• Capítulo 23.

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¿Era absurdo sentir que aquello era irreal cuando su misma existencia parecía imposible de haberse creado?

Jeon JungKook sabía que nada era imposible al ser creado por la magia de un libro, y a pesar de eso, no podía creer lo que realmente estaba viviendo en ese momento; caminaba por las calles de la ciudad por la noche, se dirigía a su departamento junto a Kim TaeHyung, o más concretamente, tomado de la mano con TaeHyung.

Era extraño seguir escuchando en su mente aquellas palabras del castaño minutos atrás. Lo quería, al menos, lo suficiente para haberlo besado. JungKook sonríe avergonzado y entusiasmado al recordar la hermosa sensación de los labios de TaeHyung sobre los suyos, y del toque sobre su piel.

—¿En qué estás pensando?

Aún con más vergüenza, Jeon JungKook baja su mirada con la intención de que su cabello cubriera parte de su sonrojo, TaeHyung lo miraba sin soltar el agarre de su mano derecha con la izquierda del peligris. Se veían tan hermoso, simplemente, maravilloso.

—No pienso nada en concreto —murmura, soltando un poco de aire para levantar su mirada, deseando que su sonrojo no se notase—. Solamente estoy un poco sorprendido

—¿Sorprendido porque no tomé el libro para hacer lo que pedías? —sonríe, volviendo su mirada al frente—. El libro va a regresar a nosotros como sea, así que no pienses en eso ahora

—Eso no era en lo que pensaba realmente...

JungKook mira sonriente aquella mirada fugaz que le dedica el castaño a su lado, inspira aire con un poco de fuerza, y mira su mano siendo tomada por la de su acompañante.

—Tarde o temprano lo iba a hacer —menciona TaeHyung, pegando su hombro un poco más al del peligris a su lado—. De nada servía continuar negando lo que sentía por ti... por esa razón no dije nada cuando mencionaste el hecho de querer desaparecer de mi lado

El chico de cabellos plata y ropa oscura suspira, entendiendo lo que Kim TaeHyung le decía. El efecto del alcohol ya se había consumado, el frío ya no le era molesto por la cercanía del más alto, y el tiempo le parecía indiferente en ese momento dado.

—Tengo que decirte algo

TaeHyung detiene su paso ante la seriedad con la que JungKook había hablado. Todavía sin soltar su mano, se gira lo suficiente para encarar al peligris; el chico mantenía una mirada avergonzada y un semblante angustiante.

—Por favor, no me digas que algo malo va a suceder —suplica el castaño con preocupación

—Bueno, puede que pase algo malo si no volvemos pronto al local

—¿Qué?

Jeon JungKook intenta sonreír para amenizar lo que le informaba a TaeHyung, con calma, buscó con su mano libre en los bolsillos de su abrigo y sacó su billetera para mostrarla al joven frente a él. 

—Casi corriste al salir del lugar, yo no estaba en mis cinco sentidos y tú... ¡solamente te seguí sin pensarlo!

Las suaves carcajadas del mayor le hacen sentir a JungKook que nada grave había sucedido, sonríe con la misma gracia con la que lo hace Kim TaeHyung, y suelta la billetera cuando el castaño la toma con cuidado.

—Bueno, debemos volver para pagar la cuenta y disculparnos —indica TaeHyung, levantando la mano que sostenía de JungKook para dejar un delicado beso sobre el dorso de ésta—. Y de paso, podemos quedarnos a cenar si no nos corren antes

JungKook suelta una suave risa y asiente ante la dulce acción del mayor, y Kim TaeHyung, jamás había visto algo más hermoso en toda su vida.

* * *

Ambos sentían que la noche era eterna, sin embargo, ninguno deseaba mirar la hora que era. El techo era liso y no había ruido alguno más que el sonido muy lejano de los automóviles circulando por la ciudad. Las luces estaban apagadas y solamente la luz tenue de una lámpara de noche era la que iluminaba la habitación del mayor. 

Después de haber cenado en aquel lugar (y de haber pagado mientras se disculpaban), TaeHyung y JungKook caminaron sin tanta prisa hacia su departamento; ninguno dijo nada, y eso era demasiado cómodo, no necesitaban hablar nada más. Llegaron al edificio y caminaron por el piso hasta lograr entrar en su hogar. No hicieron más que seguir por toda la sala hasta ir hacia el pasillo y entrar a la habitación; ambos se quitaron su abrigo con simplicidad y subieron a la cama para estar hombro a hombro.

Solamente contemplaban el techo color crema, sumergidos en un mundo que ahora compartían mientras sus manos seguían entrelazadas.

—Supongo que lo sabes muy bien —murmura TaeHyung, recibiendo una fugaz mirada del peligris—. Cuando era más chico, creía que lo imposible en realidad era aquello que nunca había podido ser comprobado o evidenciado, pero existía

—Y existe —agrega JungKook, cerrando sus ojos—. Y por eso estoy aquí

—Lo deseaba tanto, ¿sabes?

Jeon JungKook vuelve su mirada hacia el castaño cuando abre sus ojos, y observa aquella ligera vergüenza que se pinta en la piel de Kim TaeHyung, apenas perceptible, pero se miraba dulce.

—Leí tantos libros, me aventuré en tantos mundos imaginarios, y siempre pensaba en ti; tal vez no con esta imagen, con este cuerpo, pero te pensaba cada día de mi vida, y ahora... estás aquí

El corazón de JungKook late demasiado rápido, tan alto que siente que TaeHyung es capaz de escuchar sus latidos. Siente su mano ser sujetada con más fuerza, y no puede evitar llenarse de un enorme sentimiento de felicidad. Nada de lo que le preocupaba días antes, nada de eso importaba ya; solamente ese momento, solamente esa imagen de Kim TaeHyung sonriendo junto a él en esa noche era lo que le importaba. 

Su vida se sentía completa, sin importar si le pertenecía o no, o por cuanto tiempo podría vivir siendo una fantasía, solamente deseaba vivir a su lado; amando a TaeHyung.

—Jamás imaginé que podría vivir este sueño etéreo —susurra el castaño, suspirando con alegría—. Jamás creí que sería tan feliz de encontrarte, Jeon JungKook

Kim TaeHyung gira su rostro para observar a JungKook y no puede evitar sentir que su corazón se detenía al ver aquel hermoso rostro sonrojado del peligris. Su respiración se cortaba al notar el brillo en los ojos de Jeon JungKook; y esa mirada... una mirada tan imposible de describir que solamente había visto en sueños. Pero era real.

Aquel hermoso hombre a su lado era real, su calor, su respiración, su suave piel, su cabello platinado, y aquellos rasgos tan sublimes. Todo era real.

—Quiero saber sobre nuestra vida juntos Jeon —pide el castaño, acariciando la mano del más chico—. Estoy listo para recuperar nuestra vida juntos

—Si haces eso, ya no podrás alterar mi existencia sin afectar a Hoseok —indica JungKook preocupado—. No habrá marcha atrás si decides que soy tu principal deseo

Nuevamente, TaeHyung levanta la mano de JungKook hasta llevarla a su rostro; mira con detalle su piel, sus dedos... cada parte de la mano del peligris, y finalmente, besa con verdadera devoción los nudillos de su mano, sintiendo que puede llevarse el tiempo en venerar al joven hombre a su lado. 

—No quiero seguir perdiendo el tiempo que tengo contigo, no quiero seguir en la agonía anímica que sentía cuando no estabas conmigo; no puedo seguir negando que eres tú a quien deseaba tanto, y si con eso ya no puedo regresar en el tiempo, no importa... lo único que necesito es amarte JungKook, con totalidad

Mitos y leyendas.  [ TaeKook ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora