CAPÍTULO 3

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El bar.

Estaba en una cafetería que frecuentemente visitaba los sábados para alivianar la cruda que tenía, capuccino sin azúcar, eso tomaba pensando en lo que sucedió anoche, no paraba de imaginarme el rostro de esta mujer en el momento que... Bueno no importa. Justamente llego Carlos, parece que sabía donde encontrarme, yo no podía ser más obvio que esto. Caminaba hacia mí con una sonrisa como si hubiese ganado la lotería.

—tienes que contarme tu secreto— gritó sonriente dandome una palmada en la espalda.

—de que secreto hablas?— aunque si lo sabía no quería contestarle su pregunta

—no te hagas el imbecil, te llevaste a esa mujer...—  cerró sus puños y los colocó en la mesa mientras se acercó más a mi con una sonrisa en la cara
—¡Por Dios¡ es una diosa— se alejó
—por cierto ¿se fueron en taxi?—

—Esa mujer es la esposa de Franccesco Divallo— lo supe por una insignia que llevaba en su auto.
—Y no, ella tiene su auto, solo le dije que me llevara a mi residencia, no quería ser la burla de ustedes— dije eso por que no quería que supiera lo que paso.

—¿A tu residencia? Esa mujer se reía contigo— se quejó. Luego con una expresión de asombro se percató
—un momento, ¿DIVALLO?— parecía conocerlo.
—¿Qué hacía en esta ciudad esa mujer?—

—Quería pasar un rato diferente, eso dijo—

—Quería coger... ¿No captaste esa señal?— seguía quejándose
—por Dios que idiota eres—

Entre un gesto de soberbia dije
—si tanto sabes de señales, ¿por que tu no coges?—

De repente de la nada apareció Frank
—Buenas tardes  amigos— también emocionado ordenó
—un café porfavor, ¿que tanto hablan?— Preguntó.
— díganme qué es de la mujer de anoche—

—Este niño no hizo nada— mencionó Carlos entre dientes.

—¿como que no?— Frank se sorprendió mucho
—te la llevaste hermano—

Yo solo quería salir de esta conversación lo mas pronto posible
Pero Carlos seguía murmurando.
—si... Solo fué un aventon—

—ya Carlos. Es la esposa de Divallo, conmigo no quería nada, solo la convencí de que me sacara de ahi—

Estuve en ese lugar con ellos como hasta las 2 de la tarde, sacando una excusa les dije que tenía que terminar algo del trabajo, al parecer se lo creyeron, en realidad quería estar solo, estos hombres no paraban de hablar de esa mujer.

Caminando por la acera de la ciudad recibí un mensaje, como suponía era Mónica “me estoy yendo de la ciudad, me gustaría despedirme como anoche, pero no tengo tiempo, volveré, no te preocupes, besos:*". No se por qué, pero tenía una sospecha de que no me podría liberar de esta mujer, entre mis pensamientos me decía.
—voy a tener que formular bien mis condiciones cuando esto vuelva a pasar— miraba al suelo con las manos dentro de mis bolsillos.
—lo de anoche fue una apuesta, no puedo dejar que mi orgullo me gane— seguía con las misma acción
—casualmente esta mujer cumple todos los requisitos—

Empezando las 3 de la tarde pase por un pequeño bar clandestino al que alguna vez fui con una mujer, se preguntaran, ¿que hace un bar abierto a esa hora? Bueno es la ciudad. A pesar de tener buenos amigos me gustaba pasar tiempo a solas, así podía pensar más y estudiar más a las personas.

Había poca gente en el bar, pedí cerveza y me senté a observar, logré visualizar a una pareja sentada, estaban tomando y hablando, ambos se reían de lo que él otro decía, obviamente se están conociendo, ella acomodaba su cabello con frecuencia y con el mismo ademán miraba a la entrada del bar, es un bar clandestino, ¿cuántas personas pueden venir de día? El hombre con el que ella hablaba es el típico ejemplo que te dan las mujeres, y ella es muy hermosa, con prendas que no cualquier mujer usaría, de unos veintitantos, quizás de mi edad, logré notar algo en el, la verdad eso me dio mucho repudio, tenía en su anular, la marca de bronceado de un anillo de bodas, este tipo es casado, aun seguía sin entender, no entiendo como se comprometían y seguían buscando en las calles, pero ella... Tenía una leve sospecha.

Su teléfono sonó, sacó de su cartera un móvil de último modelo, lo miró lo colocó en silencio, lo guardó y siguió la conversación, definitivamente está mujer también es casada, no pude evitar reírme mientras tomaba de mi cerveza, al mismo tiempo que ella se frotaba la pierna mientras hablaba, estaba nerviosa, tenía dudas al respecto, el se veía muy tranquilo, seguro de sí mismo, aunque a decir verdad este tipo no iba a lograr más que el esposo de una mujer.

El se levantó y tomó paso al baño, enseguida yo también me levanté y me dirigí hacia ella, me senté y sin dudas le comenté.
—¿tu esposo no te satisface bien cierto?—

ella agrandó los ojos y tomó un gran respiro, su piel se tornó pálida y no quería hablar, luego de una pausa de 8 segundos máximos respondió
—¿el te envió a seguirme? Lo sabía por eso sigo nerviosa—

Yo solo pude reír mirar la mesa y rascarme la cabeza, me digné a preguntar
—¿cuántos años tienen de casados?—

Su tartamudeo empezó a hacerse notar, temblaba mientras yo la miraba a sus ojos llorosos
—tenemos dos años de casados—

Me sorprendí más de la cuenta, 2 años, solo 2 miserables años y está mujer ya estaba siendo infiel, es extraño, observándola más de cera es una mujer muy sencilla, parecía ser tímida, su vestimenta es casi semiformal, su voz es intermedia pero con buen léxico ¿por que todo tiene que suceder después del matrimonio?

—solo 2 años— dije sin dudarlo.

ella pausó su voz temblorosa y prosiguió a decirme
—un momento, ¿no lo sabias? Entonces el no te envió— volvió a recobrar el aliento.

Esta mujer obviamente no quería perder a su esposo, con las prendas de marca, quizás Prada, obviamente su esposo es el "chequeman".

No soy nadie para interponerme entre lo que algún desconocido va a hacer, ni siquiera tengo moral para hacerlo, no puedo juzgar entre bien o mal, pero me parece injusto que una mujer como esta, a solo pocos años de casada no este satisfecha totalmente con el sexo.

—este hombre no te llegará a satisfacer lo que buscas— dije muy seguro y continúe
—sabes que mas que una aventura buscas llegar al clímax, te han hablado muy bien de esa sensación, solo has estado con un hombre, fuiste una niña prodigio y no tenías tiempo para hombres, tu esposo estuvo detrás de ti mucho tiempo, logró conquistar tu corazón, pero un hombre no sólo conquista el corazón de una mujer. En pleno siglo 21, todos los programas que hablan sobre sexo, más lo que tus amigas te dicen, te sientes en la necesidad de indagar y encontrar en un hombre, lo que tu esposo no ha logrado aún, quieres probar lo que realmente se siente tener un órgasmo, y te insistiré en algo, este tipo no logrará eso.—

Ella solo se quedó callada y me miraba fijamente, su única respuesta fue una carcajada, me hacía notar que es cierto lo que dije, pero que no le tomaría importancia a tal comportamiento mio, prefirió ofenderse y me pidió con un tono ofensivo que me retirara de la mesa, pues no era bienvenido a tal numero de asiento, procedí con un rostro sonriente me levante de la mesa sin antes despedirme, y dejarle mi nombre, para no ser tan grosero
—fue un placer señorita, mi nombre es Jhon Fletcher—

Sin darle importancia a mi agrado sacó su teléfono y comenzó a escribir, noté que aquel sujeto que estaba con ella se acercaba a la mesa y seguí caminando a la barra.

Pagué mi cuenta para retirarme del bar, era un fastidio tener que caminar hasta la salida de dicho bar, tenía muchas puertas y desvíos, obvio, es un bar clandestino dentro del sótano de un edificio, al abrir la puerta de la salida de este lugar, observo de forma inmediata una camioneta lujosa, y a un hombre fuera del auto, observando un papel y buscando con desespero una dirección, pobre hombre, no sabía en lo que estaba su mujer, no dudo en acercarse y preguntarme si conocía dicho bar, preferí decirle que no, no soy un diablo que hace romper parejas, es mejor mantenerme bajo perfil.



JHON FLETCHER -ÓRGASMO- (COMPLETO) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora