CAPÍTULO 36

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Una gran noticia.

Han pasado 3 días después  del fatídico día. Mónica ha permanecido a mi lado cada uno de esos días, todavía habían periodistas esperando por mi, la vergüenza me consumía, así que prefería no salir.

se habían creado innumerables artículos sobre mi, personas que decían conocerme, habían miles de comentarios en mi contra que hacían competencia con las miles de fanáticas que me había creado "todas necesitamos un Jhon Fletcher" decían, mi pensamiento de culpa me hacían reflexionar sobre mis acciones, y es obvio que todo lo que solía hacer estaba mal, pero cierto tipo de mujeres se fijan más en el sexo y no en el modo en que las usé, a pesar que me dediqué a su satisfacción, en el fondo solo las usaba, me tocó madurar de la peor manera.

Dejé innumerables mensajes a Marnie, ofreciendo mis disculpas, lo único que supe de ella fue un texto diciendo que me tenía asco, no se podía creer que ella había perdido su virginidad conmigo, pude entenderla, pero sus palabras me hacían sentir mal. Me había vuelto vulnerable sentimentalmente, cualquier frase en mi contra me hacía sentir peor de lo que ya estaba.

Nina presentaba algunos cargos por lo que hizo, pero escuché que un patrocinante sobornó al fiscal para que ella quedara libre de todo cargo, Nina había planificado todo a la perfección.

Mónica intentaba no hablar del tema, no hacía preguntas salvo para saber de mi estado mental, trataba de distraerme de cualquier forma. Por mi parte solo pensaba en Marnie, estaba planificando una manera de recuperarla, debo hacer mi vida de nuevo, todo estaba bien.

—¿si sabes que este PH es de mi propiedad no?— preguntó Mónica mientras acomodaba la mesa para almorzar.

—obvio— dije mientras veía firmemente por la ventana.
—eres dueña de casi todo— la miré.

—mis hijos vendrán a quedarse aquí un tiempo conmigo— seguía haciendo la mesa.

—venderé mi auto y algunas prendas de oro, de esa forma tal vez pueda empezar de 0— metí mis manos en los bolsillos de mi bombacho.
—¿cuando deseas que me vaya?— pregunté.

—quiero que los conozcas— dijo sonriente.
—y te puedes quedar aquí el tiempo que desees— colocó los platos.

Mi expresión de poker no reflejaba admiración alguna por ese ofrecimiento, en el fondo si deseaba irme de ese lugar, pero no tenía a dónde ir, no me dió tiempo de comprar una propiedad. Pero me hacía ruido en la cabeza <<¿porque vendrán sus hijos aquí?>> me pregunté.

—llegarán a media noche lo más seguro— terminó la mesa.
—puedes venir a comer— dijo sonriente.

Me senté a comer con la misma expresión gris, Mónica había preparado un jugoso pollo al horno, a pesar de tener el dinero para contratar, ella cocinaba de manera espectacular, disfruté por primera vez en 3 días, de una comida digna.

—mi apellido de soltera es Soto— dijo luego de meter un bocado en su boca.

Mi expresión paso de ser a gris, a un asombro gigante, había mencionado su apellido de soltera, Mónica se había divorciado de Franccesco, y nadie se había enterado de nada.

—sucedió justo el día que nos conocimos— su expresión se entristeció.

Yo la miraba asombrado, no podía decir ni una sola palabra, sus hijos vendrán a vivir aquí con ella, esa era la razón por la que Franccesco no aparecía en todo el asunto de BookWay, y era la razón exacta de porqué ella estaba tan liberal conmigo.

—el día que lo hicimos por primera vez, me hiciste sentir algo que jamás había sentido— comenzó a llorar un poco.
—yo suelo ser arrogante como tú, pero contigo no podía serlo, la manera en cómo me tratas cuando me lo haces es maravilloso, Franccesco jamás me trató asi— soltó sus cubiertos.
—perdí años de mi vida con el hombre equivocado, lo tuve todo, pero estaba vacia—me miró.
—Hasta que llegaste tu— suspiró y miró a la ventana.
—hicimos locuras, lo prohibido causa una adrenalina extrema, y me sentía de maravilla, quería sentir eso todo el tiempo, solo tu podías darme esa magnifica experiencia— secó un poco sus lágrimas.
—a pesar de lo mal que me tratabas luego del sexo, de igual manera aprendí a quererte, porque tu arrogancia no se compara a los golpes de Franccesco— sus lágrimas crecieron.

—Mónica para— fue lo único que pude decir.

Ella comenzó a llorar muy fuerte, reprimiendose el sonido, temblaba mientras lloraba, yo solo la miraba, nunca fui bueno para alentar a alguien, así que solo la miraba, me sentía extraño, todo mi problema, y ahora Mónica llora desconsolada.

—¿amas a Marnie?— preguntó.

—¿a qué viene eso?— pregunté de regreso.

—uno debe luchar por quien ama, así como yo traté de luchar por ti— dijo mientras me miraba sonriente con las lágrimas cayendo por su rostro.

—si, la amo— miré a la ventana.
—pero no soy una buena persona, así que ya no hay nada que hacer— suspiré.

—perdón por haberte jodido la vida— dijo Mónica entre su llanto.

—no has jodido mi vida Mónica— la miré a los ojos.
—me la he jodido yo— me señalé.

Mónica comienza a temblar más y a ponerse nerviosa, yo no sabía que sucedía, ya me estaba asustando la situación, por un momento comencé a molestarme. Me miró fijamente a los ojos, tomó mi mano, y de su pantalon sacó una prueba de embarazo que había dado positivo. En el momento no entendí, cuando logré comprender me levanté de manera inmediata y me alejé de ella, Mónica lloró aún más más cuando hice eso, comencé a temblar y halar mi cabello, la desesperación me consumió como jamás había pasado.

—¿como te atreves a mostrarme eso en este momento tan tormentoso? — dije con un tono de voz alto y enfadado.

Mónica agachó su mirada y lloraba sin cesar, yo caminaba desesperado por toda la sala, no podía creer que embaracé a Mónica, muchas locuras pasaban por mi cabeza.

—¿estas segura que es mío?— pregunté de forma pedante.

Mónica me miró fijamente.

—no he estado con más nadie, eres el segundo hombre de mi vida— dijo lanzandome la prueba.
—sucedió el día que lo hicimos en el auto— me recordó.

Efectivamente ese día había terminado dentro de ella, no podía creer lo tonto que había sido, me había ganado el odio que yo sentía por Marnie, mis problemas seguían aumentando, era imposible que yo pudiera tener un hijo con Mónica.

Se notó lo enfada que estaba por mi reacción, pero no tenía cabeza para reaccionar de la mejor manera, me repitió muchas veces que ella sola podría criarlo, tiene dinero que es lo importante, pero realmente no quería eso, existían métodos de solucionarlo, pero no era momento de hablar eso, solo tenía poco más de un mes.

Mi apetito fue desapareciendo poco a poco, yo me aisle durante un rato, me encerré a pensar, a ver fotos de Marnie, imaginar lo lejos que estaba nuestra relación, y desearla, me colgaba la llamada y no respondía ningún mensaje de texto, sin darme cuenta se hizo la hora de llegada de los hijos de Mónica. Llegaron con ella, de la forma más educada posible, no parecían niños, entraron y ordenaron todo, yo salí por cortesía.

—te presento a mis dos tesoros— Mónica colocó sus manos en la cabeza de cada niño.
—Marccelo de 12, y Miguel de 8— me miró sonriente.

Dos pequeños italianos con similitudes a Franccesco, se acoplaron al lugar de manera inmediata, Mónica me miraba como si quisiera decirme algo, y yo la miraba igual, solo que no fluian las palabras.

Me sentía el peor imbecil del mundo, no podía reaccionar a mis sentimientos, me odiaba en ese momento, sin darme cuenta he causado tanto daño, solo por sexo, dañé a Marnie, dañé a Carlos y dañé a Mónica, y me dañé a mi mismo de una manera inimaginable, será sumamente difícil salir de la mediocridad en la que he caído.

JHON FLETCHER -ÓRGASMO- (COMPLETO) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora