Kim TaeHyung recordaba aquella sensación asfixiante que había vivido por primera vez cuando era niño.
Aquel día que el niño que le gustaba lo enfrentó después de clases; una semana después de que otros compañeros le dijeran que el niño castaño de imaginación y sonrisa amplias, gustaba de él. Aquel pequeño, más chico que TaeHyung, lo detuvo frente a toda la escuela antes de que lograra evadirlo como lo había estado haciendo.
No pudo moverse, el aire le faltó cuando el otro niño le pidió detenerse mientras fruncía su ceño. Tan directo y tan cruel, le exigió decirle por qué un niño se fijaría en otro si no era una chica. Creyendo que quizás su apariencia era demasiado femenina, o que su conducta no era la adecuada, el chico que le gustaba insistía en saber por qué sentía algo tan terrible, al tan incorrecto y algo tan atroz.
Todos murmuraban, todos sentían pena por el niño castaño con la mente confundida.
Sus ojos lloraban conforme las preguntas y las maldiciones del otro llegaban a él, pero no dijo nada, incluso cuando aquel hermoso chico de ojos color miel le preguntó con dolor qué había hecho él para merecer tan horrible castigo de gustarle a un ser monstruoso.
Le odiaba; el niño que era su único amigo, le odiaba y repudiaba como si el pequeño Kim TaeHyung hubiese hecho algo imperdonable.
Y esa sensación, lo invadía nuevamente. Al ver frente a él al chico de la biblioteca sonriendo como si no supiera que ya se habían conocido en una vida que parecía lejana. Recordó cuando lo miró aquel día que Jung Hoseok sufrió en su lugar el dolor físico. Yoon JungKook lo había odiado, y eso él lo recordaba, pero aquel chico frente a sus ojos ni siquiera lo conocía.
Ese JungKook, que extrañamente usaba el cabello de la misma manera que Jeon JungKook, lo miraba atento, lo observaba con una sonrisa en el rostro mientras él seguía paralizado.
—¿Sucede algo? —pregunta Yoon JungKook después de largos, confundido—. ¿Por qué parece que acabas de ver a un fantasma?
TaeHyung no podía dejar de mirarlo; todo a su alrededor estaba vacío, no había nadie además de los árboles del campus y del viento frío en el día grisáceo. Sus manos dolían, pero no podía dejar de temblar.
—¿Te sientes bien? —cuestiona nuevamente el peligris, preocupado ante el silencio—. Puedo llamar a alguien si tú...
—Lo lamento —dijo TaeHyung, logrando tomar aire para fingir una sonrisa—. Es solo que, te confundí con otra persona y no quise molestarte con mis acciones
—¿Hablas del abrazo?
Su corazón comenzó a latir con fuerza al escuchar aquella pregunta. El rostro de Yoon JungKook estaba serio, y TaeHyung se preparó para escuchar lo mucho que le había incomodado su acción siendo un chico al igual que él. Temió que le pidiera explicaciones sobre por qué abrazaba a un hombre. Pero no lo hizo. En cambio, una sensación extraña lo invadió cuando notó un ligero sonrojo en las mejillas de Yoon JungKook y una sonrisa se dibujaba en sus labios.
—No tienes por qué disculparte —murmuró, desviando ligeramente su mirada—. Es una suerte que alguien pueda recibir un abrazo así de cálido... aunque sea por accidente
Era simplemente inaudito. ¿Acaso JungKook, ese Yoon JungKook que lo había despreciado, estaba contento con lo que había hecho?
No podía ser así. Ese no era el Yoon JungKook que había conocido meses atrás.
—¡TaeHyung!
Un ligero alivio se instaló en su corazón cuando escuchó la voz de Jung Hoseok llamarle no muy lejos. Los pasos veloces del pelinegro sonaron cada vez más fuertes hasta que casi sintió la respiración agitada de su amigo a su lado.
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Mitos y leyendas. [ TaeKook ]
أدب الهواة《 Cuenta la leyenda que existe un libro en la biblioteca más grande de Seúl; libro cuyo misterio recae en que nadie lo puede encontrar. Se dice que si el libro llega a ti, tendrás el poder de hacer realidad la ficción, pero nadie ha tenido éxito al...