Boris venía cabalgando detrás del caballo de la reina Laura, ella no le dirigía palabra alguna después de haber pasado juntos la noche en aquella lujosa habitación en el castillo de Govan en donde se estaban hospedando a expensas del rey de Govan, hermano de la reina Laura. Ella le había ordenado que no le dijera a nadie de lo sucedido, cosa que le puso triste, pero lo comprendió, se suponía que la reina no podía poseer concubinos ni amantes, ese era un privilegio del rey a quién le alegraba pasar la menor cantidad de tiempo con la reina y el sentimiento era mutuo.
La reina por su parte se encontraba en un remolino de emociones, era bien sabido por parte del personal del palacio que Boris era un chico muy apuesto, siempre habían señoritas hablando sobre él, y no era de menos, sus bellos ojos verdes y cabello oscuro como la noche eran unas de las cuantas características que él poseía, ahora al ser noble soltero, era fácilmente codiciado en el círculo de las señoritas solteras nobles, e incluso la reina estaría mintiendo si no admitiese que había amado estar entre sus brazos, pero ella era la reina, no tenía el tiempo de estarse enrollando de tal forma con un chico que era unos pocos años más grande que su hijo mayor que pronto sería el rey de Prilev.
—Mi reina, tenemos que parar en aquel pueblo—. Boris señaló a la lejanía la pequeña población para después señalar al cielo—. Pronto oscurecerá y no podremos andar con tranquilidad, así que recomiendo que nos dirijamos.
La reina solo asintió y se desviaron para ir al pueblo que al ser una pequeña población se sorprendieron al ver a Boris quién no traía una capa como solía hacerlo, haciendo que fuese el centro de atención del pueblo, pero él ya se encontraba acostumbrado a la situación, se fueron a la única posada que tenía el pueblo que aunque no estaba en tan buenas condiciones como la reina hubiese deseado, era la única que había en el pueblo, y el sol ya se había puesto, por lo que decidieron quedarse allí, incluso ofreciéndole la mejor habitación, no era del agrado de la reina, pero se quedó.
Boris estaba sentado en la habitación mientras pensaba en cómo se encontrarían sus primos, al igual de que estarían haciendo sus amistades en el palacio, pero escuchó como la reina le llamó para que la ayudase a mover un broche que se había quedado atorado en su camisa. Boris solo le quitó la parte donde se encontraba atorado y pudo vislumbrar la espalda de la reina, recordando la noche anterior, haciendo que se sonrojase, acción que no pasó desapercibido por la reina, ¿acaso aquel bello joven se había sonrojado por la noche anterior?, pregunta que tenía que responder en ese momento la reina, incluso si no era impulsiva, la curiosidad la estaba matando.
—¿En qué piensa joven Boris—. Le preguntó con curiosidad la reina como si ella no hubiese sido la otra parte involucrada en la situación.
—Recuerdos—. Le dijo él con una gran sonrisa, dejando pasmada a la reina por lo bello que se veía con las mejillas sonrojadas y aquella blanca sonrisa, pero el joven Boris decidió ser audaz y acorraló a la reina entre sus brazos y la pared—. ¿O usted pretenderá que no ocurrieron?
—Ninguna ocasión es igual a la otra Boris—. Dijo la reina mirando directamente a Boris, sorprendiéndole que por primera vez en tantos años se le sostuviesen la mirada sin voltear a otro lado.
—Pero las oportunidades siempre surgen su majestad—. Dijo Boris mientras se acercaba peligrosamente a la reina quién no se movía—. Y solo uno decide si aceptarlas o dejarlas ir, así que dígame ¿qué escogerá esta noche?
La reina no emitió palabra alguna y besó a aquel noble forastero que ahora formaba parte de su nación, en ese momento ella no se preocupaba por su estatus, ni el tener que ser recta y perfecta para los demás, era un arrebato que le provocaba tener aquellos deseos con ese hombre, quién comenzó a desvestirla mientras esparcía besos por su cuerpo. La reina soltaba su cabello para facilitarle el camino a Boris quién se encontraba extasiado.
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Sloras
AdventureLa familia Slora poseía habilidades en sus integrantes que pasaban de generación en generación, quienes después de un fatídico final de la casa noble en su reino natal donde fueron desterrados a ser esclavos, deciden probar suerte en otro país en do...