Arabella.
—Caravana, llega tarde otra vez—dice el profesor Jones.
Si, tenemos el mismo apellido. Estupendo.
Maldito viejo verde. Sabe perfectamente cuál es mi nombre.
Escucho a algunos reírse.
—Es Arabella profesor —digo entrando y sentándome al lado de Peter.
—Caravana que cara traes —muy amigo mío y todo, pero ahora mismo quiero clavarle un lápiz en la mano.
—No estoy para aguantarte Peter—digo pasándome la mano por la frente —Hoy no es mi mejor día.
—Nena, déjame decirte que ninguno lo es—se ríe y le doy un puño en el brazo lo cual hace que se queje —¡Oye! Pero que humor de mierda traes.
No le respondo más y me dejó llevar por el tema de la clase hasta que acaba.
Voy por el pasillo con Peter a mi lado.
Él ha sido como mi amigo desde el primer semestre, ya que Brooke estudia arquitectura y rara vez nos podemos ver.
Peter es alto, de piel blanca, ojos oscuros y cabello claro con un poco de rulos. Es atractivo, no lo voy a negar, pero nunca me fijaría en él para algo más que solo amigos.
Tampoco es que yo sea su tipo.
—Oye Caravana—dice golpeándome amistosamente el hombro.
—No quieres morir hoy Peter, créeme.
—Tal vez si Carava...
Antes de que termine me pongo frente a él y le doy una patada en su amiguito.
Las miradas se posan en nosotros y no me importa, la verdad verlo retorcerse de dolor me da risa.
—A ver si dejas de llamarme así.
Me voy y lo dejo ahí.
—Maldita—dice alcanzándome—Deja de hacer eso que enserio, quiero que mi especie se multiplique.
—Amigo no le desees el mal al mundo—le pego amistosamente en el hombro.
—Que graciosa. Oye luego nos vemos, olvidé que tengo que ir a la biblioteca—no alcanzo a decir nada porque se va.
Decido ir a mi siguiente clase, supongo que Peter fue por el libro que pidieron.
Al terminar clases, me dirijo a mi apartamento. Entro y pienso ir a la cocina pero me contengo.
No puedo engordar más.
Voy mi habitación y olvido que en el pasillo se encuentra un espejo.
De mi tamaño.
Siempre que puedo lo evitó porque sinceramente, odio el reflejo.
Me quedó mirándome unos segundos.
Gorda.
Abro la puerta y mis tareas me consumen.
Miró el reloj y son casi las 12.
No tengo sueño y ya estudie los temas que veremos mañana, así que decido ponerme algo para el frío y salir a caminar un poco.
Lo hago a menudo.
Saludo al guardia de momento, es un chico más joven que Bob. Salgo y me dirijo al parque de enfrente.
Pienso en todo.
En mi familia. En como ninguno de ellos me apoyo. En el por qué de sus críticas y regaños.
¿Qué he hecho mal?
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Rosas Color Glaucous
Teen FictionEsquivar y aguantar críticas. Esa ha sido la vida de Arabella desde sus 10 años. Una estudiante de médicina con un corazón tan dañado que el hallar una cura no es ya prioridad para ella. Esta destruida y rota. No se siente capaz de poder seguir...