Demien Masterson
—Entonces, ¿Qué te parece?
Hayley luce un precioso vestido plateado pegado al cuerpo mientras gira en sus tacones negros delante de mí, lleva el cabello recogido en una coleta enmarañada y no podría verse más preciosa, si no estuviera pensando en Gwen todo sería perfecto.
—Luces preciosa —sonrío.
Desde el incidente con Gwen en el hotel no he podido dormir como antes, me siento confundido y devastado por traicionar a Blake de esa manera, pero, sobre todo, por no decirle lo que había ocurrido, por mentirle en la cara y sentirme tan bien haciéndolo.
—¿Qué tienes? —se sienta a mi lado—. Llevas días distraído —abre los ojos con diversión—. ¿Estas engañándome?
—Quizá si tuviéramos una relación... sí.
—Por eso no tenemos una relación.
—¿Por qué estoy con otras mujeres cuando no estamos juntos?
—Porque estarías con otras mujeres si estuviéramos juntos.
No puedo evitar sonreír, su manera de hablar, de expresarse, de mover su cabello hacia atrás cuando se ríe, todo en ella es demasiado perfecto cada que hace cualquier cosa, tan perfecto que llega a ser cansada su manera de fingirlo. A veces me gustaría que fuera más real conmigo.
—¿Cuánto tiempo llevamos juntos? —desvío la mirada al hablarle.
No deja de sonreír, aunque ahora luce incómoda.
—¿Juntos? —suspira—. Ocho años, pero en una relación duramos un año y medio —ríe—. Ocho años —ella repite y asiento con la cabeza, muy desganado—. ¿Crees que es hora de hacerlo más formal?
—Wow —ahora no puedo dejar de mirarla—. ¿Lo dices enserio?
—Eso creo —luce más alegre que otros días—, estamos muy bien.
Algo muy peculiar sobre Hayley es que sus decisiones cambian drásticamente de la noche a la mañana, eso si no están guiadas por algo que la beneficie.
—¿Qué tal el trabajo? —deduzco.
—Entiendo —asiente con una sonrisa triste—, crees que mi repentino interés en una relación tiene que ver con mi trabajo.
—O con cualquier cosa de la que puedas sacar un beneficio de mí.
—Creo que debería irme —se levanta.
—Esa es la respuesta que te pedí —alzo las cejas.
Gira a mirarme con cansancio.
—Lo es —se cruza de brazos—. La compañía quebró.
Hayley regresa a su habitación y yo decido salir de ahí antes de que le diga algo de lo que me arrepienta.
Al llegar a mi coche, divago entre mis opciones para desahogarme: la casa de Abby, mi trabajo, un bar de mala muerte o el edificio que compré el mes pasado. Finalmente, después de tanto tiempo de pensar afuera del edificio donde vive Hayley, decido ir a casa de Abby para charlar un momento con ella, esperando que Blake y Gwen hayan decidido salir o que, al menos, Gwen no esté en esa casa.
—¿Hola?
Mientras conduzco, hago una rápida llamada a Maxwell Tremblay, mi más reciente asistente y el único que no se ha acostado con ninguna de mis amigas.
—Necesito información del bufete de abogados Armstrong.
—¿No es donde trabaja Hayley?
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Jugando Sin Reglas
RomanceCuando se sentía sola y triste él siempre estuvo ahí para abrazarla, cuando se raspaba la rodilla él tenía un curita con adornos navideños, no importaba que fuera mitad de abril o principios de agosto, siempre parecía navidad. Él había estado para e...