Algo Más de Ti

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Comenzó mi mañana como siempre, al parecer volví a la normalidad siendo la misma torpe de siempre, no recuerdo las veces que caí sobre Sebastian, aunque sea difícil de creer no era a propósito era más bien como un hábito no se si bueno o malo pero era agradable para mi.

- Mey-Rin ahí estas, el joven amo te busca-. Dijo Finny agitado.

- ¿E-e-el Joven amo? Iré en seguida-. Corri a toda prisa.

- Oye Mey-. Dijo Bard a quien no le hice caso-.

- Ahora no Bard el amo me llama-. No me detuve hasta llegar a su despacho

Toque la puerta y pedí permiso para entrar.

- Adelante Mey-Rin-. Dijo el joven amo.

- ¿Qué necesita Bocchan?-. Hice reverencia.

- He notado que eres la misma torpe de siempre ¿A qué se debe el cambio?-. Pregunto intrigado.

- Yo... bueno es que-. Me puse nerviosa.

- Joven amo aquí está su te de primera hora-. Entro Sebastian.

Al verlo me puse nerviosa y me sonroje tanto que me quedé pasmada por un segundo.

- Mey-Rin el joven amo te hizo una pregunta, es tu deber responder-. Ordenó Sebastian.

- S-si Sebastian, quiero decir Sebastian-san-. Tartamudee.

- ¿Y bien Mey-Rin? ¿Me dirás que está pasando?-. Bocchan cruzó los brazos.

- B-b-bueno yo, ah si es el cambio de estación, cuando se acerca el otoño suelo estar más concentrada, pero cuando la presión cambia soy la misma de siempre-. Explique no muy convincente.

- Entiendo, y yo que pensé que estabas esmerandote, puedes irte-. Se decepcionó.

- Si joven amo-. Salí del despacho.

Que clase de respuesta era esa, estaba segura de que ni siquiera me había creído, no sabía que hacer, tenía que ser más discreta como me lo había pedido Sebastian, y estuve a punto de arruinarlo todo, sin más continue mis deberes tratando de hacer las cosas lo mejor posible.

- Hola, ¡Buenos días!-. Susurro una voz delicada.

Con todo el alboroto había olvidado que la condesa aún estaba en la mansión.

- Buenos días señorita, ¿necesita de mis servicios?-. Hice reverencia.

- No te preocupes querida, todo está bien ya casi me iré, ¿has visto al mayordomo?-. Pregunto muy interesada.

- Esta en el despacho con el joven amo-. Dije sin ganas.

- Muchas gracias-. Se fue a toda prisa.

No podía evitar sentir esa incomodidad, no me gustaba para nada que la condesa quisiera insistir tanto con Sebastian, pero tenía que ser objetiva, el sentía algo por mi de eso no había duda, no tenía porque dudar de el.

- Mey-Rin al fin te encuentro-. Llego Bard agitado.

- ¿Qué pasa Bard?-. Me preocupe.

- Es una emergencia-. Me jalo del brazo y comenzamos a correr.

- Ah ya veo incendiaste la cocina otra vez-. Suspire.

- Si así es Sebastian me va a matar el desayuno aún no está listo-. Se rasco la cabeza.

- Demonios ¿Qué haremos?-. Dije pensando.

- Bard cuantas veces te he dicho que no uses el lanzallamas, tendré que confiscarte esa cosa-. Dijo Sebastian que había llegado y salido de quien sabe donde.

- ¡Sebastian-san!-. Nos sorprendimos.

- Mey-Rin ve a terminar la mesa-. Ordenó.

- S-si Sebastian-san-. Me sonroje.

Como de costumbre todo quedó perfecto gracias a Sebastian, la verdad quien sabe que sería de la Mansión Phantomhive sin el.

Al fin llegó la hora en la que la Condesa se marchó y debo confesar que me sentí aliviada, pero no por mucho dentro de poco habría una fiesta en honor a la Señorita Elizabeth por su cumpleaños y ella estaba invitada, no quería sentirme así, aún así sabía mi posición ella era una mujer de linaje y yo era sólo una criada torpe.

Me dirigí a tender las sábanas al jardín, en ese momento sentí unas manos rodeandome.

- Mey-Rin así que aquí estabas-. Susurro en mi oído aquella voz.

- S-S-Sebastian-san ¿Qué hace aquí?-. Pregunté sorprendida.

- No es obvio quería verte Mey-. Soboreo mi mejilla con su lengua.

Me sentí realmente avergonzada.

- ¿Sabes? Me gustas mucho realmente, eres como gato, tímido y desconfiado, pero travieso e independiente-. Me miro fijamente.

- ¿En serio?-. Me sonroje.

- Si así es, y yo amo a los gatos-. Sonrió.

- Sebastian no se que decir, honestamente no se como sentirme-. Dije apenada.

En el fondo sabía que lo amaba sin ninguna duda, pero quería conocerlo más, llegar al fondo de su corazón donde nadie más había entrado antes.

- Quiero saber más de ti Sebastian, ¿Me dejarías?-. Le sonreí.

- Vaya, más tarde cuando todos duerman iré por ti y resolvere tus dudas-. Besó mi frente.

Me sentía feliz al saber eso, yo era muy importante para el y me abriría su corazón.

Estoy Enamorada De Ti (Mey-Rin x Sebastian)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora