Aunque se sentía un poco cansada, Grace estaba despierta en aquella torre que el rey Arthur les había proporcionado a los Slora por su información a la nación, era una buena forma de retenerlos y dejarlos allí. Ella había estado de guardia en los turnos que tomó con sus parientes para que todos durmieran plácidamente sin sufrir ningún ataque sorpresa.
El rey desde el día anterior había dado un decreto que ellos tres empezarían a entrenar con la guardia nacional y con sus hijos, los entrenamientos eran después del amanecer, así que al verlo en el horizonte, Grace movió a sus parientes para que fuesen a donde era el entrenamiento, se vistieron con las mismas ropas con las que habían llegado, que todavía parecían no oler mal, se apresuraron a vestirse y fueron corriendo con sus armas en brazos.
Grace se acomodó su cabello tan pronto llegó llamando la atención de los demás por ver a una persona con un pelo tan sedoso y negro, los extranjeros que habían llegado días atrás al palacio habían llamado la atención de todo el personal del palacio quienes los veían con cierto respeto y admiración, jamás habían visto personas con los ojos verdes y con un cabello tan oscuro como la propia noche.
—Buenos días a todos—. Declaró uno de los oficiales al mando mientras todos se encontraban en las filas y los chicos copiaban las acciones que los soldados de la guardia real hacían—. Comenzaremos el entrenamiento y deseo ver peleando a los dos nuevos.
El oficial al mando dijo eso mientras Grace se alejaba un poco dejando a Boris y Cayden en el centro donde ellos se miraban confundidos pero se dieron un gran apretón de manos antes de comenzar a pelear con las espadas, simplemente comenzaron a pelear con gran habilidad pero sin mostrar todo, lo que menos deseaban ambos eran que sus movimientos fuesen estudiados para poder detenerlos y contrarrestarlos en caso de una batalla real, Boris y Cayden se encontraba jugando simplemente con las espadas mientras se escuchaba el tintineo de éstas al chocar.
Grace observaba con detenimiento a sus parientes, estos estaban luchando más lento de lo que solían entrenar, pero era lo conveniente, ella miró a los alrededores de forma discreta, percatándose de la mirada del Rey Arthur quien se encontraba en el balcón observando con atención el pequeño enfrentamiento de los ojiverdes que culminó después de unos minutos en cuanto el encargado del entrenamiento finalizara con el combate que hizo que los dos simplemente sonrieran cómplices.
Los Slora se percataron de varias cosas al observar el entrenamiento de cerca con las diferencias que tenían con los entrenamientos que solían tener en la casa Beaufoy de donde habían escapado, las diferencias eran notables, si bien era porque las personas que se encontraban entrenando formaban parte de la guardia del país eran muy buenos en comparación al suyo.
El entrenamiento siguió por varias horas hasta que los soldados se encontraban cansados, y el rey entró a parar el entrenamiento ya que solicitó hablar con sus hijos y Sloras que estaban entrenando arduamente. Se dirigieron todos al salón principal en donde parecía una carpa militarizada por la forma en que los generales se encontraban reunidos.
Al entrar, todos hicieron reverencia al rey y sus herederos quienes se sentaron en los tronos que había en el salón mientras escuchaban hablar a los generales quienes recelaban la crítica situación armónica en la que se encontraban los reinos vecinos.
Boris estaba usando su habilidad para recordar todas las posibles formas de ataque que tenía la nación con la información que ellos les habían proporcionado, el rey Arthur simplemente escuchaba mientras se peinaba sus cabellos canosos y trataba de analizar todo lo que decían sus generales.
—Alexa tendrás que ir por al pueblo de los herreros para ir a buscar armas porque iremos a la guerra—. Dijo el Rey Arthur mientras los Slora lo miraban atentamente—. Además será bueno para ellos que conozcan al otro Slora que está protegido en el pueblo.
Aquella oración hizo que los Slora se miraran entre sí, completamente confundidos y mirando al rey por busca de respuestas que no pudieron obtener ya que el Rey levantó la sesión y cada uno fue a cumplir sus respectivas tareas que tenían. Una vez que salieron de la sala, los Slora regresaron al pequeño refugio que les habían ofrecido para ir a descansar y pensar un rato.
—No puedo creer que haya otro como nosotros —. Dijo Cayden mientras Boris simplemente asentía apoyando la idea que había dicho el otro.
—Es posible que sea cierto—. Comenzó a explicar Grace mientras acaparaba la atención de los otros dos—. El rey fue capaz de identificarnos por los ojos y el color de nuestro cabello, así que es posible que exista alguien más con las mismas características que nosotros.
Los chicos se quedaron pensando ante tal afirmación, incluso si era cierto, ¿cómo era que había llegado a aquel país y ellos no tenían ni idea de su existencia? Posiblemente había logrado escapar, pero había estado con ellos también o porque no lo podían recordar.
Boris le lanzó un poco de agua a Grace quien simplemente la esquivaba hasta que tropezó y quedó empapada de pies a la cabeza con aquel chorro de agua haciendo que las carcajadas de Cayden y Boris retumbaran por toda la torre de donde ellos eran huéspedes.
Cayden observó cómo venían sirvientas en dirección a la torre con bastante comida, y él recordó aquella vez cuando había descubierto que tenía la capacidad de controlar el fuego, muchos años atrás; cuando los tres eran apenas unos niños, no solían darles mucha comida, pero un día, hartos de eso decidieron ir a robar a la cocina un poco de pan para poder tener sus estómagos llenos, pero esto resultó en que los atraparon a los tres, pero Cayden al tener el pan en la mano decidieron que lo mejor era quemar sus manos para que aprendieran a no robar nada de sus dueños, pero al colocar sus manos en el fuego, aquella situación dolorosamente carnal le hizo capaz de liberar su control por el fuego.
Las habilidades de los dos varones habían sido activadas por situaciones de riesgo y donde ambos tenía la posibilidad de sufrir, aquellos pensamientos rondaban en la mente de uno de ellos mientras agradecían por el transporte que habían hecho las sirvientas con la comida, en donde llegó se repente la princesa Alexa Tessa quien fue recibida con reverencias y saludos tan pronto llegó a ver a los Slora para anunciarles de la pronta partida que harían para ir al pueblo de los herreros.
— ¿Por qué tenemos que cruzar el mar para poder llegar a ese sitio? —. Preguntó Boris mientras miraban como las sirvientas dejaban la comida y huían sigilosamente mientras ellos seguían hablando con la princesa.
—El pueblo de los herreros es una isla fortaleza de donde el reino saca hierro y demás minerales que son procesados allí mismo—. Explicaba la princesa a los tres ojiverdes quienes la miraban seriamente —. Partiremos hoy, así que les recomiendo que coman y se dirijan al puerto.
La princesa salió de donde estaban y los chicos se apresuraron a comer lo que les habían traído las sirvientas, absolutamente todo estaba delicioso, pero en realidad era por que aquellos tres pelinegros se habían acostumbrado a comer lo que hubiese y para ellos cualquier cosa era suficiente para llenar el estómago y no pasar hambre. Solicitaron unos caballos y partieron con el poder de Grace quien les indicó la localización del puerto, en donde había un gran velero. Cayden uso su prefecto oído para corroborar que, aquel fuese el velero en donde irían a conocer al otro Slora de quien no tenían información alguna.
Grace se preguntaba acerca de Jenna, quien posiblemente estaba furiosa por la huida de los Slora quienes tarde o temprano lo harían, pero la inminente guerra que estaba por suceder en naciones vecinas , Grace se sentía triste por ella, sabía que si entraban en guerra, su familia entraría de los principales blancos y posiblemente le despojarían todas sus riquezas y lujos en los que había vivido.
Después de varias horas llegó la princesa con una flota de guardia personales que venían para protegerla de algo, los Slora se quedaron la cubierta observando asombrados el mar, ellos jamás lo habían visto. Estaban recargados en la borda mirando con emoción al mar con sus olas
La princesa los miraba con diversión, ella que había visto tantas veces el mar por encargos de su padre no se sorprendía de la manera que aquellos pelinegros lo hacían mientras parecían pequeños niños observando un gran tesoro enfrente de sus ojos, haciéndola reír por un momento a la distancia de aquellos Slora que recién acababa de conocer.
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Sloras
AbenteuerLa familia Slora poseía habilidades en sus integrantes que pasaban de generación en generación, quienes después de un fatídico final de la casa noble en su reino natal donde fueron desterrados a ser esclavos, deciden probar suerte en otro país en do...