Capítulo 8

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El rey Arthur se encontraba sentado en su cómodo trono, en donde estaba la sala principal, mientras esperaba pacientemente a su hija con los ahora cuatro Slora, al ver entrara a su hija se levantó para abrazarla, al fundirse en un cálido y familiar abrazo que todos los Sloras vieron sorprendidos ya que pensaban que el protocolo de los nobles era un poco cerrado e incluso áspero en cuanto a las muestras de afecto.

—Así que ya veo a los cuatro Slora juntos—. Arthur sonreía triunfal mientras los cuatro hacían una reverencia al ser mencionados por el gobernador de Prilev—. ¿Cómo se sienten?

—Es la primera vez que tenemos una tranquilidad y buena comida mi señor—. Habló felizmente Grace mientras Cayden y Boris afirmaban lo mismo—. Muchas gracias por las comodidades que nos proporciona.

—¿Comodidades? —. El rey soltó una carcajada que no fue comprendida por los refugiados provenientes de Dalriada—. Estas son cosas básicas, puedo premiarlos con más si demuestran su lealtad a Prilev y ayuda a mis hijos.

—Como usted desee, Rey Arthur—. Dijo Levi mientras hacia una reverencia mientras hablaba con su rey que le había dado refugio en una de las islas de su monarquía.

—Mi señor—. Habló con cierta cautela Boris mientras el rey alzaba los ojos para mirar al alto muchacho ojiverde quien parecía que diría algo importante.

Pero antes de que Boris pudiese continuar, el rey Arthur fue solicitado por sus comandantes y el príncipe heredero, quienes irrumpieron en la sala haciendo que los Slora salieran de la sala debido a al rango y urgencia que ellos pidieron para tener una audiencia con el rey. El rey Arthur le dijo a los Slora que él los mandaría a llamar después para ver qué es lo que querían discutir con él.

Los chicos salieron y se dirigieron a la torre de invitados en donde estaban viviendo ya que el rey les había reservado esa torre exclusivamente a ellos, quienes le enseñaron a Levi los alrededores del lugar para que se familiarizara. Los chicos tan pronto dejaron sus cosas decidieron ir a visitar el pueblo para observar las armas y visitar el pueblo del rey. Llevaron consigo unas cuantas monedas de oro que el rey le había proporcionado en una bolsa de tela que traía Boris dentro de su cómoda camisa.

Tan pronto bajaron, observaron las limpias calles, al igual que la gente feliz mientras pareciera que hubiese fiesta en el pueblo, los chicos veían con admiración todo, pero siendo notados por la multitud ya que eran muy altos. Entraron a observar todo mientras se divertían comprando un poco de alimentos y armas que ocuparían de repuesto.

Grace volteaba disimuladamente ya que sentía la mirada constante de alguien que parecía estar siguiéndolos, por estar fijándose en esos detalles, perdió a sus parientes entre la multitud de personas que parecían estar de fiesta o era que el transito humano era demasiado y ella no estaba acostumbrada, ella entró en uno de los callejones oscuros que logró vislumbrar mientras escuchaba como alguien caminaba a unos metros detrás de ella, al darse la vuelta vio que la sombra estaba por irse pero aventó una de las dagas que siempre cargaba consigo y logró atorar la daga en la tela de la capa de la persona que se encontraba siguiéndole.

Al acercarse por los quejidos y golpeteos que la persona soltó, en cuanto reveló la capa observó aquella joven que la había sorprendido en el castillo Dalriada: la princesa Tessa, quien miraba con aquellos ojos grandes y expectantes.

—Parece que los roles se han invertido princesa—. Dijo Grace mientras quitaba la daga de la capa y miraba el agujero que había causado—. Pagaré por la compostura de la capa.

—Fue mi culpa por querer seguirlos—. Comenzó a reír se la princesa al observar que sus planes habían sido arruinados por el sentido agudo de Grace quien según ella se había alejado a propósito.

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