El silencio de pronto se sentía muy incómodo, se lograba escuchar muy sutilmente el sonido de los palillos contra el plato de porcelana cada que tomaban una pieza de sushi. Ninguno había dicho nada en todo ese tiempo, la noche seguía transcurriendo y TaeHyung intentaba no mirar a JungKook para evitar más la ansiedad que lo carcomía. Pero debía hacer algo para arreglar lo que sucedía, para poder estar en paz con JungKook.
—¿Cómo te fue hoy? —preguntó por fin TaeHyung, mirando de reojo al peligris
—Uh, me fue bien, gracias por preguntar —respondió JungKook, un poco nervioso—. ¿Qué tal te fue a ti Kim?
—Escucha, tengo algo que decirte JungKook
TaeHyung deja los palillos en la mesa y mira con atención la manera en la que el peligris se congela en el sillón frente a él. JungKook traga lo último que ha logrado ingerir y se acomoda pesadamente en su lugar para luego respirar y levantar la mirada con preocupación.
—¿Qué sucede? —pregunta, apretando sus manos entre sí
Antes de verlo, había planeado con exactitud qué decirle y qué hacer; en su cuaderno había escrito miles de disculpas y demasiadas estaban tachadas. TaeHyung había estado preparado para decirle a Jeon JungKook que lo perdonara y que buscaría una forma de dejarlo libre de aquella magia que lo obligaba a amarlo.
Pero no pudo.
Las palabras se atoraron en su garganta cuando se perdió en la mirada asustada, pero dulce, de JungKook. Su mente quedó en blanco cuando observó con mayor detenimiento el rostro de su acompañante y algo en su corazón se removió con extrañeza.
—¿Tae?
—No te mentiré JungKook, sobre mis sentimientos hacia ti —murmuró TaeHyung—. No sé qué sucede, y todo ha sido tan repentino desde que estás en mi vida
—Lo sé TaeHyung —asintió el peligris, sonriendo—. No tienes que disculparte conmigo
—Pero sí lamento lo que ha sucedido estos últimos días; he sido grosero y te he alejado de mí, pero quiero estar en buenos términos contigo
—No puedes obligar a un corazón a amar Kim —río el chico sin gracia, mirando sus manos
TaeHyung se acercó un poco a JungKook, lo suficiente para hacer que él levantara la mirada con desconcierto ante su cercanía repentina y silenciosa. TaeHyung miró una vez más aquellos ojos y tragó saliva.
—Quizás no te amo como tú me amas a mí, pero quiero conocerte JungKook; quiero que salgamos como amigos y que hagamos muchas cosas juntos... quiero conocerte, conocer esa parte de ti que es tuya y que nada tiene que ver conmigo
—¿Qué estás diciendo...?
—Lo que estoy diciendo, es que me des la oportunidad de conocerte cada día que estemos juntos
El corazón de TaeHyung no puede evitar volver a palpitar con fuerza cuando observa en JungKook un hermoso sonrojo; los ojos del peligris brillaban con esperanza, y tal vez no debía ilusionarlo si no estaba seguro de lo que sucedería al final, pero TaeHyung estaba seguro de una cosa: en el poco tiempo que llevaban de convivir, se había interesado tanto en el peligris, en conocerlo y en conversar con él como si fuera una persona cualquiera de la vida real.
Porque si JungKook estaba ahí, y comía, y respiraba, y sentía, entonces era real.
—No estoy seguro de querer preguntar más cosas —ríe JungKook, haciendo que el de cabellos oscuros sonría—. Tampoco estoy seguro de qué sucede en tu cabeza porque sí, al final soy un humano común que no puede leerte pese a ser parte de un libro, pero si estás siendo sincero, de acuerdo... vamos a conocernos, como si todo iniciara desde cero
ESTÁS LEYENDO
Mitos y leyendas. [ TaeKook ]
Fiksi Penggemar《 Cuenta la leyenda que existe un libro en la biblioteca más grande de Seúl; libro cuyo misterio recae en que nadie lo puede encontrar. Se dice que si el libro llega a ti, tendrás el poder de hacer realidad la ficción, pero nadie ha tenido éxito al...