Secretos De Amor

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- Sebastian-san ¿Qué hace aqui?-. Trate de guardar la compostura.

- Mey-Rin déjame entrar, será breve lo que tengo que decirte-. Insistió.

- Esta bien adelante-. Dije nerviosa.

No me di cuenta en que momento me tiro sobre la cama, quedando encima de mi mirando fijamente a mis ojos.

- Sebastian-san ¿Qué hace?-. Me sorprendí.

- Te dije que me digas Sebastian Mey-Rin-. Sonrió.

- Pero pero usted-. Tartamudee.

- Ah eso, Mey-Rin una relación entre nosotros dejaría ver mal a nuestro joven amo-. Explicó.

Era verdad como empleados no debíamos romper los protocolos y debiamos ser lo más serio posibles para no dañar la reputación de nuestro amo.

- Entiendo Sebastian-san quiero decir Sebastian-. Asenti.

El me besó con pasión y desespero, sabía lo que venía y eso me gustaba pero no podía sacarme de la cabeza esa escena de el saliendo del cuarto de la condesa.

- ¿Qué sucede Mey-Rin? ¿Algo te molesta?-. Pregunto intrigado.

- Es que... yo... bueno lo vi salir del cuarto de la condesa-. Dije algo apenada.

- Ah ya veo estas celosa, no deberías bueno ella me pidió que le contará algo lo que fuera de mi y eso es todo-. Dijo tranquilo.

- Discúlpame Sebastian no debi dudar de ti-. Me disculpe.

- No te preocupes Mey-Rin sólo tu me haces sentir este deseo que tengo en el pecho-. Me besó intensamente.

Me despojó de mi vestido y comenzó a besarme más y más apasionado, estaba ansioso, besaba mi cuello lamiendolo entre pausas, me estremecia de placer, abrió mis piernas y me besaba, yo cruce mis piernas al rededor de su cintura.

El se desabrocho la camisa y se bajó los pantalones e introdujo su miembro en mi vagina, me embestia suavemente y luego rápido, mis gemidos lo excitaban y lo notaba, mientras me penetraba jugaba con mi lengua con la suya, me hacía probar su saliva era un momento de pasión desenfrenada combinado con amor puro o al menos eso quería creer.

Tomo una de mis piernas y la levanto y me ladeo para penetrarme más profundo yo gritaba de placer, los movimientos de Sebastian me enloquecian, fue tanto el éxtasis que nos corrimos juntos.

Yo quedé exhausta y el parecía que recién comenzaba.

- Sebastian no hace falta decir que estoy enamorada de ti-. Al fin pude decirle lo que sentía.

- Mey-Rin eso lo sé desde hace mucho y agradezco tus sentimientos aunque no se que decirte en estos momentos-. Me dio un beso en la frente.

- No digas nada esperaré el día en que puedas decirme lo que tengas que decirme-. Lo abrace fuertemente.

- Gracias Mey-Rin y recuerda aún debemos ser discretos al menos hasta que sepa como decirle al joven amo-. Volvió a besar mi frente.

- Entiendo Sebastian, no haré nada imprudente lo prometo-. Me acurruque en su pecho.

- Me quedaré hasta que te duermas pero luego tendré que irme-. Me abrazó.

- No importa si sólo es un instante, quiero tenerte a mi lado-. Sonreí sonrojada.

- Duerme tranquila mi lady-. Susurro.

Al poco rato me quedé dormida, era tranquilizador dormir a su lado, aunque había algo que me intrigaba.

Estaba tendiendo las sábanas en el jardín cuando de pronto escuche un grito, tome mi arma y corri hasta el lugar, mis ojos se llenaron de horror la condesa había sido asesinada, junto a su cuerpo estaba Sebastian quien tenía el rostro lleno de sangre y sus ojos brillaban de un color rojo más rojo que la sangre, sus dientes eran colmillos afilados y tenía una sonrisa macabra en el rostro.

- Sebastian ¿Qué has hecho? ¿Por qué? ¡¿Por qué?!-. Me levanté agitada.

Mi respiración se había alterado pero todo había sido un sueño, aunque de algún modo me angustiaba, mire por la ventana ya había amanecido y el ya no estaba, siempre había notado algo extraño en él, quería saber más sobre Sebastian aunque quizás el se molestaría, me hacía tantas preguntas  pero lo único que si sabía es que fuera lo que fuera o pasará lo que pasará lo amaba y lo protegeria con mi vida.

Estoy Enamorada De Ti (Mey-Rin x Sebastian)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora