2. Magnífica

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El miércoles por la mañana leo un libro de misterio mientras desayuno en la cocina más temprano que el resto de mi familia, como todos los días.

Es duro estar cerca de ellos, por eso prefiero estar alejada. Desayuno sola, suelo comer en la calle o en la oficina, ceno en mi habitación y me paso los días trabajando para papá.

He pensado que quizá por eso es duro, porque no he podido superar el momento en que mi padre me robó mis sueños. Comencé a trabajar para él cuando salí de la preparatoria, tenía todas sus esperanzas en mí y no quería decepcionarlo, así que estudié leyes, me comprometí con su empresa y dejé ir todo lo que realmente quería hacer. No lo culpo, él solamente tiene hijas y eso ha influido mucho en su visión del mundo, él quiere que crezcamos, quiere darnos poder y que no tengamos que depender de nadie para vivir, pero al estar tan empeñado en eso nos ha quitado nuestros sueños para darnos los suyos.

—Buenos días —Isabella entra a la cocina.

Tengo dos hermanas, Isabella y Madelaine, ambas son hijas de mi padre, pero ninguna de las tres compartimos la misma madre debido a que nuestro papá es un patán.

Isa es mayor que yo por un año ya que mi papá engañó a mi madre cuando eran novios, después ella lo perdonó, se casaron y me tuvieron a mí, pero no le pudo perdonar la segunda infidelidad. Se divorciaron cuando Paulinne, su actual esposa, estaba embarazada de Madelaine, seis años menor que yo.

—Buenos días —respondo.

Ella se sienta frente a mí y toma una de las fresas de mi plato.

—¿No tendrías que estar trabajando?

—Tengo el día libre —sonrío—, es mi aniversario.

—Cierto, el señor Laughlin quiere que una de nosotras sea la señora Hawckett.

Hace algunos años, Isabella y Paul, el hermano mayor de Blake, mantuvieron una corta relación romántica que funcionó tan bien como la mía, con la excepción de que ella lo dejó a la primera infidelidad, en cuanto supo que el corazón de Paul siempre iba a pertenecer a Louissa Hendricks, su ex novia problemática con la que jamás ha dejado de estar realmente, algo así como Ross y Rachel en Friends.

—Debiste esforzarte más para que el peso no cayera en mí.

—Adoras ese peso.

Le respondo con una sonrisa. Tiene razón, la insistencia de mi padre y el señor Hawckett me son de mucha ayuda, así que gracias a ellos estoy 95% segura de que yo si podré ser Gwen Hawckett con muchos pequeños bebés Hawckett.

Después del desayuno, Isa decide irse a trabajar y yo me voy a mi habitación en donde gasto mi tiempo libre en buscar un vestido para ponerme esta noche en mi cena de aniversario. Estoy intentando buscar solamente los vestidos que le encantan a Blake y juntarlos solo con zapatos bajitos, ya que él se siente constantemente opacado cuando me veo más alta. Me encuentro bastante concentrada en eso hasta que Ross Owenson irrumpe en mi habitación, cargando dos enormes cajas de plástico.

—¿Qué tienes ahí?

—Tu madre dijo que las trajera —las deja en el suelo.

—¿Mi madre? —levanto las cejas.

—Me cansa decir madrastra, es una palabra fea.

Ross es uno de los únicos amigos honestos en mi círculo y el único al que le confío casi todo, excepto las veces que peleo con Blake, porque Ross también es la persona más leal que conozco y sé que me tiraría por un puente para salvar a sus amigos. Esas cosas me las guardo para mí y Becca.

Jugando Sin ReglasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora