• Capítulo 16.

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—¿Estás diciendo que no sabes por qué actúa extraño desde hace unos días?

La cabeza de TaeHyung dolía mientras escuchaba a través del teléfono la voz confundida y un poco molesta de Jung Hoseok. La noche apenas había caído sobre la ciudad y TaeHyung miraba por la ventana de su habitación las luces de la ciudad de Seúl.

Desde aquella vez, hace unas semanas, Jeon JungKook se comportaba distante con Kim TaeHyung; a veces tardaba en llegar al departamento, a veces salía antes de que él despertase, pero siempre dejaba hecho el desayuno. Siempre dejaba algún detalle para TaeHyung.

—No contestó mis llamadas hoy —murmura, tallando sus ojos—. No he podido hablar con él, entre la escuela y su evasión, no sé cómo acercarme

—Joder, qué complicado —Hoseok suelta aire con pesadez—. Entiendo un poco a JungKook, ¿sabes?

TaeHyung guardó silencio, frunciendo su ceño y esperando a que su amigo continuara con lo que quería decir.

—Desde hace unas semanas, has estado un poco raro Kim; pareces confundido y eres un poco más amargado que de costumbre

—Tomaré eso como un cumplido —ríe TaeHyung, sin embargo, no escucha la misma risa del otro lado de la línea—. ¿Tan diferente me comporto?

—Algo así, solamente que... parece que ya no quieres a JungKook, y no sé qué sienta él, pero al menos a mí me hace sentir pena por ese chico porque en todo este tiempo, en estos casi tres años, lo único de lo que estoy seguro es que JungKook en verdad te ama

El ruido de llaves suena detrás de la puerta de su departamento, TaeHyung mira con preocupación hacia ésta y comienza a respirar pesado.

—Tengo que irme —murmura TaeHyung, escuchando el suspiro de su amigo del otro lado—. Te veré el lunes, adiós Jung

—Hasta el lunes Kim

Cuelga la llamada y observa la hora en la pantalla de su teléfono celular; eran las ocho de la noche. TaeHyung se acomoda en el sofá y toma nuevamente el bolígrafo de la mesita de centro para fingir que escribía mientras espera con nerviosismo que Jeon JungKook entre al departamento.

—Lamento la tardanza... 

Escucha la voz agitada del chico de cabello plata mientras éste entra con rapidez y deja sus zapatos en la entrada. JungKook coloca su mochila en una silla del comedor y se quita el abrigo azul que llevaba como si de pronto tuviese demasiado calor; Kim TaeHyung no pudo evitar dejar de lado el cuaderno y el bolígrafo para observar el cansancio y la ansiedad en el cuerpo de JungKook.

—Tomaré una ducha

JungKook ignora por completo el cómo TaeHyung se había levantado del sofá con una extrema rapidez, y antes de que el de cabellos oscuros pueda preguntar algo, el chico de cabellos claros ya se había encerrado en la habitación de invitados. TaeHyung cierra sus ojos y se deja caer nuevamente en el sofá, definitivamente no se sentía bien nada de lo que sucedía últimamente con JungKook; el chico lo evitaba, y cuando buscaba conversar con él, lo evadía velozmente.

Los minutos pasaron pesadamente lentos, el más alto esperaba aún sentado a que JungKook saliera para cenar, pues había decidido esperarlo desde antes con sushi. TaeHyung estuvo apunto de rendirse al pensar que el chico ya no saldría de la habitación, sin embargo, escuchó un ruido que lo alertó demasiado, y luego, un quejido bastante fuerte.

Sin pensarlo, TaeHyung corrió hacia la habitación de invitados, y al abrir la puerta, su expresión se notaba perpleja: JungKook estaba sentado en el piso cerca de la ventana, sobando su cabeza con dolor por la simple razón de que le había caído el tubo que sostenía la cortina.

—¿Estás bien? —cuestionó TaeHyung, aún sin moverse

—Eso creo... —susurró el chico, mirando avergonzado el piso—. Lo siento

—No te disculpes

TaeHyung se acercó y se apoyó en sus rodillas para auxiliar al pobre peligris que seguía sobando su cabeza con vergüenza y dolor. Tomó del rostro a JungKook para comprobar que no se había lastimado más, hasta que finalmente notó que tenía una cortada en su mejilla izquierda.

—Debe doler —dijo TaeHyung, observando la mejilla de JungKook

—¿Tú crees? —preguntó con sarcasmo el chico, desviando la mirada al tener a TaeHyung muy cerca de su rostro—. Tropecé y quise evitar caer al agarrar las cortinas, pero sucedió esto... ¡¿acaso te estás riendo?!

—¡Lo siento!

La risa de TaeHyung resonó por la habitación mientras seguía observando el rostro de JungKook, y pese a que el chico estaba avergonzado, siguió la risa del más alto para luego observar a Kim TaeHyung.

Quizás era porque los dos estaban muy cerca uno del otro, o quizás fue porque a TaeHyung le pareció tan adorable la sonrisa del chico frente a él, pero simplemente no pudo evitar notar lo atractivo que se veía JungKook en ese momento.

El cabello plateado y húmedo del chico se veía tan delicado sobre el rostro ligeramente sonrojado; sus dientes eran adorables en esa sonrisa llena de ternura, y sus ojos se achicaban tan lindamente.

—TaeHyung

JungKook había dejado de sonreír cuando notó en el rostro de su acompañante una expresión de confusión. El mencionado salía de su trance para luego alejarse un poco y sonreír con amabilidad.

—Bueno, aprovechando que vine hasta aquí, me gustaría saber si quisieras cenar conmigo

—¿Qué cenaremos? —pregunta JungKook sin pensar, intentando levantarse al igual que TaeHyung

—Sushi

—De acuerdo, iré enseguida 

TaeHyung asintió ante la sonrisa alegre del chico de cabellos claros, miró por última vez su mejilla y decidió salir para buscar el botiquín antes de preparar nuevamente la mesa para cenar.

Mientras caminaba por el pasillo a la habitación, TaeHyung pensó una vez más en el rostro de JungKook; era cierto que se parecía demasiado al verdadero JungKook, pero también era cierto que había muchas cosas distintas en aquel chico. El verdadero JungKook jamás había actuado de manera linda, jamás se había visto tierno, solamente era atractivo y su belleza era muy distinta a la que había observado hace unos momentos.

Su mente sabía que no eran la misma persona, TaeHyung tenía muy en claro la enorme diferencia que existía entre el JungKook real y el que era parte de la magia proveniente de un libro; sin embargo, algo le estaba causando confusión. Su corazón seguía latiendo con velocidad cada que recordaba esos pequeños detalles que no eran solamente de un JungKook, sino de Jeon JungKook. Y no sabía si eso debía preocuparle o no, si la sonrisa que se dibujaba en su rostro al pensar en el peligris debía causarle angustia ante todo lo sucedido en las últimas semanas.

Pero no importaba ahora, no habría por qué pensar en eso; lo mejor, era preparar nuevamente la mesa para cenar y hacer las paces con Jeon JungKook.

Mitos y leyendas.  [ TaeKook ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora