Cuando me despierto, Demien y Chasie han desaparecido, llevo puesto el mismo vestido de anoche, mis zapatos están a un lado de la cama, mi cabello desordenado y un extraño sentimiento de felicidad se expande por todo mi cuerpo hasta llegar a mis piernas y hacerme levantarme para ir a buscar al motivo de dicha felicidad.
El departamento de Demien es enorme, al lado de la puerta de entrada está la cocina, pero hay una pared blanca tapándola, del otro lado hay un pequeño comedor, justo enfrente la enorme sala con un piano negro a un lado, no hay televisión porque los enormes ventanales son mucho más interesantes (eso me explicó él), al lado de la sala está el comedor grande y, de alguna manera el pasillo de la cocina es demasiado largo y hay muchas puertas que podrían ser habitaciones o excentricidades de un soltero millonario. En su habitación hay un enorme baño y también hay ventanales que se abren para que salgas a una gran terraza con vista a toda la ciudad, enfrente de su habitación está la de Abigail y dijo que en algún lugar hay una biblioteca que definitivamente me encantaría visitar.
Camino por el pasillo con los pies descalzos y noto que una de las puertas está abierta, me asomo y veo a Demien, sentado frente a un enorme escritorio lleno de papeles, lleva el mismo traje de anoche con las mangas hasta los codos, el cabello despeinado y las cejas arrugadas, como siempre.
—Buenos días.
Levanta la vista y todo espectro de molestia desaparece al sonreírme.
—Buenos días.
—¿Asesinaste a Chasie?
Entro a la oficina y me siento en una gran silla frente al escritorio.
—Pedí croquetas esta mañana y la puse a desayunar.
—Pediste —repito.
—Oye, somos padres ricos —me señala—, y ocupados.
—¿Qué haces?
—Maxwell me mandó un correo esta mañana con un nuevo reportaje que hicieron de Abigail y...
—Ou —cierro un solo ojo—. ¿Es muy malo?
—Si.
—¿De qué revista es?
—Surface.
—Pero ahí trabaja Shawn, ¿no?
—No es el jefe...
—No —arrugo la frente—, es el hermano de Rebecca —resoplo y recuerdo la conversación que tuvimos—. Me había comentado algo de que la chica... —intento recordar su nombre— la novia de Hank...
—¿Kelsey?
—Si.
—No es de ella —arruga la frente—. Debería ir por Abigail.
—Seguro —asiento con la cabeza.
—Vamos.
Solo treinta minutos después, me obligó a utilizar un antiguo vestido de Abigail para acompañarlo a recogerla. Tengo a Chasie en las piernas, trato de hacerme un chongo endeble con una liga que encontré en su habitación y necesito una ducha urgente.
—Solo para aclarar —termino con mi chongo y sostengo a Chasie—. ¿Cómo sabes en donde esta Abigail?
Demien sacó una camioneta en lugar de su coche y noto que tiene un aroma extraño a nuevo.
—Porque Shawn me lo dijo anoche —conduce con la vista fija en el camino.
—¿Dirías que eres muy unido a Shawn?
—Creo —se encoje de hombros.
—¿Y crees que sea buena idea que ella nos vea juntos?
—¿Quieres decirle de nosotros? —ahora si me mira.
ESTÁS LEYENDO
Jugando Sin Reglas
RomansCuando se sentía sola y triste él siempre estuvo ahí para abrazarla, cuando se raspaba la rodilla él tenía un curita con adornos navideños, no importaba que fuera mitad de abril o principios de agosto, siempre parecía navidad. Él había estado para e...