Mitos y leyendas. [ TaeKook ]

• Capítulo 2.

Apresurando su paso, Kim TaeHyung se dirigió a la enorme recepción de la biblioteca Starseon en Seúl.

El joven estudiante se asombró apenas ingresar, pues era un increíble amante de la lectura. Todo parecía un cuento, realmente se sintió conmovido y emocionado al mirar tantos libros juntos en un mismo lugar.

—Buenas tardes —saludó una mujer cuando TaeHyung se acercó—. ¿En qué puedo ayudarte?

—Necesito un libro —murmuró con seriedad

—¿De qué autor?

—Gabriel García Márquez

—Tendrás que ir por las escaleras —indicó la mujer amablemente—. Deberás buscar el pasillo número once, en el estante cuatro de internacionales con apellidos de la A a la H

—De acuerdo, gracias

Esbozando una sonrisa forzada luego de asentir, TaeHyung caminó hasta las escaleras de la biblioteca y subió con pesadez. No sé sentía enérgico para buscar un libro por él mismo, pero eso debía hacer.

Subió y buscó aquel estante que le indicó la bibliotecaria.

Tampoco fue difícil hacerlo.

Observó con cuidado el estante para encontrar el apellido de aquel autor, y cuando lo encontró, buscó cuidadosamente el título que necesitaba.

—¡Ahí estás!

Con alivio, tomó el libro y lo sacó bruscamente. Ante su descuido, un par de libros de la parte superior cayeron sobre él para luego dar contra el piso alfombrado.

Se dolió, pero con sorpresa abrió los ojos cuando su vista se posó en los libros que habían caído al piso. Uno de ellos le llamó la atención; un libro color esmeralda sin portada, sin título ni nada.

—¿Pero qué...?

Curioso, tomó el libro y se decidió a abrirlo, pero antes de poder echarle un vistazo al contenido, un hombre de edad avanzada se apareció junto a él.

—Ya debemos cerrar esta zona —informó sonriente—. ¿Te llevarás esos dos?

—Ah, no —respondió, sintiendo que el tiempo se había pasado tan rápido cuando miró al hombre—. Es sólo que este libro no tiene nada en la portada

—Seguramente es de un estudiante, puede que sea una libreta

—Sí, puede ser, solamente la dejaré aquí y yo...

—Conserva el libro —dijo el hombre—. Tú podrías entregarlo a quien pertenezca; es Seúl, todos ponen sus datos en sus cosas personales

Sin saber porqué, TaeHyung asintió dubitativo. El viejo hombre sonrío satisfecho e hizo un ademán para despedirse del joven estudiante.

TaeHyung hizo caso a la petición del señor, guardó aquel misterioso cuadernillo en su mochila y caminó deprisa para sacar prestado el libro que tanto había buscado desde la mañana.

—¿Puedo hacerle una pregunta? —se dirigió TaeHyung a la mujer bibliotecaria mientras terminaba la ficha

—Por supuesto

—¿Aquí tienen libros sin portada, ni nombre?

—No —negó la mujer confundida—. Todos los libros están registrados con el nombre que llevan en la portada; título y autor

—Bueno, muchas gracias

La mujer asintió y Kim TaeHyung caminó hasta la salida con prisa. Se sentía extraño e incómodo, como si hubiese robado aquella libreta en secreto de los demás.