¡A Trabajar!

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Ya era casi la hora en que Sebastian me había pedido que nos viéramos, asi que me apresure a terminar con mis deberes, de pronto me encontré con el amo Ciel bajando de su despacho.

- Bocchan.- incline la cabeza.

- Mey-Rin ¿Has visto a Sebastian? No he podido encontrarlo-. Hizo un gesto extraño.

- Bueno el me pidió que nos viéramos justo a las cuatro en el jardin-. Mencioné.

- Mmm... ya veo, entonces cuando lo veas dile que quiero hablar con el-. Se dirigio hacia su despacho nuevamente.

Faltaban cinco minutos para las cuatro y corri hacia el jardin, y justamente el estaba ahi esperando, me sentia algo nerviosa y me sonroje o al menos eso senti.

Me acerque lentamente a él, tratando de no sacar a flote mi torpeza.

- Bien señorita Mey-Rin que bueno que al menos es puntual-. Se giró.

- S-Sebastian-san le agradezco-. Me puse nerviosa.

El se acerco demasiado a mi, y entregó una nota.

- Eh... ¿Qué es esto Sebastian-san?-. Pregunté.

- No es obvio es una carta pero quiero que la abra mañana a las diez de la noche en punto-. Dijo serio.

- Si... a la orden-. Sonreí.

- Bien entonces no perdamos tiempo el invitado casi llega-. Agregó.

- Sebastian-san, quisiera decirle... yo... este...-. No podía formular las palabras.

- Señorita Mey-Rin por el momento no hay tiempo de pláticas informales, quizás después de que lea la carta-. Puso su dedo en mis labios.

- Bueno entonces debo decirle que el amo lo busca-. Dije nerviosa.

- Entonces debo retirarme-. Se alejo.

Casi me desmayó por aquel acto tan romántico de su parte, el me habia lanzado una mirada muy jovial y hasta cálida, estaba tan sorprendida, que no reaccione como un minuto después, tenía que terminar de limpiar la vajilla de plata para esta noche.

Apresure el paso y llegue a la cocina lo más rápido posible, no se cuantas veces se me cayeron los platos, el señor Sebastian me reprendió muchas veces.

- Cuando se comportaran como adultos responsables-. Se toco la cabeza con la mano.

- Lo sentimos Sebastian-san-. Dijimos al unisono.

- Muy bien Finny recoge el desastre del jardin, Bard limpia la cocina y Mey-Rin trata de no romper nada más y Tanaka usted asi esta bien-. Ordenó.

El se alejo con la majestuosidad que lo caracteriza y un suspiro se me escapo.

- Mey-Rin estas enamorada del señor Sebastian ¿Verdad?-. Insinuó Bard.

- ¿Qué? No claro que no-. Negué.

- ¿En serio Mey?-. Se asombro Finny.

- ¿Se me nota tanto?-. Me sonroje.

- Bueno es normal estas en esa edad, Mey-Rin, ademas ya es hora de que Sebastian se haga un hombre-. Dijo Bard.

- ¡¿Qué?!-. Gritamos Finny y yo.

- Por lo que se el no tiene esposa, ni siquiera prometida, es tu oportunidad-. Me animo Bard.

- P-pero no es correcto, ademas no creo ser la mujer correcta para el, ni siquiera puedo limpiar la vajilla adecuadamente-. Me entristeci.

- ¿Que hacen ahi sin hacer nada? No fui claro con lo que les pedi-. Apareció Sebastian.

- ¡Si! Ahora mismo-. Gritamos y corrimos a nuestros puestos.

Cuando me gire me di cuenta de que Sebastian-san me guiño el ojo eso me estremeció.

No queria ni pensar que nos escucho, que pena me daria eso, al parecer el invitado habia llegado pero por la mirada de Sebastian no venia sólo, asi que me quite los anteojos y corri a mi poscision en lo alto de la mansión, estaba lista para el ataque.

Estoy Enamorada De Ti (Mey-Rin x Sebastian)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora