CAPÍTULO 22

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Propuesta.

Mi vida está empezando a dar un giro muy extraño, ya nada es igual para mi, parece que un día cambió mucho de mi, aunque tal vez todo empezó a suceder desde que conocí a Mónica, estoy empezando a aborrecer un poco el sexo, o quizás aborrezco la manera en que yo veo el sexo. Aunque tengo razón en muchos de mis pensamientos, para mi se ha vuelto algo matutino, y lo matutino aburre, el desespero se está empezando a acumular en mi persona, tantas cosas en tan poco tiempo y todo es por sexo, definitivamente creo que es hora de cambiar mi vida.

De tantas lagunas mentales y hechos  que ocurrieron anoche olvidé por completo darle mi nuevo número a Marnie, supongo que mañana en el trabajo podré conversar con ella. Es increíble lo que pasó ayer, Marnie me pudo doblegar, aunque un hombre para el sexo es débil mis principios no me permitía cogermela, y ahora soy el primer hombre de su vida. Es innegable para mí querer pasar más tiempo con ella, tal vez podría hacerlo, de ese modo quizás todo cambie, le dejaré todo el trabajo del sexo al Gordo, sentaré cabezas, experimentaré con algo nuevo.

Tenía intriga de que había pasado con el gordo. Ya pasa el medio día y el nada que aparece, es muy extraño. Estaba seguro que vendría corriendo a contarme como fué su experiencia sexual con esa mujer. Posiblemente no lograría nada, y se debe sentir avergonzado. Por primera vez soy yo quien lo llama a su teléfono para saber, y no contesta las llamadas, no creo que esté muerto, ya todos hubiésemos sabido algo.

Salí a dar un paseo a solas, a caminar por la ciudad, estos momentos son muy reflectivos, y estaba pasando por algo extraño, sentía una sensación algo fuera de lo normal en mi pecho, no sólo por Marnie, pensaba en todo, Nina y Carlos tuvieron razón en algo, quizás pude haber hecho un tipo de daño, creo que ese daño lo causé en Mónica, siento lástima por ella, no es una mala mujer, pero no me considero el hombre correcto para nadie, menos para una mujer casada, mucho menos si es la mujer de Franccesco Divallo.

Veía un tanto a las personas, cada una parecía normal a su modo, cada persona a simple vista no pareciera que fuera capaz de hacer algún tipo de daño. Maquiavelo dijo <<El hombre es malo por naturaleza, a menos que le precicen ser bueno>> hay mucha verdad en este pensamiento, cada quien vela por su propio bienestar, un rostro no puede decirte si realmente es bueno, pero los ojos si. Hay una película muy antigua llamada "Scar Face" donde el protagonista llamado "Tony Montana" hace una cita muy buena <<Los ojos nunca mienten>> solo tienes que tener la astucia de pensar que cualquiera te puede dañar.

Decidí terminar el día en el café, parecía algo raro, no había nadie quien me molestara, nadie me buscó, ni si quiera Marnie, todo era tranquilo para mi, pero esta tranquilidad era inquietante. —Adivina quién es— dijo esa voz dulce mientras cubría mis ojos con sus manos el perfume era exacto al de ancihe. Después de tanto pensar Marnie apareció —sabía que te encontraría aqui— continuó diciendo luego de tomar asiento.

Y ahí estaba, ese hermoso rostro que no salía de mi mente, me sentí feliz de verla llegar, y saber que me estaba buscando, enseguida tomé sus manos y la miraba fijamente con una sonrisa, ella bajaba su mirada apenada, y sonrisa luego de eso.

—ya deja de mirarme— dijo desviando su mirada.
—eres intimidante Jhon—

—quién se sintió intimidado fui yo— tomé una pausa.
—anoche— continué.

Las carcajadas de ella no pudieron evitarse, quitó sus manos y sus mejillas se ruborizaron.

—me siento muy realizada— dijo mientras acomodaba su cabello por detrás de su oreja.

—¿te sientes bien por lo sucedido?— pregunté un poco preocupado.

—yo quise hacerlo, y quise que fueras tu— respondió de manera inmediata con seguridad en sus palabras.

Esta mujer cada vez me sorprendía más, la seguridad con la que habla, lo directa que es, yo solo me quedaba sin palabras.

—en serio me gustas Marnie— dije luego de una pausa y miradas entre ambos.

No podía creer como me salían esa clase de palabras con ella, era como si otra persona hablara por mí, alguna personalidad que no conozco.

—ya lo sé— respondió ella algo sobrada.
—tu también me gustas a mi— dijo después de su pequeña pausa para pensar.

—entonces...— pausé con muchos nervios.
—comencemos a salir, en plan de tener algo— le propusé.

Así le di el cambio al ritmo de vida que estaba llevando, creo que es una buena idea experimentar el cariño con una sola mujer.

Ella aceptó de manera inmediata, su cara de felicidad era de otro nivel, yo estaba nervioso, pero me sentía feliz de saber que aceptó, las palabras de Carlos podían tener razón en alguna parte, es increíble como una persona puede cambiar de opinión en dos días.

Asi continuó el resto de mi día, la compañía de Marnie era perfecta, parecía que éramos una pareja de años, su trato hacia mí era espléndido, me abrazaba cada vez que se le antojaba, y para mí era un placer gigante besarla, quería besarla en todo momento. Continuamos todo el día en mi residencia, ella cocinó un guisado estupendo, el sexo no faltó, ese sexo diferente, en el que ella me daba caricias y me besaba, se movía lento y se sentía muy bien, aunque no era mi costumbre, faltaba morbo, se sentía bien, de otro modo, era algo extraño, pero lo disfrutaba.

Ahora Jhon Fletcher es de Marnie Laclé.

JHON FLETCHER -ÓRGASMO- (COMPLETO) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora