JHON FLETCHER -ÓRGASMO- (COMPLETO)

CAPÍTULO 33

Lo inimaginable.

Luego de lo sucedido en el estacionamiento las cosas con Marnie estaban fluyendo de mejor manera, extrañamente no  tocabamos el tema parental, no mencionaba nada sobre volver a tener una relación, pero se que pronto todo llevaría a eso, debido a su comportamiento me di cuenta que Marnie estableció un límite laboral, evitaba a toda costa las interacciones coquetas, pero yo las evitaba de igual manera.

Le expliqué un poco  lo sucedido a Sebastiano, el me estuvo ayudando a que las interacciones se mantuvieran de la forma en la que van durante el resto de los días que Marnie estaría aquí. Por mi mente no sale la idea de que tal vez me usó sexualmente, a estas alturas creo que puedo esperar cualquier cosa de Marnie Laclé.

Sebastiano me dió una larga charla y una lista de mis errores, me confesó que Mónica le pidió que la mantuviera informada de mis movimientos, pero Sebastiano se había negado a tal acto, no quería crear un ambiente tóxico de trabajo, ni ser la manzana de la discordia entre una discusión que sucedería si o si. Me explicó que Mónica si sentía cosas fuertes por mi, sentimientos muy severos y peligroso, pero que ni ella tenía explicación del por qué —a pesar de que es tu jefa, la tratas muy mal— exclamó Sebastiano algo serio, yo solo tragué saliva, y le expliqué tal cual lo sucedido con Mónica —bueno Jhon, hay 2 sorpresas que pronto entrarán en tu mente— dijo Sebastiano haciendo alusión de que sabía algo, pero soy de las personas que prefiero no saber, así que preferí no preguntar.

Lucía estuvo insistente todo el horario laboral, quería salir a drogarse y tener sexo con cualquier hombre esbelto de dos  metros que encontrara, Sebastiano tenía curiosidad y me pidió ayuda para conseguirle una chica, puesto que había conseguido un hombre bisexual con el que quería experimentar, así que planeamos la salida del comienzo del fin de semana.

Como es costumbre los 3 estábamos en mi PH, Lucía actuaba como niña, estas situaciones la ponen un poco alocada, es como si tuviera dos personalidades, puesto que en cuestiones laborales actua de la manera más seria y educada posible, y mirarla como brinca encima de los sofá de mi sala me hace querer abofetearla.

—¿invitaste a Marnie?— preguntó Sebastiano.

—¿Marnie?— preguntó Lucía un poco extrañada.
—lo sospeché, pero no quise preguntar, luego de lo de Mónica... — siguió Lucía.

—no invité a Marnie— contesté algo molesto.
—hoy quiero sexo para mi— alcé mis brazos y mire al cielo, aunque en realidad era el techo.
—quiero una pelinegra alta y delgada que aguante unos cuantos Rounds— sonreí.

—suena como Nina— dijo Sebastiano sarcásticamente.

—Nina no es alta— dije con tono amargado.

—pero es la única pelinegra que tal vez aguante tus momentos eternos— volvió a decir Sebastiano sarcásticamente entre risas.

—¿quién es Nina?— preguntó Lucía.

—si pusieras más atención a lo que sucede a tu alrededor y dejaras de ser tan perra con los hombres sabrías quién es Nina— exclamó Sebastiano y cruzó las piernas.

Llegar a este lugar con mi dúo de amigos me hacía sentir una super estrella, tras ver una larga fila para poder entrar, a nosotros nos llevan directamente al área VIP, aveces me pregunto si tal vez estos dos no se cansan de lo mismo, el área VIP no es tan divertida, las cosas no suceden por casualidad, tu decides con quien te irás, y como todo en las ciudades excéntricas funciona de esa manera, las mujeres aceptan sin compromiso alguno, en este mundo todo es dinero y sexo.

La droga sobraba, el alcohol ya estaba haciendo efecto, Lucía ya había cogido un par de veces, pienso en Marnie y en lo mal que vería todo esto, pero luego pienso en mi y lo mucho que lo disfruto, aveces dañarse por momentos no está mal, disfrutas de ese momento y lo vuelves a repetir en un buen tiempo más a futuro.