Frágil Juventud #1

Birthday

Verónica

-Felicidades por vivir otros 365 días Roni.

Mi mejor amigo de toda la vida Dylan está a lado de mi buzón fuera de mi casa, sostiene en su mano un Twinky con una sola vela encendida.

- Que todos tus sueños se hagan realidad, que cumplas muchos más y bla bla bla bla.

- No te mataría ser un poco más sensible de vez en cuando sabes. - le doy un empujón amistoso.

- ¿Quién dice que no? La otra vez leí un artículo que decía: Las personas sentimentales tienen más probabilidades de morir primero.

- ¡Eso no es cierto!

- Como sea - rueda sus hermosos ojos color miel - Apaga la vela antes de que se derrita en tu pastel porque no tengo presupuesto para otro.

Empiezo a reír acercándome al Twinky de vainilla.
Cierro los ojos teniendo en la cabeza el deseo perfecto para soplarle a la velita.

- ¿Qué deseo pediste?

- El mismo de todos los años - le sonrió - Que mis papás regresen antes a casa y que tú y yo pasemos otro cumpleaños juntos.

A respuesta Dylan me extiende los brazos con una pequeña sonrisa para que vaya hacia él.
Ni siquiera lo dudo cuando me abalanzó para que me rodeé la cintura con fuerza mientras yo de puntillas me engancho a su cuello ya que mi mejor amigo es una cabeza más alto que yo.
Mi corazón late con fuerza cuando mi mejilla está contra su pecho.

En cuanto nos separamos sigo absorta por el abrazo que no veo venir el Twinky estampandose con mi boca y nariz manchando toda la parte inferior de mi cara.

- ¡¡DYLAN!!

- No puede faltar la mordida en ningún pastel - se escusa riendo a carcajadas.

- ¡Sabes cuánto tiempo tarde en arreglarme!

- Es solo betún dramática, lamete la cara y ya esta - pasa su dedo por mi rostro tomando algo de la crema del Twinky para llevárselo a la boca -  Además, no tienes tiempo de ir adentro a tu casa para quitartelo porque llegaremos tarde a clases.

DIOS. Era cierto, tarde mucho en buscar que conjunto de ropa ponerme por mi cumpleaños, en maquillarme y peinarme que salí de casa 15 minutos más tarde que de costumbre.
Pero esos 40 minutos en prepararme por la mañana se fueron a la basura porque ahora tenía betún por casi toda la cara y partes de mi cabello.

- Vamos - Dylan llena su dedo una vez más de betún antes de tomar su skate negra para patinar despacio a lado mío mientras caminó.

La preparatoria no estaba tan lejos llegábamos a 10 minutos caminando.

Dyli me ha esperado afuera de mi casa para irnos juntos a la escuela desde que tengo memoria, siempre fuimos el y yo para todas la cosas o bueno desde que nos conocimos cuando teníamos 6 años.
Jamás olvídare el día en que ví a un pequeño niño vestido completamente de negro sentado solitariamente en una de las mesas del rincón del aula, estaba dibujando en un cuaderno azul concentrado en lo que hacía sin importar lo que sucediera a su alrededor, traía también un gorro oscuro que le cubría su cabello y gran parte de sus ojos, sentarme  junto a él en esa mesa fue la mejor decisión que pude a ver tomado en mi vida.

Ahora mírenos 11 años después seguimos siendo mejores amigos, Dylan sigue vistiendo de negro, lleva su cuaderno de dibujo a todos lados, la única diferencia es que ahora ya no usa ese gorro que cubría su lacia cabellera negra y sus ojos color miel.
Esos ojos de los que estoy terriblemente enamorada.