CAPÍTULO 37

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Un asesinato

Mi cordura no existía, nunca me imaginé pensar tan negativo, realmente nunca me imaginé estar sumido en tantos problemas. Ha pasado poco más de una  semana después del desastre, Mónica continuaba con las reuniones de la empresa, tenía que acudir ella personalmente debido a mi incapacidad, en ocasiones se reunía con Marnie. Mi mente me causaba más desespero debido al sedentarismo que llevaba, no tengo una rutina, solo estar encerrado, esperando que toda esta situación disminuya por completo, pero parecía ir en aumento, los encabezados aún me nombraban. Mónica me había mencionado que la revista Good quería una entrevista directamente, aprovechando que Marnie estaba cerca, por obvias razones me negué.

Estaba en el sofá, tranquilamente tomando una tasa de café, Marccelo y Miguel, por la tarde tomaban clases de alemán, debido a que franccesco se había mudado a Berlín. La puerta de la entrada sonó, de manera inmediata sentí miedo, la paranoia me había consumido por completo. Tantas emociones recibidas pueden causar mucho daño, pero ese impacto que recibí al ver a Marnie parada frente a mi fue asfixiante. Su expresión de odio se notaba de manera inmediata, entró sin pedir permiso, y se ubicó en la sala, sacó una hoja y un lápiz, y me miró.

—entonces... — cruzó sus piernas.
—¿cómo inició todo esto del sexo?—

Yo la veía desde la puerta.
—una persona es el malo solo porque una multitud que no sabe absolutamente nada lo tilda de algo— la miré con ojos triste
—sin si quiera escuchar la versión del perjudicado— cerré la puerta.

—a eso vine, a escucharte— dijo Marnie con poca delicadeza.

—¿de verdad crees que soy una mala persona?— pregunté casi llorando.

—alguien que se coge a la novia de su mejor amigo un día después de masturbar a la mujer que estaba enamorada de él...— sonrió.
—yo creo que si eres el malo— levantó su ceja.

Me acerqué y me senté frente a ella
—solo quiero que me digas algo— le dije mirándola fijamente.
—¿quién te dejó entrar ese día?— pregunté.

—sólo vine a darte una sorpresa, quise venir a hacer el amor contigo, extrañaba mucho sentirte, pensé que tal vez podríamos recuperar lo nuestro— se inclinó y acercó su rostro al mío.
—pero menos mal que no— se alejó.

Me levanté del sofá y caminé hacia la nevera, saqué un poco de jugo de naranja y me serví en un vaso, me dirigí hasta la entrada y antes de abrirla comenté —tu no te creas tan buena persona— Marnie se impactó y se levantó, caminó hacia mí con una furia que se notaba como si fuera sudor saliendo de sus poros. Mi puerta volvió a sonar un poco más fuerte —Jhon Fletcher es la policía— dicen desde atrás de mi puerta. ¿Que hacía la policía en mi puerta? Pensé que tal vez me buscaban por delitos de abuso, Marnie también se notaba impactada. No los hice esperar así que los dejé entrar, me pidieron que los acompañara, me tenían que interrogar, pues era el principal sospechoso de un asesinato, todo comenzaba a empeorar cada vez más.

Estaba en un cuarto oscuro, con dos policías, Marnie decidió acompañarme, me supuse que ella estaría esperando afuera, Mónica tal vez seguía en la empresa, así que ahí estaba solo, tenía la mente tan débil que no me sentía seguro. Mi mayor impacto fue ver las fotos que me mostraron, fue inevitable ponerme a temblar. Al parecer habían encontrado a Nina metida en un basurero, había sido golpeada y estrangulado. Debido a la difamación en mi contra, era muy obvio que yo fuera el principal sospechoso. No podía creer que Nina estaba muerta, pensé que tal vez era un plan de ella misma para hundirme aún más, pero no creo que la policía acepte hacer este tipo de cosas, realmente alguien asesinó a Nina, no sabía cómo sentirme, Nina lo tiene merecido, pero hubiese preferido que le pasaran muchas cosas malas a su vida, más no que muriera de manera tan trágica. Sus ojos habían salido de su sitio, su cuello casi cortado hasta la mitad, la estrangularon con un cable muy delgado, tenía un golpe muy fuerte en la cabeza, y rasguños en los brazos, no mostraba heridas de violación y todas sus pertenencias permanecían con ella, así que realmente quien la asesinó lo hizo porque lo deseaba, pero las acusaciones me señalaban a mí.

JHON FLETCHER -ÓRGASMO- (COMPLETO) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora