El primer beso

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Verónica.


No me gustó para nada la manera en que mi mamá hecho a Dylan a la calle como si fuera un perro y odie que yo no hice nada para impedirlo.

Me quedé helada en cuanto la vi parada en la puerta de la cocina, la mirada de desepcion que me daba me taladraba el pecho con culpa.

Sabía perfectamente que mis papás me querían lejos de Dylan pero no podía hacer eso.

Mi mamá, Nini y yo estábamos en la cocina.

Ella le había hablado por teléfono a mi Nana para que viniera  después de que Dylan se había marchado, o mejor dicho ... lo hecharon, otra vez.

- Creí que regresabas dentro de unas semanas - no podía ni siquiera verla a los ojos, tenía la vista fija en mi dedos jugueteando con nerviosismo.

- Tuve que hacer escala en California por un día, decidí venir y darte una sorpresa pero creo que la sorpresa me la llevé yo - su voz era dura, más de lo normal.

- Lo siento mucho.

- Te contraté para cuidar a la niña y la casa - se dirige a Nini - No has hecho ninguna de las dos, toma tus cosas y lárgate.

- NO, Ella no tiene la culpa mamá yo fui quien metió a Dylan a escondidas.

Entrecerro sus ojos azules iguales a los míos que me miraban con inferioridad, me hice pequeña en mi asiento con el corazón latiendome como un tambor.

Rodea la barra para acercarse a mi banco, lleva un vestido negro que se le ajusta a su figura, tacones de aguja del mismo color y un impecable moño que detiene todo su cabello rubio.
Camina con el menton en alto y la espalda recta, siempre ha emanado superioridad, fuerza, tiene un porte de poder cargar con todo el peso del mundo y no rendirse, esas es una de las cualidades por las que siempre he admirado a mi mamá.
Soñar con convertirme como ella un día.

- Tu padre y yo te ordenamos no tener contacto con ese chico ¿acaso me desobedeciste mi niña?

Acaricia mi cabello como lo hacía cuando era pequeña, obligó a voltear mi cara para que la mirará.

No dude.

- No, no lo hice, él solo estaba herido y le brinde ayuda.

Sus ojos llenos de autoridad me daban una inseguridad en mi misma que nunca podré comprender del todo.

- Cómo se que estás diciendo la verdad.

- Porque soy tu hija, puedes confiar en mí.

Me observó unos segundos, una sonrisa forzada se formo en su rostro para después voltear con Nini que se encontraba del otro lado de la barra.

- ¿Cuántas veces a entrado ese muchacho a la casa?

Los ojos de Nini se abrieron ligeramente, paso su vista primero con mi mamá y después conmigo.
Le suplique con la mirada que no dijera nada, le estaba implorando a que me diera una mano con este lío, supe que lo haría cuando me dió una pequeña sonrisa como respuesta.

- 2 veces Señora Hart, vino también el día del cumpleaños de la niña.

Sentí el frío y dolorosa puñal en la espalda cuando esas palabras salieron de su boca condenandome.

Mi mamá volteó de nuevo conmigo con la misma sonrisa.

- Ayyy mi niña, tú nunca aprendes - hecho para atrás el cabello que caía por mi hombros - Ese chico es un andrajoso, está lleno de problemas y si no te apartas de él cómo te dijimos terminarán siendo tus problemas también.

 Frágil Juventud #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora