Estacioné la camioneta sin problemas en el garaje de la casa que compró Demien, está frente al mar y del otro lado tiene una vista maravillosa del bosque, tiene grandes ventanales por enfrente que dejan ver casi toda la casa, el comedor, la sala y la cocina, pero todo deja de verse al subir a la planta alta en donde hay cuatro habitaciones y los dos baños con ducha, mientras que abajo hay un solo baño de visitas.
—¿Qué te parece?
Demien mete las maletas y Chasie corre detrás de él. La puerta del garaje está al lado de la cocina como en muchas casas.
—Es preciosa, ¿Cómo la encontraste?
—Maxwell la encontró.
—Que buen gusto tiene.
Sube las maletas a la habitación con la terraza de la vista al bosque y mientras él hace la comida, decido revisar que fue lo que Maddie empacó en dos maletas para cuatro simples días de playa.
Abro la primera y encuentro vestidos de colores cálidos, todos míos, zapatos abiertos sin tacón y ropa interior, todo bastante normal, pero al abrir la segunda lo primero que veo es un conjunto de lencería roja con una nota.
''No me llames, me lo agradeces cuando vuelvas''
—Estúpida —susurro al leerla.
Cierro la maleta con la nota adentro y salgo a la terraza para ver el bosque, recuerdo que papá nos traía a acampar más al fondo, cerca de un parque para poder acudir al guardabosques en caso de que alguna de mis hermanas hiciera alguna tontería, como la ocasión en que Maddie quiso tomarle una fotografía a un animal salvaje e Isabella terminó en urgencias, o cuando Paulinne se perdió, desde ese día, jamás volvió a acompañarnos, después Isabella dejó de venir y en el último viaje solo éramos papá y yo.
—Gwen —grita desde la cocina.
Me apresuro a cambiarme de ropa, tengo que abrir la maleta de la lencería de nuevo porque ahí guardó los trajes de baño y vuelvo abajo después de ponerme un vestido blanco sobre un traje azul cielo.
—No hay mucha señal —me informa cuando estoy frente a él—. ¿Necesitas hacer alguna llamada?
—No —sonrío—. ¿Vamos a comer en la playa?
—¿Acaso quieres comida llena de arena?
—Si, de eso se trata.
En la playa, Demien se sienta como si fuera arena radioactiva, es la primera vez que lo veo sin traje, pero luce tan gracioso haciendo caras y limpiando arena de la toalla que trajo, como si pudiera permanecer limpia. También se niega a entrar al mar hasta que Chasie corre hacia mí y él detrás de ella, aunque sale casi de inmediato argumentando que el mar es un inodoro gigante para todas las edades.
—No entiendo porque me trajiste a la playa si no querías estar en la playa —me siento a su lado.
—Creí que podríamos estar en la casa cocinando y viendo películas.
—Eso lo podemos hacer en tu departamento —me río—, o en mi casa.
—Es divertido estar contigo sin tener que esconderme.
Cubro mi cuerpo con la bata de baño que Maddie me empacó y me siento más cómoda.
—Quisiera que Maddie hubiera empacado un traje de baño completo.
—¿Estas cambiando el tema?
—Si —no dejo de sonreír.
—De acuerdo —se encoje de hombros y se acerca a mí.
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Jugando Sin Reglas
RomanceCuando se sentía sola y triste él siempre estuvo ahí para abrazarla, cuando se raspaba la rodilla él tenía un curita con adornos navideños, no importaba que fuera mitad de abril o principios de agosto, siempre parecía navidad. Él había estado para e...