Capítulo 31

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Boris se acomodaba en la cama pero al voltear un poco, recordó la noche anterior que le hizo esbozar una sonrisa, se movió despacio ya que a su lado se encontraba la reina Laura que estaba dormitando con tranquilidad a su lado, una delgada manta cubría su bello cuerpo, él se dedicó a admirarla aprovechando que ella no estaba despierta, observó su bella melena y tomó un mechón y olió aquel olor que podía ser capaz de respirar por el resto de sus días.

Aquella acción hizo que la reina se levantara, ya que no estaba acostumbrada a dormir con alguien a su lado, Boris simplemente le dio un pequeño beso en la mejilla, pero su mirada se desplazó por el cuello de la Reina la cual tenía pequeños recuerdos de aquella noche que le hizo sonrojar, la reina por primera vez se sentía tranquila, por lo que tomó el cuerpo de Boris y lo usó como almohada para recargarse en aquellos pectorales que podía estar tocando a su antojo, siempre y cuando el ojiverde se lo permitiese.

—¿Ha descansado bien su majestad?—. Le preguntó Boris con una susurro que le pareció dulce a Laura—. ¿Desea ir a algún sitio el día de hoy?

—He descansado gracias a una excelente compañía—. Boris se sonrojó por aquellas palabras haciendo sonreír a la reina Laura quién siguió hablando—. Verdaderamente no deseo salir de esta cama, hay papeleo que hacer que fácilmente estaré todo el día de hoy encerrada en mi oficina.

—Podría dejarles el trabajo a los ministros—. Boris comenzó a repartir besos por el cuello de la Reina Laura quién solo cerró los ojos ante el contacto que le proporciona el joven—. O podría ayudarle con el papeleo y terminar antes el trabajo.

—No me estás dando ninguna opción de no realizar mis tareas Boris—. Le respondió la reina con una ceja levantada haciendo que el joven soltara una carcajada.

—Debe de ser responsable su majestad—. Le dijo Boris con un poco de seriedad que hizo sonreír a la reina—. Además tiene que darle un vistazo al rey Arthur y a la princesa Tessa.

—En ese caso llama a las sirvientas para ayudarme a vestir; estaré todo el día en la oficina terminando el papeleo, dile a la princesa que al terminar el desayuno se dirija a mi oficina para hablar con ella—. Le dijo la reina mientras se colocaba las delgadas mantas en su cuerpo y comenzaba a caminar por la habitación mientras Boris se encontraba absorto mirando la escena—. Deberías vestirte e ir a ver a Grace, para que despierte a mi hija.

—Claro que si su majestad—. Le respondió Boris mientras se comenzaba a colocar su camiseta y su armadura que se había quedado desarmada en el suelo de la habitación de la Reina.

Boris salió a toda velocidad del sitio y simplemente fue a hablar con las sirvientas para que vistieran a la reina, las sirvientas entraron con velocidad a la habitación de la Reina para acatar sus órdenes. Él fue a la habitación de la princesa, para encontrarse a las afueras de la habitación a Levi sentado y roncando con su espada a un costado en el piso.

No pretendía despertarlo, pero al acercarse más a la habitación de la princesa, abrió los ojos y tomó la espada como un reflejo involuntario, sin embargo al ver que era Boris, volvió a guardar su espada, para volverse a dormir en la entrada, él pensó que Grace estaría cuidando, pero entró a la habitación y observó que la princesa estaba despierta mientras tomaba unas copas de vino.

—Su majestad—. Dijo Boris al hacer una reverencia pero la princesa no volteó así que el siguió hablando, ya que sabía que me estaba escuchando—. La reina me ha ordenado que tan pronto termine de desayunar se dirija a su oficina para poder hablar con usted.

—¿Algo más?—. Le preguntó la princesa mientras le miraba.

Boris se percató al voltearse la princesa las ojeras que tenía en el rostro, parecía ser que algo la había dejado pensando durante la noche y algo tenía que ser, ya que incluso Grace no se encontraba escoltándola, así que algo debía de estar pasando.

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