• Capítulo 31.

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—¿Qué sucede TaeHyung?

Jeon JungKook frunce su ceño al observar la manera en la que el castaño se ha paralizado frente a él. Intenta buscar la mirada perdida de Kim TaeHyung, sin embargo, parece que no logra atraer su atención hasta que da un par de pasos hacia él y, extrañamente, TaeHyung reacciona, parpadeando un par de veces antes de sonreír con pereza y mirarlo.

—No ha pasado nada fuera de lo normal —murmura, dejando salir un suspiro entre su sonrisa forzada—. Tuve que arreglar algunos asuntos de mi proyecto final; además...

Un pequeño silencio se instala nuevamente entre los dos, JungKook mira confundido la manera en la que Kim TaeHyung vuelve a desviar su mirada. 

—¿Qué más sucedió? 

—Comencé a realizar el trámite para la titulación 

Jeon JungKook sonríe con entusiasmo, felicita al castaño y lo abraza. Pero TaeHyung no podía sentirse feliz. No era una mentira aquello que le decía; sí había comenzando su proceso de titulación después de las clases de aquel día, sin embargo, esa no era toda la verdad que quería confesarle al pelinegro.  

Cuando pudo haber salido de aquel enredo, eran las 6 de la tarde. Salía de la biblioteca escolar con una enorme sonrisa, entusiasmado por contarle a su amado lo sucedido; también, deseaba poder cambiarse antes de celebrar con el hermoso pelinegro el día de su aniversario. 

Estaba tan ensimismado en sus pensamientos que, cuando cruzó por el jardín que daba a la salida del campus, no pudo notar que un chico lo esperaba casi entre las sombras. 

Yoon JungKook lo detuvo al tomar su brazo para evitar que siguiera avanzando. TaeHyung ni siquiera pudo escapar cuando, sorpresivamente, el chico de cabellos plata le pidió, o mejor dicho, le suplicó que ambos pudieran hablar. Kim TaeHyung trató, de verdad, trató de huir y excusarse con millones de mentiras para lograr que el verdadero JungKook lo dejase libre; no fue hasta que, dentro de la desesperación y la confusión, TaeHyung le confesó que debía irse porque vería a su pareja esa noche. 

El chico peligris, Yoon JungKook, lo miró sin inmutarse, confesando saber que el castaño tenía pareja, y más aún, confesando saber que él era gay. No pudo evitar congelarse frente al verdadero JungKook, mucho menos cuando su corazón golpeó dolorosamente su pecho al escuchar que Jeon JungKook no se había equivocado en cuanto a su predicción de la nueva realidad.

—No pareces muy contento por eso Kim 

Su mente vuelve a poner atención en el rostro rojizo a centímetros del suyo. Mira detenidamente los labios resecos del pelinegro, lentamente subiendo hasta observar el tono rojo en la nariz del chico, hasta finalmente subir y detenerse en los ojos curiosos, hinchados y brillosos de JungKook. 

—Eso es grandioso, pero... no puedo perdonarme el hecho de que hayas esperado por mí; de hacerte preocupar hasta tal punto de hacerte temer por mí. Y sobre todo, no puedo perdonarme que caminaras por las calles frías cuando se supone que celebraríamos este día

TaeHyung sube con dudas su mano derecha hasta lograr tocar con la yema de sus dedos la mejilla pálida y helada de Jeon JungKook, su toque parece causar una reacción chocante al observar cómo el chico pelinegro se estremece ligeramente cuando comienza a deslizar lenta y suavemente sus dedos para acariciar su piel. Ninguno de los dos dice nada, tampoco dejan de mirarse el uno al otro cuando Kim TaeHyung pasa uno de sus dedos por el labio inferior del  pelinegro; suspirando profundamente.

—¿Crees que sea tarde para poder celebrar contigo nuestro día?

JungKook cierra momentáneamente sus ojos cuando siente que su otra mano es tomada por el castaño mientras éste se acerca más a él, acortando la distancia entre sus rostros, siguiendo con aquellos toques suaves en su mejilla. 

Mitos y leyendas.  [ TaeKook ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora