────ʚ CINCO AÑOS DESPUÉS ɞ────
Madrid seguía siendo una de sus ciudades favoritas, no porque era la capital de su país natal, sino porque después de recorrer varios lugares, nada se comparara a la vibra que trasmitían las coloridas calles de esa ciudad, la cual se sentía incluso en el aeropuerto.
Gracias a todas las veces que pisó ese lugar ya lo conocía como la palma de su mano. Años atrás, nunca se hubiera imaginado que lo conseguiría, viajar no era más que un sueño, de esos que resultan imposibles, pero luego de haber tenido en su vida un pequeño rayo de esperanza decidió salir de Puebla de la Sierra. Desde entonces, la panadería quedó a cargo de Niccolo, ella solo se encargaba de la administración, puesto que su estadía en aquel pueblo era efímera, la mayor parte del tiempo estaba dentro de aviones, autobuses, e incluso autos.
Al principio le daba miedo lo evolucionado que era el mundo fuera de su zona de confort, pero el temor la impulsó a querer seguir conociendo.Ese día acababa de llegar a Madrid por unas vacaciones express, pero no venía sola, mientras que por un lado arrastraba su maleta rosa, del otro sostenía los pequeños dedos de una niña de rizos castaños, la cual daba brincos mientras balbuceaba una que otra canción sin intenciones de soltarla, ella tampoco lo haría, sabía que era demasiado revoltosa como para dejarla andar por su cuenta.
—Esperemos aquí, Aimée.— Indicó, deteniendo su andar junto a uno de los grandes ventanales.
La pequeña asintió enseñando sus dientes mientras movía sus caderas de un lado a otro. Sonrió al notarlo, era tan dulce y siempre lucía tan feliz que le llenaba el alma. Durante toda su vida, solo hubo una persona que la hizo feliz de la misma magnitud que conseguía hacerla Aimée.
El nombre lo había elegido ella en uno de sus viajes a Francia, dentro de un bar lo escuchó y su significado era "Amada". No dudo en hacérselo saber a su mejor amiga cuando volvió a casa, porque sabía que nadie en el mundo sería más amada que Aimée.
—¡Mamá!— Exclamó aplaudiendo sobre su cabeza, sus ojos celestes brillaron. —¡Mamá!—
Giró su rostro para observar en la misma dirección, Sasha se acercaba jalando de su maleta mientras le hacía muecas a ambas chicas. Al llegar tomó a la niña en brazos y se posicionó frente a Juliet.
—Dios, no pensé que me iba a marear tanto en el avión, no sé como puedes hacer esto con regularidad.—Hizo un puchero haciéndola reír. —Sigo prefiriendo los caballos y las carrozas.—
—Ya, es que viste el paisaje ni disfrutaste de la sensación que se siente en el estómago al estar en alturas, es mejor que estar con los pies en la tierra.—
—Siempre tienes la cabeza en las nubes, así que no me sorprende que sea tu actividad favorita.—
—Al menos Aimée y yo seremos muy buenas compañeras de viaje, ¿Verdad, corazón?—Arrugó la nariz sonriente. —No puedo creer que lo primero que hiciste al bajarte fue correr al baño.—
No era primera vez que viajaban las tres juntas, pero sí la primera con Sasha nuevamente embarazada, porque sí, ni a ella ni a Niccolo les bastó solo con la primera niña, sino que ahora esperaban al segundo bebé.
Y ella era la más contenta, no tenía hijos propios, ni un novio, pero sí a su sobrina para malcriar, nada la ponía más feliz que saber que venía otro en camino.
—Calla, tengo que prepararme para que cuando crezca la llevemos a Japón, no puedo creer que con cinco años sea otaku, eso es culpa de su papá.— Rodeó los ojos antes de dejar muchos besos en su hija. —¿A qué hora vienen a por nosotras? Tengo hambre.—
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𝙬𝙝𝙤 𝙖𝙧𝙚 𝙮𝙤𝙪 𝙬𝙝𝙚𝙣 𝙣𝙤𝙗𝙤𝙙𝙮'𝙨 𝙬𝙖𝙩𝙘𝙝𝙞𝙣𝙜?
Hayran Kurgu𝒥𝑒𝒶𝓃 𝒦𝒾𝓇𝓈𝓉𝑒𝒾𝓃. 『••[ Quedate en mi vida por un largo tiempo más, por favor, que sea mucho tiempo más, es que me he dado cuenta que te quiero tener a mi lado para siempre. ]••』 ┏─━─━─━∞◆∞━─━─━─┓ El alcalde de Puebla de la Sierra, un...