34. Te hacía falta

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Demien Masterson

Entro a mi coche después de recoger los vestidos rojos de las damas y los pongo en la parte trasera para conducir de vuelta a casa, aunque no soy capaz, solo pongo las manos en el volante y me quedo estancado de nuevo, sin saber que hacer.

Respiro hondo y lo dejo salir antes de volver a la rutina, debo llevarle los vestidos a las chicas, debo organizar un evento que no hace feliz a una persona que amo y debo seguir mi vida sin Gwen. Es pronto para decir que estoy sintiendo la pérdida, han pasado solamente dos días, no es suficiente para sentirme vacío, sin embargo, lo siento.

Cuando me estaciono enfrente de la casa de los Hawckett me doy cuenta de que es el coche de Gwen el que está estacionado al lado del mío y me bajo de inmediato sin saber que hacer, me acerco a la puerta para entrar, pero Blake regresa y baja de su coche junto a Jack.

—Hola —trato de hablarle.

Él me ignora y continúa caminando hasta empujarme. También se detiene al ver el coche de Gwen.

—Blake... —comienzo, pero me veo interrumpido por su golpe.

Me da un puñetazo en la mandíbula, no tan fuerte como lo esperé, pero doy unos pasos hacia atrás.

—¡Blake! —grita Jackson.

—Mierda —me toco la mandíbula y lo miro—. ¿Por qué?

Si lo esperaba, lo esperé desde el día que me vio con Gwen, de alguna manera lo había pospuesto demasiado, se había contenido al verme en su casa, ahora el coraje fue ver el coche de Gwen, quizá creer que hablaría con ella.

—Porque quiero lastimarte tanto como tú a mí.

—Blake —murmuro sin saber que decirle.

Con Jackson frente a nosotros todo se vuelve en mi contra, estamos en la misma situación de hace meses cuando yo le pegué a Jackson y Blake miraba sin tener idea de que hacer, esta vez yo soy quien traicionó a mi mejor amigo, quien lo lastimó, a quien no le hablará en un buen tiempo.

—Fue un año espantoso —me señala—, te necesitaba más que nunca y tú me alejaste porque te estabas acostando con mi novia.

Recuerdo no querer hablar ni pasar tiempo con él por sentirme un ser humano espantoso cada que lo miraba a los ojos, ni siquiera podía decir una frase completa sin querer soltarle todo lo que estaba ocurriendo.

—Lo siento —jadeo.

Blake sabe de la noche en el hotel, de la playa y de todo lo que viví con Gwen, lo sabe todo porque yo lo solté después de dejar a Gwen en su casa, tuve que decirle, tuve que ser sincero con él después de mentirle tanto tiempo.

—Disculpa no aceptada.

—Blake...

—No quiero que le vuelvas a hablar —interrumpe.

—No puedo —ni siquiera lo pienso—, yo...

—No digas que la amas —me señal —, no tienes idea de lo que es amar a alguien y no tienes idea de cómo es Gwen o...

—¿Y tú sí? —lo interrumpe Jack—. Vamos, Blake.

—Yo jamás te habría hecho algo así —ignora a Jack sin dejar de mirarme.

Jack lanza un bufido, molesto.

—Lo sé —bajo la mirada.

Blake se queda callado un rato mirando al suelo, pienso que será el fin hasta que vuelve a mirarme con los ojos llenos de lágrimas.

—¿Te rompió el corazón?

—Si.

—Qué bueno, te hacía falta.

Entonces entra a su casa sin volver a mirarme, sé que está dispuesto a hablar con Gwen y eso me llena de nervios, siento que mi coraje sube por todo mi cuerpo hasta que mis piernas se mueven hacia la puerta.

—Demien —Jack me detiene del pecho—, no es buena idea.

—Suéltame.

—Vamos, habla conmigo.

—No estoy de humor.

Me doy la vuelta para volver a mi coche, pero él vuelve a hablarme.

—Demien.

—¡Lo sé! —me giro—. Le hice lo mismo a Blake, soy una mierda igual que tú, pero no por eso voy a volver a hablarte.

Asiente con tristeza sin perder la compostura, como acostumbra.

—No busco que vuelvas a hablarme, quiero reconfortarte —se acerca a mi—, quiero que sientas que tienes un amigo.

—No lo tengo.

—¿Y vas a entrar a hablar con ella? —ignora mis palabras.

—No, no creo que...

—¿Quieres un consejo?

Resoplo burlándome de él, no sé si quiera un consejo de una persona como Jackson, no si él mismo es infeliz con su vida y hace infelices a otras personas.

—Dime, sabio Jackson, tú qué sabes todo menos como hacer feliz a una mujer.

Él sonríe y continúa estando a mi lado a pesar de lo grosero que he sido, no parece querer irse.

—Tienes tanto miedo de perder a los que amas que te alejas —me aprieta el hombro—, juegas con tus propios sentimientos para hacerte creer que estás bien.

—Estoy bien.

—Si —alza las cejas—, yo también lo he estado durante mucho tiempo.

No tengo claro que decir, sabía que Jackson tenía problemas desde antes de distanciarnos, solo que jamás me atreví a decir algo al respecto, él no quería hablar de eso y yo lo respetaba.

—Lo siento.

—Ahora todo está mejor porque tengo a Abby —sonríe—, y ella hace mi vida mucho mejor de lo que creí que podría ser.

Tengo menos palabras ahora, sé muy bien que ella no siente lo mismo y ella es más importante para mí que él, solo que no deseo lastimarlo en este momento, no creo que soporte lastimar a más personas.

—Creo que necesitas a Gwen en tu vida.

—Y a Blake —me duele decirlo—, así que las cosas son un poco difíciles.

—No lo son —niega con la cabeza—, Blake te perdonará, somos amigos y llevamos toda la vida amándonos, pero ella ha estado en tu vida menos tiempo.

—Tú eras mi mejor amigo en la vida —me río sin gracia—, ahora hablas como si fueras una persona distinta.

—Lo sé, hace mucho que no tenemos una conversación real.

—Debería irme —trago saliva—. Gracias por la charla.

—Espero poder hablar contigo sobre... ya sabes.

—Y yo.

Subo a mi coche de nuevo y conduzco hacia mi departamento.

Durante el camino medito sobre lo que Jackson me dijo, me siento pésimo por no intentar impedir su boda, es una unión que hará infeliz a Abigail, a Jack y quizá a los hijos que él la obligará tener, por otro lado, las dos personas que si deberían estar juntas somos Gwen y yo, que hemos superado el amor que Abigail y Jack se tuvieron alguna vez durante muchos años, solo que nosotros tuvimos tan poco tiempo que duele pensar en lo que pudimos llegar a ser.

Me doy cuenta de lo mucho que la extraño, en verdad quiero volver a verla, quiero que haga muecas cuando diga cosas ridículas, que se quede mirando a la nada mientras muerde un lápiz, que pase mechones de su cabello detrás de la oreja cuando se siente nerviosa, que se ponga de puntitas cuando quiere alcanzar algo, aunque tenga la estatura perfecta para alcanzar cualquier cosa. Sé más cosas sobre ella de las que Blake jamás sabrá, sé que es alérgica al kiwi, que le tiene terror a los animales marinos, que quería estudiar marketing, su color favorito es el amarillo, utiliza lentes de contacto porque detesta la sensación de los lentes y la amo, como loco.

Jugando Sin ReglasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora