Cuando abro los ojos me siento mareada y con un extraño peso sobre mis hombros, aunque el brazo que me rodea está en mi cintura.
—Diablos —susurro al recordar la noche anterior.
Me giro con cuidado y veo el rostro dormido de Blake.
Anoche tuve sexo con él, eso lo recuerdo muy bien y me duele el motivo, sé que lo hice porque me sentía lastimada, sentía que no valía nada, quería probarme a mí misma que sí y a cambio le di esperanzas a Blake y seguramente jamás podré hablar con Demien de nuevo. Tampoco es que quiera después de lo que dijo de mi anoche.
Me muevo un poco para tratar de salir, cuando lo logro me avergüenzo de mí misma al notar que estoy completamente desnuda, busco mi ropa por todos lados y me visto cuando le encuentro regada en cada rincón de la habitación. Una vez vestida, salgo de la habitación casi corriendo, me apresuro todo lo que mis piernas pueden, pero alguien me detiene antes de salir de la casa.
—¿Gwen?
—Mónica —me giro—. Hola.
—¿Qué haces aquí?
—Bueno... —trago saliva— en realidad, vine a ver a Blake.
—¿Para qué? —arruga la frente.
Se nota radiante con su panza y el cabello amarrado en una colita alta, pero si se lo digo creerá que quiero cambiar el tema.
—Debo irme —señalo la puerta.
—Anoche hablé con Demien.
—¿Sí?
Mi corazón se rompe de nuevo, como si no tuviera suficiente con todo lo que me ocurrió anoche, como si tuviera mil vidas.
—Estaba un poco triste por la boda de Hayley —sonríe—. No tienes que preocuparte por eso, él te ama.
—No estaría muy segura de eso...
Ya debería saber que terminamos, es decir, anoche me criticaron, aun así, estoy por recordárselo cuando vuelve a hablar.
—Anoche le di duro, chica —ríe—, no dejaré que te cambie por esa maldita rubia.
—¿Qué?
—Le dije que había miles de chicas más sexys que esa zorra y él sonrío cuando dijo que si —luce como una chica orgullosa de su pareja favorita, como Maddie—, sé que piensa en ti cuando su rostro se deforma en esa fea sonrisa.
Y nuevamente ocurre, mi percepción de las cosas falla, mi cerebro supone todo y arruina mi vida, siempre me arruina la vida.
—Pues te lo agradezco —respiro con dificultad—. En verdad debo irme.
—Vamos a llevar a Abby a ver su vestido —señala detrás de su hombro—. ¿Quieres venir?
—Tengo mucho trabajo —paso un mechón de cabello detrás de mi oreja y salgo corriendo.
En mi coche busco mi teléfono por todas partes, sé que lo dejé aquí, abro la guantera, busco debajo de los asientos hasta encontrarlo en la parte trasera del coche.
Lo enciendo de inmediato y me encuentro con miles de llamadas perdidas de Isa y mi papá, pero lo que en verdad me interesa es el mensaje de voz de Demien que escucho de inmediato.
—Hola, debes estar dormida así que voy a ser rápido e iré al punto, no como tú —su risa me relaja el corazón—. Te amo, Gwendoline y sé que podremos resolver lo que sea, realmente cualquier cosa. Iré a tu casa como a las nueve para llevarte a desayunar.
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Jugando Sin Reglas
RomanceCuando se sentía sola y triste él siempre estuvo ahí para abrazarla, cuando se raspaba la rodilla él tenía un curita con adornos navideños, no importaba que fuera mitad de abril o principios de agosto, siempre parecía navidad. Él había estado para e...