25. Bocanada de aire fresco

25 1 0
                                    

El canto de los pájaros llega a mis oídos al mismo tiempo que la luz del día me alumbra la cara, me levanto con ganas de comenzar mi día con un baño relajante con sales y peino mi cabello en un chongo mientras preparo todo lo que necesito, mi mañana luce perfecta, hasta que mi celular interrumpe el canto de los pájaros y el nombre de la persona que me llama me altera los nervios, casi me dan ganas de vomitar cuando respondo.

Cuando salí del centro de rehabilitación volví a casa y me pasé toda la tarde trabajando, comiendo lo que me gusta, leyendo, viendo series, disfrutando de mí misma y creyendo que podría aguantar al menos una semana sin disculparme con un hombre.

—¿Hola? —habla cuando yo no lo hago—. ¿Gwen?

—Hola.

—Hola —repite.

De nuevo, no sé qué responderle, me entra pánico y ganas de vomitar hasta que él vuelve a hablar.

—Te necesito.

—¿Qué?

—Lo dije mal —resopla—, Blake nos necesita.

Por un momento me sentí increíble, como si él me estuviera pidiendo disculpas a mí, como si, por primera vez en mi vida, yo fuera por quien un hombre pelea.

—¿Cómo? ¿Para qué?

Temo demasiado que diga que lo sabe, que quiere hablar con ambos, pero lo desecho de inmediato.

—Fue arrestado.

—¿Qué?

—Deja de decir eso.

—¿Por qué?

—Porque es irritante que te alteres por todo...

—¿Por qué lo arrestaron? —interrumpo antes de que continúe.

—Oh... Vandalismo, pero eso no importa, todo se solucionó.

—¿Entonces?

—Al parecer, Paul se aprovechó de la situación y le quitó el viñedo

—¿Qué?

Escucho el bufido de Demien y arrugo las cejas al escucharlo tan cercano, salgo del baño y me asomo por la ventana de mi habitación. Lo veo recargado en su coche, fumando y mirando hacia mi ventana.

—¿Qué haces aquí?

—Vine por ti —lo veo hablar y me parece gracioso—, Abigail quiere que Blake te de su viñedo.

—¿Por qué?

—Porque eres la única persona en la que él confía.

—Hazlo tú, eres su mejor amigo.

Niega con la cabeza y baja la mirada.

—Vamos, ayuda a tu exnovio.

Esto supone una interrupción al día que había planeado, más porque había prometido no volver a hundirme por Blake, pero al cabo de unos segundos suspiro y asiento con la cabeza.

—Dame quince minutos.

Me arrepiento cuando me subo al coche de Demien, los segundos se sienten horas debido al silencio, ninguno dice nada, él no pone música y por primera vez en toda mi vida, me alegra ver que Abigail nos espera en la entrada de su casa, tiene una enorme sonrisa de ganadora y me abraza en cuanto me ve, no se burla de mí, no me dice medusa ni pone gestos de asco. Parece una persona totalmente nueva.

Jugando Sin ReglasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora