CAPITULO 14

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Nolan



Empujé a cualquiera que se atravesara en mi camino y retrasara mi llegada al lugar donde Arabella se había desmayado.

—¡Arabella!—cuando llego hasta ella, veo a su amigo revisándola y cargándola hasta la enfermería.

—Bien Romeo. Esta no es la primera que pasa. Así que te agradecería que no hagas bastante espectáculo. Gracias. Fin del aviso parroquial. Ven conmigo.— me posiciono al lado de él.

—¿Por qué le pasa esto?

Suspira y duda en decírmelo.

—No ha comido durante no se cuánto tiempo. Le he dicho que deje de hacer eso porque se perjudica. Su presión arterial baja, también como su glucosa. Y por si fuera poco, la deshidratación viene en el grupo.

No digo nada por un momento. 

—Vale. Espérame en la enfermería. Regreso luego.

Salgo de la universidad porque aquí no hay desayunos o comidas decentes. A dos cuadras hay una cafetería bastante agradable.

Le compro un desayuno completo. No me interesa si deja la mitad o no. Se lo llevaré y ella comerá lo que quiera. Y si quiere más, pues le llevare más comida.

Cuando regreso a la enfermería con una gran bolsa de comida, veo a Peter sentado fuera.

—No ha despertado—dice con al cabeza baja y las manos ocultando sus ojos.

—Le traje comida—me siento a su lado.

—Es un buen gesto de tu parte Romeo—se ríe— Le encanta que le regalen comida. Pero hay que saber en qué ocasión hacerlo.

—¿De qué h-

—¡MIERDA! Olvide llamar a Brooke—saca su teléfono—Esa loca va a matarme. Casi me arranca las pelotas hace 2 meses. —pone el teléfono en su oreja—Paso de nuevo...Si... Romeo esta conmigo...¿Qué? Brooke-... Hace media hora—se aparta el teléfono y hasta yo escucho su grito—No grites maldita desquiciada... vale acá te espero. —cuelga y me mira—Te lo dije.

Me rio.

—Mira esta foto—es una Selfie suya sin camisa y en una ventana—Se la regale a tu novia. No dejaba de mirarme.

Aprieto la mandíbula y lo atravieso con la mirada.

—¿Y yo te pregunte...? Exacto, no te pregunte—me recuesto en la silla y aparto la mirada.

Idiota.

—Tranquilo amigo—se ríe—No te pongas celoso. Caravana tiene solo ojos para ti. Y mas te vale cuidarla.

—No se si llegaremos a ser algo mas—bajo la voz.

Me mira como si tuviera una araña en la cara.

—Oh no. Tú no. Suficiente tengo con esa chica pesimista, como para que vengas también a decirme esto. Mírame bien —me hace voltear la cara—Ustedes van a estar juntos, así sea lo último que yo haga.

Oh, yo quiero lo mismo compadre.

—Peter, tengo que esperar y darle el espacio necesario a la Dulzura. Yo sé que ella no esta lista aún. Y no me importa darle todo la vida —digo sinceramente.

Me mira por unos segundos con una mirada que no logro descifrar.

—Iré a ver si ya despertó.

Entra y sí, ya despertó. Ahora espero que quiera verme.

—Oye, ella te quiere ver. Entra antes de que me mate por no hacerte pasar.

Rosas Color GlaucousDonde viven las historias. Descúbrelo ahora