Ella la sirviente de los Phantomhive algo torpe pero una asesina intrépida cuando el amo peligra, y el un mayordomo oscuro perfecto en todos los aspectos, ¿Sera que un amor entre ellos pueda ser posible siendo tan opuestos?
Pasaron tres largos días, todo habia estado en perfecta calma al parecer Alois Trancy habia tenido que irse a América por un viaje de negocios, eso lo ponia todo un poco más tranquilo.
Sin embargo habia otra cosa que me tenía nerviosa, yo seguía en cama mi vientre no dejaba de crecer, Sebastian dijo que era algo normal toda criatura híbrida inclusive en historias y relatos crecían de manera acelerada. Eso era algo muy extraño y me daba un poco de miedo pero estaba feliz por conocer a ese o esa pequeña.
Sebastian me dijo que ese dia llegaría un reemplazo para mi la señorita Eleonor Saintz quien se ocuparía de mi trabajo por un tiempo era una vieja sirviente de Madame Red.
Estaba realmente celosa no sabía como era, si era linda o más joven, deseaba que fuera casada o comprometida. Esas ideas no se me salían de la mente.
- Mey-Rin ¿En qué tanto piensas?. Preguntó Sebastian quien habia entrado en mi habitación.
- No, nada Sebastian todo esta perfecto. Dije nerviosa.
- Hoy llegara la nueva empleada se que debes permanecer en cama, pero Bocchan me pidió que también tenias que conocerla. Explicó Sebastian sonriendo.
- De acuerdo me cambiaré entonces, pero mi vientre esta muy inflamado ¿y si los chicos se dan cuenta?. Pregunté preocupada.
- Eso no importa ellos ya lo saben, Yo se los dije. Comentó Sebastian.
Flasback Esa Mañana
- Niños hay algo que quiero contarles. Dije serio.
- Si fui yo Sebastian yo me comi la tarta de piña del joven amo lo siento por favor no me mates. Dijo Bard exaltado.
- Eso ya lo sabía y recibirás tu castigo. Contesté algo perturbado.
- Entonces si no es eso ¿Que es Sebastian-san?. Preguntó Finny intrigado.
- Mey-Rin esta embarazada de mi. Dije sin más explicaciones.
- ¡¿Qué?!. Gritaron ambos.
- Jo Jo Jo. Dijo Tanaka-san.
Fin Del Flasback.
- ¿En serio se los dijiste asi nada más?. Pregunté sorprendida.
- Si, era necesario, ahora ya lo saben. Dijo Sebastian tranquilo.
- Ay no ellos deben estar muy mal. Dije preocupada.
- Tranquila Bard se desmayo, Finny quedo en shock y Tanaka bueno el solo. Dijo Sebastian acomodandose el traje.
- ¿Y eso te parece poco? Vaya si que eres un demonio . Dije algo irónica.
- Bueno literalmente si lo soy. Dijo Sebastian algo inconforme.
- Lo siento Sebastian no quise decir lo que dije. Me avergonce.
- No importa, es la realidad. Dijo riendo.
Sebastian salió para que pudiera vestirme. Cuando sali se escuchó el tocar de la puerta ella habia llegado, la tal señorita Eleonor Saintz. Ella era realmente bella su cabello era blanco y sus rojizos y hermosos. Parecía una princesa. Me sentía muy mal en ese momento.
- Hola chicos ella es Eleonor Saintz desde hoy trabajará con nosotros demosle la bienvenida. Dijo Sebastian muy formal.
- Sea bienvenida señorita un gusto conocerla. Dijimos todos al unísono.
- El gusto es mío chicos. Dijo amablemente.
Ella si que era hermosa, muy educada. Aunque la verdad su mirada parecia muy sincera y transparente.
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Ella no me provocaba ningun sentimiento negativo, de pronto pude ver en ella algo que la rodeaba, una extraña sombra de color azul. Sebastian poso sus ojos en mi y me miro como si pudiera saber lo que yo estaba viendo.
- Bien señorita dejeme mostrarle su habitación. Dijo Sebastian cargando sus maletas.
- Gracias caballero, disculpe, ¿El amo no se encuentra?. Preguntó curiosa.
- Disculpelo pero en este momento esta indispuesto, más tarde lo vera en la cena. Comentó Sebastian algo serio.
Y era verdad el joven amo estaba demasiado ocupado resolviendo un caso de la reina en su despacho y cuando eso pasaba era imposible sacarlo de ahí.
Iba de regreso a mi habitación, cuándo abri la puerta, mi ventana estaba abierta, y yo estaba segura de que la habia cerrado. Note que hacía algo de frío y la cerre nuevamente. En ese momento Sebastian entro.
- Mey-Rin ¿Estas bien?, no te pares junto a la ventana, es más hable con el joven amo y le pedi que te quedarás en mi habitación. Explicó Sebastian algo nervioso.
- ¡¿Que?! ¿Yo? ¡¿En tu habitación?!. Dije sorprendida.
- No es para tanto de todos modos seras mi futura esposa. Dijo muy feliz.
