• Capítulo 26.

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Tal vez en otras circunstancias, tal vez en otra dimensión paralela a la suya (aunque jamás había creído en tal cosa), Kim TaeHyung sería un joven hombre de 24 años con un futuro exitoso y un enorme vacío emocional.

Nunca se sintió lo suficientemente mal como para creer que una terapia le hiciese falta, pero cada que piensa en lo que era su vida antes del libro mágico, siente que esa vida no era real. Qué era una completa pesadilla.

Sin embargo, la vida estaba llena de sorpresas. Recordaba de igual forma a aquel niño castaño que creía en la veracidad de los mitos: el pequeño TaeHyung creía en la magia, en el destino y en la existencia de vida alienígena.

Aquellas ideologías fueron cruelmente pisoteadas, despedazadas y reconstruidas.

El niño que aseguraba la existencia de un libro mágico proveniente de una leyenda, se había convertido en un pequeño hombrecillo que se dedicaba desde entonces a conocer todo sobre los mitos y a dejarlos en donde pertenecían: en lo falso e inexistente.

Y ahora, simplemente no podía evitar pensar en la ironía de haber sido humillado por creerse el elegido de aquel libro, y terminar siendo encontrado por el mismo. Pero lo que aún le seguía causando una enorme incredulidad, era el hecho de estar abrazando a un hermoso chico de ensueño (o al menos de sus más hermosos sueños), y de sentir aquella respiración en el arco de su cuello.

Jeon JungKook reposaba en la cama de la habitación de TaeHyung; era de día después de tantas horas y aún seguía profundamente dormido, con sus brazos alrededor de la cintura de su mayor.

Después de la cita, ambos regresaron tan agotados, física y emocionalmente, por lo que sin hacer otra cosa caminaron hasta la habitación principal; se quitaron las diademas para lanzarlas a cualquier lugar, se recostaron sobre sus costados en la cama y, mirándose de frente, se fundieron en un cálido abrazo hasta quedar profundamente dormidos.

TaeHyung había sido el primero en despertar, los rayos del sol habían alcanzado su rostro. Sus ojos se acostumbraron a la luz, miró su habitación y al tallar sus ojos, notó aquella sudadera lila y sonrió.

Contemplaba felizmente el rostro calmo de Jeon JungKook, acarició su brazo cubierto por la sudadera del mismo color que la suya y subió hasta su rostro, donde delineó lenta y delicadamente el hermoso perfil del peligris, tomándose su tiempo para admirar al joven hombre.

—Buenos días Kim...

Los dedos del mencionado se detuvieron cerca de los labios de JungKook; la voz ronca del más chico había sonado y una pequeña risa se escuchó cuando TaeHyung pasó su mirada del cuello de Jeon hasta sus ojos abiertos y ligeramente somnolientos.

JungKook miraba fijamente la expresión desconcertada del castaño para después bostezar. Sus ojos observaron lo cerca que estaba de Kim TaeHyung, luego se dio cuenta de su brazo enredado en la cintura del mayor y, finalmente, sintió la cálida respiración del joven hombre frente a él cerca de rostro.

—¿Cuánto llevas despierto? —pregunta JungKook, con un tono de voz más suave

—Lo suficiente para admirarte —susurra TaeHyung, mirando de cerca aquella manera tan adorable en que se sonroja Jeon JungKook—. ¿Y tú?

—Lo suficiente para sentir que me acosabas

Una risa limpia y sincera sale de los labios de TaeHyung, deja un corto beso sobre la frente del más chico, deshace el abrazo para levantarse de la cama y estirarse frente a la mirada atenta del más chico.

—Te prepararé tú comida favorita —murmura el castaño antes de pensar por largos segundos—. Sé que esto sonará un poco extraño, pero... ¿cuál es tu comida favorita?

Mitos y leyendas.  [ TaeKook ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora