Hilos Del Alma

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Me encontraba en estado de shock, mi pequeño hijo había corrido a los brazos de aquel mayordomo llamado Sebastian, era verdad que Claude no era el padre de mi pequeño hijo. Me daba terror de solo pensar en lo que le pudieron haber hecho en este tiempo que estuvimos a su merced, me sentía una estúpida por haber confiado en ellos cuando Bastian me advertía que no eran buenas personas.

Hannah se deshizo de la parálisis que le había provocado mi pequeño, Claude se fue encima del mayordomo para atacarlo quien lo bloqueó fácilmente de un salto, ni si quiera pude pestañear cuando me encontraba en los brazos de él junto a mi hijo. Nos puso a salvo y nos dijo que se encargaría de todo el mismo. El parecía muy fuerte pero eran cinco contra uno, ya que los trillizos también se habían unido a la pelea.

- ¡Papá ten cuidado!. Gritó Bastián.

Claude estuvo a punto de atacarlo por la espalda mientras bloqueaba a Hannah. Quería ayudarlo pero no podía hacer mucho ellos eran fuertes y muy rápidos.

- Sebastián deja de jugar y acabalos. Dijo un niño con un parche en el ojo que había aparecido de repente.

- Joven amo, realmente no jugaría en un momento así. Dijo el mayordomo algo irritado.

- ¿Quien eres?. Pregunté desconcertada.

- Veo que has perdido la memoria Mey-Rin, no te preocupes ya lo entenderás. Dijo de forma muy tranquila.

En ese momento apareció el conde Trancy, quien había llegado corriendo hasta allí. Estaba histérico, y le pedía a Claude que acabará con todos, que yo debía pertenecerle al igual que mi hijo.
Yo estaba furiosa por eso, así que aprovechando que todos estaban distraídos camine lentamente hasta ese mocoso y lo abofete.

- ¿Quien te crees que eres? Yo no te pertenezco y mucho menos mi hijo. Dije molesta.

- Mey-Rin ¡¿Como te atreves a tocar a su alteza?!. Gritó Claude quien se había puesto rápidamente en frente para protegerlo.

- No me importa quien sea o lo que sea, ya estoy harta de todo esto. Dije enfurecida.

- ¡Pagarás por esto maldita!. Gritó eufórico joven Trancy.

- Su alteza por favor calmese. Dijo Claude para luego recibir una bofetada.

- Cállate Claude, no me contradigan ya fui lo suficientemente indulgente. Dijo furioso.

Hannah me atacó con su espada, pero fue el otro mayordomo quien recibió el golpe, el quedó muy mal herido, esa espada fue capaz de causarle mucho daño, sin embargo a pesar de que era increíble que no hubiera muerto, me sentí angustiada por lo que pudiera pasarle, Bastian corrio hacia nosotros y abrazo fuerte a su padre, el estaba muy triste y enojado, así que se puso frente a nosotros, sus ojos cambiaron a un rojo carmesí que casi parecían las llamas del infierno, y de pronto cambio su forma, el había crecido notablemente, casi como su padre, pero se mantenía rodeado de un aura oscura, mi corazón temblaba.

- Bastian hijo, ¿Que tienes?. Pregunté temerosa.

- Ahora pagaran todos. Dijo en tono serio.

Fue tan rápido que no lo note, Claude se había quedado sin un brazo, y Hannah estaba sangrando por la boca tocandose el estomago, los trillizos estaban mutilados en su totalidad y Bastian tenia en sus manos a Alois.

- ¡Bastian detente!. Grite corriendo hacia el.

- ¡Mey espera no vayas es peligroso!. Gritó el mayordomo que estaba conmigo.

No me detuve, toque el hombro de mi hijo y le rogue que se detuviera, estaba a punto de matar a Alois.

- Bastian mi pequeño, soy tu madre ¿me recuerdas?. Pregunté con lágrimas en los ojos.

Bastian tenía una mirada psicópata, pero de pronto se detuvo, y cayó desmayado soltando al conde Trancy. Me di cuenta que empezó a regresar a ser un niño pequeño de nuevo. Lo tomé en mis brazos y corrí hacia su padre, quien ya se había recuperado. Claude se levantó y tomó a Alois en brazos.

- Esto no es el final, nos volveremos a ver las caras mayordomo de pacotilla. Dijo dirigiéndose a Sebastian y desapareció junto con los demás sirvientes.

- Mey ¿Estas bien?. Preguntó Sebastian preocupado.

- Oye Sebastian, soy yo a quien debes proteger. Dijo indigando el niño del parche.

- Lo siento Bocchan, pero usted es quien en mejor estado se encuentra. Dijo sarcástico.

- No te preocupes estoy bien y me alegro de que tu estés bien también pequeño. Dije diciéndole a ambos.

- ¡¿Pequeño?! ¡¿Como te atreves Mey-Rin?¡ ¡Soy el Conde Ciel Phantomhive!. Gritó molesto.

- Lo siento mucho Conde Phantomhive. Dije apenada.

El mayordomo estaba conteniendo la risa, parece que se le había olvidado que estaba herido, todo me parecía tan familiar, pero me preocupaba mi hijo, aun no despertaba, me consternaba su repentino cambio, no lo entendía.

- Mey, se lo que piensas, todo estará bien, ven conmigo por favor. Dijo el mayordomo ofreciéndome su mano.

- Ya vas a empezar, los espero en el carruaje. Dijo el conde irritado.

Mi corazón latía muy rápido, su hermoso rostro, lo sentía muy familiar, su sonrisa me llenaba de paz, no lo dude y tome su mano sonrojada. El me llevó de la mano hasta el carruaje, en el viaje no se despego ni un momento de mi o de mi pequeño. Aunque me preocupaba mucho que no despertará. El sueño comenzó a ganarme, no recuerdo la última vez que dormí tan tranquila, cuando abrí los ojos. Una gran mansión estaba frente a nosotros. El mayordomo me ayudó a cargar a Bastian. Cuando entramos dos muchachos y una linda joven nos esperaban, ambos chicos se abalanzaron sobre mi para abrazarme mientras lloraban desconsolados.

- Mey-chan ¿Por qué nos preocupas así?. Decía llorando un chico muy joven.

- Si Mey-Rin ¿no te importan nuestros sentimientos? Incluso los soldados lloramos. Decía otro un poco más mayor.

Sebastian hizo que se apartaran nerviosos con solo una sonrisa que les dirigió.

- Me alegra que este bien señorita Mey-Rin. Dijo la joven sonriendo.

Al parecer todos me conocían, me sentía triste de no poder recordarlos parecían cálidas personas.

- Discúlpenme, pero no recuerdo quienes son. Dije avergonzada.

Ellos se quedaron pasmados mirándose unos a otros y mirando Sebastian.

- Chicos Mey-Rin perdió la memoria. Dijo el mayordomo serio.

- ¡¿QUE?!. Gritaron al mismo tiempo.

Yo me sentía triste, pero recuperaría mis memorias a toda costa.

Estoy Enamorada De Ti (Mey-Rin x Sebastian)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora