CAPÍTULO 4

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Cintia y Tania

Sentado en el sofá de mi residencia, pasando el resto de la tarde del sábado, miro el noticiero enterandome de las nuevas tragedias mundiales, las guerras en oriente, los asesinatos, cosas típicas que se vienen transmitiendo desde hace años. En ese momento entra una llamada de Carlos, miro al techo y me pregunto ¿Que tanto puede joderme la vida un gordo millonario?

-señor "yo no logré nada"- Carlos ya había empezado con sus burlas era tan típico
-¿como esta pasando su tarde?-

-tu estas enamorado de mi Carlos- seguí con su burla -no paras de joderme la vida-

-Eres mi mejor amigo imbecil, se supone que nos fastidiemos- en eso tenía razón.
-hace tiempo que no tenemos momentos juntos-

-las personas cambian hermano, pero nuestra amistad no- esto se estaba poniendo cursi
-aunque estoy contigo solo por interés, igual que tus putas-

-¡Ja! ¡Ja! Muy gracioso- fue sarcástico,
-vayamos a Poocat- era otra de sus invitaciones a las que no iría.
-Robert dijo que los sábados acuden mujeres que ni te cuento- todavía no entendía la razón de ir a sitios donde frecuentan mujeres a las que el no les dice nada.

-¿hoy? No puedo Carlos, perdoname, tengo que adelantar algunas cosas del trabajo para no estresarme el lunes en la oficina-

-tu nunca puedes los sábados Jhon- dijo molesto.
-ya que será lo mismo, otro día te invito los tragos que te debo- colgó.

Había inventado lo del trabajo, a decir verdad, acostumbro a salir de la ciudad uno que otro día, siempre iba a otra ciudad muy cerca de esta, a solo 30 minutos en auto, había decidido salir ese sábado. Alistando mis cosas y cayendo la tarde tomo mi auto y me dirijo a la ciudad vecina. Existe una disco muy buena y exclusiva que frecuentaba poco, me hospedo en algún hotel de la zona para arreglarme y salir a comer.

A eso de las 9:00pm voy a un pequeño restaurante para analizar meticulosamente las medidas que tomaría. Finalizada la comida pido un trago para calentar y empezar la noche.

Estando en "Ray'os postrado en la barra deleitando de mi trago inicio el análisis y observo como se encuentra el ambiente, quería encontrar esa mujer que necesite de mi, esa mujer que busca el placer y lo necesita. A decir verdad habían varios grupos de mujeres, pero escoger no es nada sencillo, en lo personal soy muy selectivo, no buscaba a cualquier mujer. Existieron momentos en mi vida en los que mis servicios no fueron visualmente necesitados. El Barman me facilitaba algunos datos de mujeres que frecuentaban a solas, las que tenían pareja y las que no. Algunas mujeres de la zona solían venir en momentos que sus esposos no se encontraban en la ciudad ¿cuántas mujeres casadas con hombres dinerados pueden estar a solas en una disco? Y ¿cuántas de ellas no han llegado al clímax deseado? La verdad es que mi pregunta casi siempre es la misma ¿cuantos hombres en la vida no piensan en satisfacer sexualmente a una mujer? El sexo es muy importante, tiene que valer la pena, se que hay momentos en los que toca el sexo rápido, incluso en ese momento puedes tocar puntos placenteros, todo depende de como uses lo que se te dió, muchos hombres no se dan cuenta de cuantas veces pudo tocar otro hombre lo que creen que por ley es de ellos, toda mujer que no esté complacida totalmente en tal punto tiende a intentar por otro lado, ¡siempre!

-Cintia, mucho gusto- me surró al oído aquella mujer del bar clandestino.

-Un nombre hermoso para una mujer hermosa- mi coqueteo se insinuó de forma inmediata.

-Jhon! ¿No es cierto?- recordaba mi nombre
-fui muy irrespetuosa contigo- dijo disculpándose.
-pero te metiste donde nadie te llamó- le doy la razón

JHON FLETCHER -ÓRGASMO- (COMPLETO) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora