JHON FLETCHER -ÓRGASMO- (COMPLETO)

CAPÍTULO 23

Relaciones amorosas.

Llegamos muy tarde trabajo, Marnie se quedó a dormir en mi residencia y no llevó un cambio de ropa. Tuve que usar mi auto para ir por su ropa del trabajo. Muchos compañeros del trabajo nos vieron llegar juntos, y comenzaron a hacerse ideas, es obvio, es muy obvio.

Dentro de las oficinas, la distracción era bastante, ella prefería pasar tiempo en mi escritorio sentada en mis piernas hablando cualquier estupidez, en el fondo me sentía avergonzado, pero no quería que ella dejara de hacer eso, la mirada de la jefa era muy penetrante, hasta que me citó a su oficina.

—Marnie es la última mujer con la que tu deberías estar— exclamó mi jefa rascándose el párpado y mirándome seriamente.

—aunque no lo creas, siento cosas por ella— respondí.

—¡Vaya!— abrió sus ojos.
—Jhon Fletcher está enamorado—

No entiendo porque cada vez que alguien se sorprende me llama por mi nombre completo.

—no estoy enamorado, pero me gusta su compañía, posiblemente me enamore más adelante— dije caminando por el piso de su oficina.

—solo te digo que tengas cuidado— me señaló.
—ella no es una mujer con un mal corazón— siguió señalandome.
—y cuando Mónica se entere no será nada bueno— exclamó mientras acomodaba papeles de su escritorio.

Obviamente sentí un frío recorrer mi cuerpo, pensé que tal vez Mónica no le importaría, pero es la dueña de BookWay y la veré con frecuencia.

Me retiré de la oficina un tanto preocupado, no pretendo hacerle ningún daño a Marnie, quiero cambiar totalmente mi antiguo yo, debo encontrar la manera de decirle a Marnie quien era antes de ella, pero primero dejaré que se acostumbre más a mí, de ese modo le será más difícil dejarme si eso le parece malo. Ella me miraba salir con una sonrisa en su rostro, creo que pensaba otra cosa.

—apuesto que llamó tu atención por estar tan romántico conmigo— dijo Marnie  mientras golpeaba mi cadera con su cadera.

Solo me reí falsamente.
—exacto, me dijo que tratáramos de trabajar— tomé sus mejillas con mi mano, y le di un pequeño besito.

Seguí a mi escritorio y me senté a continuar el trabajo, me quedé perplejo frente a la pantalla del computador  imaginándome escenas ficticias de lo que podía pasar.

Mi teléfono vibró, entró un mensaje <<hoy después de tu trabajo en el café, tenemos que hablar>> Carlos al fin había aparecido, pero que extraña manera de citarme. Preferí no prestar atención y dejar que el día siguiera corriendo.

No paraba de mirar a Marnie, la veía pasar de arriba abajo, asistiendo a mi Jefa, mi sonrisa aparecía junto con la de ella cuando nos mirábamos, pero desaparecía cuando me daba cuenta que mi jefa me miraba fijamente, que espeluznante esa actitud, me sentía como un niño de primaria siendo amonestado por su profesora.

Y así terminó el día, en la salida del piso del edificio donde estaban las oficinas de BW esperaba a Marnie para irnos, dejaría que ella me acompañara al café para verme con Carlos. Ahí venía ella caminando de una manera alocada, parecía una niña enamorada, pero me gustaba, definitivamente está mujer está muy interesada en mi, cuando llegó a donde yo estaba, se puso de cuclillas para alcanzarme y me dió un pequeño beso en mis labios, tomó mi mano, y seguimos a la salida.

Llegamos al café, estacioné mi auto en un sitio donde no debería haberlo hecho, pero planeaba hablar rápido con Carlos, contarle lo de Marnie e irme de una vez a mi residencia con ella.

Al entrar al café noto esa gran espalda de gordo sentado, ahí estaba Carlos de espaldas hacia mí, pero quedé impactado al ver quien estaba sentado frente a él, <<¿que coño hace Nina aquí?>> pensé mientras frené mi paso. Marnie tomó mi pecho y miró mi rostro con algo de duda, yo solo pude tragar hondo y seguir hasta la mesa, ya no podía retirarme, pero ardía mi sangre al saber que Nina ya sabría que estaré con Marnie, no quiero ni saber que imprudencias podría decir, me senté super callado.

—Hola Carlos— saludó Marnie
—no se nada de ti desde el sábado— dijo mientras se acomodaba de una manera extraña en la silla.
—un placer soy Marnie— saludó a Nina.

Marnie tiene unos hábitos extraños, en la silla tenía ambas piernas cruzadas como si estuviera sentada en el piso, aún con esa ropa apretada del trabajo no se le dificultaba tomar esa posición.

—un gusto, soy Nina— respondió mirándome a la cara.

Carlos solo tenía sus manos en su rostro, su pierna derecha se movía rápidamente y el miraba fijamente al azucarero de la mesa.

—bueno— me incliné.
—ya nos conocemos todos, ahora Carlos, ¿que me quieres decir?— pregunté.

—Nina y yo decidimos empezar una relación amorosa— dijo Carlos sin pelos en la lengua.

Mi cuerpo se puso mucho más frío que en la mañana, mi corazón empezó a latir de una manera fuerte, tragué mucho más saliva que al entrar en este lugar, y Nina me miraba con esa sonrisa maldita en su rostro.

—que bueno— dijo Marnie sonriendo y aplaudiendo.
—Jhon y yo tenemos algo que decirles también— continuó.

Solo quería callar su boca, realmente no quería que Nina se enterara de esto.

—Jhon y yo también comenzamos a salir— dijo Marnie entusiasmada.

Nina miraba a Marnie soltar esas palabras y de manera lenta volteó a mirarme con más malicia en su rostro. Sabía que no debía iniciar nada con Marnie, tan pronto ya corremos peligro, solo por una maldita mujer que está loca.

—entonces Jhon, ¿que opinas de mi relación?— preguntó Carlos.

—Carlos, de verdad te deseo lo mejor del mundo— dije hipócritamente.

Debía mentir y actuar feliz, no podía darle motivo a Nina para abrir su boca, y no podía permitir que Marnie tuviera un mal momento, debo cuidarla.

—Jhon, me sorprende que te lo tomes de buena manera— dijo Nina sonriendo.

—¿por qué debería tomárselo de mala manera?— preguntó Marnie.

Nina iba a responder y de inmediato intervine.

—Nina fué mi primera novia, en la universidad, hace 7 años.— dije tomando la mano de Marnie.
—supongo que Carlos pensaría que por eso yo me podría molestar— miré a Carlos
—pero no amigo, de verdad, felicidades, les deseo bien— dije mintiendo.

Me retiré del lugar junto a Marnie, ellos siguieron en la mesa hablando, supongo de nosotros, miré fijamente a Nina, y cuando ella se dió cuenta de que la miraba, le dió un beso muy sensual a Carlos.

Llegamos a mi residencia, Marnie había traído un bolso con ropa, la invité a quedarse toda la semana aquí, quería pasar mucho tiempo con ella, para acostumbrarme a todo. Yo no paraba de pensar en Carlos, pero esta vez mis pensamientos se iban de manera inmediata por que Marnie estaba ahí para distraerme.

Y así poco a poco muchas cosas comienzan a cambiar.