollando su cabello en un dedo.- vamos en seguida.
La emplead salió de la habitación y Eliza me hizo una seña para que fuera con ella.
Me pase una mano por el cabello y la seguí.
Una vez allí adentro, vimos a la tía abuela de espaldas a la puerta. Viendo a travez de la enorme ventana.
- ¿Quería vernos señora Elroy?- pregunte al entrar viendo que Eliza no iba a hacerlo.
- así es, tomen asiento por favor- dijo la mujer. Y ambas obedecimos.- he recibido al fin una respuesta del tío abuelo William. En esta dice que no importa el comportamiento de Candy, el no retirará la adopción.

Miro al suelo con mirada decepcionada.
A decir verdad yo también lo estaba.
Había planeado muchas cosas con Anthony. Muchas cosas que ahora no podre hacer por que Candy no va a quitarse de en medio.
- no se preocupe señora Elroy- dije sonriente- yo misma me encargare de encontrarlos, ya comienzo a echar de menos a Anthony...
- Susana, eres un encanto- dijo la señora sonriendo.- me encantaría que tu fueras mi nieta.
- gracias señora Elroy.- respondí.
- me gustaría que Anthony y tu se conocieran mas, creo que eres un buen prospecto y una buena imagen para la familia Andley.
Sonreí de oreja a oreja.
Y después de tener la aceptación de la tía abuela escribi esa carta a Harold.

Candy Candy- my everything. (Fanfic)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora