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Se pasó el camino al campamento con la cabeza baja, clavada en la bolsa de papel que traía entre sus largos dedos, jugueteando de vez en cuando con la textura del papel sin aplastarlo para no arruinar el panecillo de chocolate que traía el interior. Había sido un lindo gesto, y se moría de ganas de comérselo, pero si no lo hacía todavía era porque quería ver la cara de envidia en el rostro de Connie al verlo comérselo frente a sus narices. Pensó en contarle a Connie todo lo que había ocurrido hoy, pero no era del todo importante como para mencionárselo, además podía prestarse para malentendidos, no era como si él estuviera buscando a Juliet, simplemente sus caminos se habían vuelto a juntar.

Era molesto que fuera tan torpe, ¿Qué hubiera hecho si él no la hubiera sacado de aquel encuentro incomodo? ¿Cómo hubiera vuelto a casa con los dos sacos de harina y una bandeja de veinticuatro huevos? Para él no era tanta carga, estaba acostumbrado y lo suficientemente ejercitado, pero ella era escuálida, seguramente ni se podía su propio cuerpo.

Aunque más que su torpeza, lo que realmente le molestó fue ese chico que rebajó su nivel como mujer, si se llegaba a enterar de que había tenido el descaro de volver a comportarse así con Juliet o con cualquier otra dama se encargaría de colocarlo en su lugar.

Bufó ante sus pensamientos, no podía evitar preocuparse de las personas que se acercaban a él, era el líder innato que cargaba dentro, pero que le costaba admitir. De todos modos, no iba a dejarse llevar por ello, ya vería Juliet Hansen como solucionaría sus futuros descuidos, solo esperaba que no fuera débil de mente, que no se dejara engatusar por idiotas como ese.

Dobló a la izquierda en cuando llegó al final de la calle para adentrarse al bosque, siguiendo aquel peculiar camino de piedras que lo guiaban hasta donde se encontraban las tiendas de campaña. Al alzar la mirada se percató de como un Hange y un par más estaban hincados junto a la fogata, en medio de ellos había un gran papel que lo observaban con atención.

A un lado de ellos se encontraba sentado, sobre uno de los troncos que habían vuelto banco, Connie, detrás de él con una navaja entre sus manos estaba el capitán Levi.

A un lado de ellos se encontraba sentado, sobre uno de los troncos que habían vuelto banco, Connie, detrás de él con una navaja entre sus manos estaba el capitán Levi

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𝙬𝙝𝙤 𝙖𝙧𝙚 𝙮𝙤𝙪 𝙬𝙝𝙚𝙣 𝙣𝙤𝙗𝙤𝙙𝙮'𝙨 𝙬𝙖𝙩𝙘𝙝𝙞𝙣𝙜?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora