Estoy Enamorada De Ti (Mey-Rin x Sebastian)

Vórtice

Me quede descansado en mi habitación mirando hacia el techo, no se cuanto tiempo paso, pero escuche que tocaron mi puerta, me levanté para abrir. Pero mi sorpresa fue que no había nadie sin embargo, la ventana del pasillo estaba abierta, busque mi arma y la cargue, camine lentamente sin hacer ruido. Con mucho cuidado levanté la cortina, pero no había nadie, di un pequeño suspiro y cerre la ventana de pronto senti unas manos en mi boca pude notar que tenia guantes y pense que era Sebastian, pero cuando me giro para verlo me di cuenta de que no era el. El sujeto en cuestión me dio un golpe en la nuca y me desmaye.
Cuando abri los ojos estaba en una inmensa habitación aun era de madrugada y me sentía aturdida. En ese momento entró un mayordomo con anteojos y de semblante serio.

- ¿Quién eres? ¿Y que hago aqui?. Pregunté seria.

- Sera mejor que te duermas, es muy tarde y mi amo no te quiere ver en malas condiciones. Dijo aquel mayordomo misterioso.

- ¿Cómo voy a dormir si me acabas de secuestrar? Dime ¿Cuáles son tus intenciones? Yo no soy rica y no creo que una simple criada valga tanto. Dije muy confiada.

- Eres importante para el conde Phantomhive y para ese mayordomo de pacotilla. Explicó acomodandose los lentes.

- Bastardo más te vale que me dejes ir o pagarás por esto, voy a matarte. Le dije amenazante.

- De eso estoy seguro el conde Phantomhive no te tiene solo limpiando la mansión, pero no creo que tengas lo necesario para enfrentarte a alguien como yo. Dijo muy seguro mostrandome sus ojos carmesí.

- Eres como Sebastian. Dije sorprendida.

- Veo que conoces el secreto, entonces si eres importante después de todo. Dijo con una sonrisa macabra en sus labios.

- ¡Maldito! No te saldrás con la tuya ni tú ni tú amo. Dije molesta.

- Eso lo veremos ahora duermete de una vez. Dijo saliendo de la habitación.

Estaba confundida y nerviosa, me negaba a creer que existiera otro demonio, aunque este era un mundo muy grande, desconocía sus motivos y a su amo, pero el parecía conocer muy bien al conde Phantomhive, debía ser prudente con lo que hiciera ya que cualquier cosa podria hacerme mal para el embarazo. No tuve mas remedio que descansar aunque fue en vano, no pude dormir, en la mañana muy temprano entro ese mayordomo

- Te dije que durmieras, tus ojeras son horribles ¿Como verás a mi amo asi?. Dijo irritado.

- A mi no me interesa tu amo, estoy secuestrada, ¿Quien dormiria con la guardia baja estando secuestrada?. Dije molesta.

- No me importan tus quejas, debes vestirte adecuadamente. Dijo sacando unos vestidos formales.

- Soy una criada, no uso eso es de gente noble. Dije inconforme.

- Son ordenes de mi amo. Dijo seco.

- Tu amo no es el mio, no obedecere a nadie que no sea el conde Phantomhive. Dije cruzando los brazos.

- Claude el amo Trancy espera. Dijo una mujer entrando a la habitación, era hermosa y su cuerpo envidiable, más que una criada parecía de la realeza.

- Hannah has que se vista no puedo perder el tiempo. Dijo molesto saliendo rápidamente.

- Le pido por favor que se ponga lo que Claude le trajo. Dijo haciendo reverencia.

- Esta bien lo haré ¿Puedes darme privacidad?. Dije resignada.

Ella salio de la habitación y la escuche poniendo la llave el la cerradura, por alguna razón tenía el ojo derecho vendado, sentía pena por ella. Me preguntaba si Sebastian ya se habria percaptado de mi ausencia. Me sentia muy triste y molesta.