La tarde había caído con rapidez en la cuidad de Prespa, capital de Prilev, en donde se encontraban los Slora vistiéndose para presentarse ante la reina Laura la cual pretendía observarlos con mayor detenimiento en la mesa. Grace se colocó una camisa blanca con unos detalles plateados en las mangas y cuello mientras portaba un pantalón de alguna piel que les vendió el hombre de las armaduras, mientras iban vestidos con las ropas menos toscas que pudieron encontrar.
Boris por su parte acomodó los cabellos de Cayden y Levi quienes se encontraban nerviosos por el encuentro con la reina, ya que pretendían causar una buena primera impresión. Boris incluso trató de calmar sus nervios mientras le daba golpecillos a la protección de cuero que poseía su espada, que en algún punto llegó a dejar de hacer ya que se encontraban en las puertas del comedor del palacio en donde ya se encontraban sentados los miembros de la familia Real.
Ellos se sentaron y miraron a su alrededor para comenzar a comer, por buena suerte, la reina se encontraba a derecha de su esposo, y sus hijos sentados después de ella, por lo que ninguno de los Slora la tenía a un lado, aunque Boris la tenía casi enfrente, seguido de Cayden y Levi. Por su parte Grace se sentó a un lado de la princesa para acompañarle.
—¿En su país es usual que las mujeres vistan pantalones en las horas normales? —. Pregunto vivaz la reina mientras esperaba la respuesta de la usuaria que se encontraba sentada a un lado de su hija, aquella mujer con pelo corto tan negro y con los ojos de color verde más claros que alguna vez hubiese visto.
—Para los caballeros el pantalón es una forma más cómoda de andar y poder proteger de forma más rápida—. Respondió precisamente Grace mientras se limpiaba el rostro para evitar tener resto de comida en el—. Y mi protección se siente más libre al vestirla, pero siempre me he acostumbrado a usarlo inclusive durante las horas normales.
—Ciertamente—. La reina hablaba mientras era vista por la mayoría de los usuarios de la mesa quienes prestaron atención a la reina—. Tengo entendido que son provenientes del reino del Dalriada.
—En efecto su majestad—. Respondió Cayden mientras escuchaba los tintineos a la lejanía de los cuchillos de la cocina.
La comida siguió sin más, la reina parecía preguntarles cosas a los forasteros quienes eran muy correctos al hablar, al terminar la comida se despidieron para practicar sus habilidades con la espada en las pequeñas arenas que presentaba el Palacio, oportunidad que la reina aprovechó para ver el verdadero potencial de los chicos que habían hecho una masacre en la primera planta de su armonioso castillo.
Los chicos comenzaron a entrenar entre ellos cuatro mientras alternaban sus habilidades físicas mientras reían a verdaderas carcajadas a pesar de ser vistos por la reina quien se sorprendió del manejo de espada y armas de los cuatro, quienes realmente eran como los informes que le había mandado su mayordomo: unos verdaderos monstruos.
La reina analizaba minuciosamente a los cuatro jóvenes que eran de edades similares a las de sus bellos hijos, se preguntaba que opinaban sus hijos acerca de ellos, aunque sabía que habían quedado fascinados, y no era de menos, parecían unos nerviosos niños a la hora de comer, pero en el campo, dicho nerviosismo se iba, y quedaba el instinto, que los hacían lanzar tajadas a diestra y siniestra.
Grace secó el sudor que caía por su rostro mientras observaba detenidamente ya que sentía la mirada de alguien que sorpresivamente era la reina, quien al mantener la vista, optó por retirarse en silencio tal y como había entrado, Boris también miro en la misma dirección mientras se percataba de la presencia de su majestad quien se fue sin más, ambos les preocupaba el hecho de que la confianza que tenía la familia pudiese disminuir un poco con la llegada de la emperatriz al panorama de la familia Real.
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Sloras
AdventureLa familia Slora poseía habilidades en sus integrantes que pasaban de generación en generación, quienes después de un fatídico final de la casa noble en su reino natal donde fueron desterrados a ser esclavos, deciden probar suerte en otro país en do...